El presente informe narra mi trayectoria profesional como antropóloga en los últimos
diecisiete años, luego de que egresara de la Pontifica Universidad Católica del Perú en el año 1999, y presenta uno de los estudios que realicé por encargo de una agencia internacional de lucha contra la pobreza rural. Durante estos años me he dedicado, centralmente, a temas vinculados a los procesos de cambio en las sociedades rurales, las organizaciones campesinas y la gestión del territorio. Mi trayectoria profesional ha combinado, desde los inicios, el ejercicio profesional en un conjunto de ONG rurales y organismos de cooperación internacional vinculados al desarrollo rural, con la investigación y la docencia. Como caso para este informe elegí presentar un encargo realizado para la corporación PROCASUR, una organización global dedicada a la mejora de la calidad de vida de las familias rurales en diferentes países del mundo, a través de la creación de plataformas de aprendizaje, el rescate de saberes locales y la innovación de tecnologías. El encargo consistió en una caracterización socioinstitucional del Territorio de Aprendizaje de innovaciones tecnológicas para el desarrollo de la producción y comercialización de cuyes en la provincia de Cajabamba, en el departamento de Cajamarca, Perú; y, adicionalmente, en una sistematización de las experiencias detalladas de aprendizaje a lo largo de los últimos años por parte de las familias productoras del territorio. La razón por la cual elegí este estudio para presentarlo como parte del informe profesional es que su elaboración implicó tanto la puesta en práctica de un
conocimiento acumulado sobre estrategias de familias productoras y territorios
rurales, así como la realización de trabajo de campo y la consecuente aplicación de
técnicas de recojo de información en el terreno. La experiencia de PROCASUR para el territorio de aprendizaje recoge el enfoque de talentos rurales, siendo estos entendidos como agentes con saberes especializados sobre temas específicos (agrícolas, ganaderos, artesanales, etc.), que ejercen el rol de trasmitir conocimientos y enseñar a sus pares en su propia localidad o en otros ámbitos. En el caso de Cajabamba, las experiencias de los talentos rurales vinculados a la cadena del cuy, incluyen: (i) el manejo de pasturas forrrajeras; (ii) la transferencia de nuevas tecnologías para la crianza de cuyes (sanidad, faenado, etc.); (ii) el desarrollo de experiencias de asociatividad; y (iii) el desarrollo de experiencias de comercialización. De esta forma, la experiencia del territorio de aprendizaje de Cajabamba no implicó solo el trabajo con familias productoras sino también con asociaciones y cooperativas e instituciones locales. Los productos presentados como resultado del estudio son complementarios entre sí: la caracterización territorial y la sistematización de experiencias de los talentos rurales. La primera, tiene como objetivo central identificar aquellos factores institucionales y socio-culturales que habrían permitido que la experiencia se desarrolle con relativo éxito y su escalonamiento en el territorio. Los principales hallazgos del estudio apuntan a señalar que ello fue posible debido a la confluencia de un conjunto de factores del contexto local, entre los cuales se pueden señalar los siguientes: (i) formación de un tejido social con arreglos institucionales formalizados entre múltiples actores que le dan soporte al proceso: municipalidades, agencias estatales, centros de investigación, cooperativas de crédito y otras; (ii) el desarrollo de experiencias de asociatividad con relativa permanencia en el tiempo y con formas distintas de modelos de organización: redes (red procuyco), copredescuy (cooperativa de productores), entre otras (no se impuso un modelo); (iii) nuevas tecnologías apropiadas por los talentos rurales y difundidas entre los productores del territorio utilizando las plataformas y organizaciones como espacios de trasmisión de
conocimientos, pero también de regulación de estándares mínimos; (iii) factores ecoclimáticos y recursos en el territorio (clima ideal para la crianza de reproductores;
disposición de tierras familiares para sembrar alfalfa, acceso parcial al agua –en la
zona baja del valle, amplia disposición de agua–, etc.); (iv) mercados en crecimiento
que aseguran una demanda continua para todas las asociaciones en el territorio; (v)
disposición o flexibilidad de las familias para migrar de una actividad económica a
otra, dándole un peso central a la crianza de cuyes en el contexto actual; (vi) presencia reciente de fuentes financieras en el territorio (programas como Procompite, pero también surgimiento de importantes cooperativas de ahorro y crédito). En esta confluencia de factores, el rol que vienen jugando las municipalidades locales, por ejemplo, en la promoción de ferias, es central; asimismo, estas últimas han incorporado el desarrollo de la cadena del cuy dentro de sus instrumentos de planificación (Planes de Desarrollo Concertado, entre otros). Por el lado de los talentos rurales, resulta interesante destacar la diversificación y la alta especialización. Así, algunos se han especializado en el tema genético y vienen
produciendo líneas reconocidas por el Instituto Nacional de Innovación Agraria
(INIA) y han logrado reproductores de alta calidad; otros en cambio, se han
especializado en técnicas como faenado, a partir de la cual han logrado aumentar el
valor del cuy para su comercialización, abriendo la posibilidad de alcanzar nuevos
mercados, como los restaurantes más exigentes de Trujillo y Chiclayo en el norte del
país. Por otro lado, cabe resaltar algunos otros logros en el territorio, como la
instalación de plantas industriales de faenado, la compra de transportes para la
comercialización, el control sanitario de ciertas plagas que ya no los afectan como
antes, entre otros. A ello se suma otro tipo de logro, vinculado al trabajo de las redes
como el Grupo Impulsor de la Cadena de Cuy–, como la realización de los Congresos
Nacionales del Cuy en Cajabamba, el fluido vínculo que mantienen con el INIA o las
recientes campañas de incidencia para lograr trabajar tanto normas nacionales –que
reconozcan la carne de cuy como tal y no como “demás carnes y despojos
comestibles”–, así como la aprobación de estándares nacionales que les permitan
acceder a certificaciones internacionales.
El estudio permitió, asimismo, identificar algunas llamadas de alerta y cuellos de
botella que hace falta superar. Dos temas sobre los cuales se hace necesaria una mayor reflexión son el de la estructura productiva del valle ( y la real disposición de
suelos y agua), así como un estudio de mercado que permita proyectar la futura
demanda nacional e internacional y sus límites. La parte final del informe presenta una reflexión sobre la experiencia y los conocimientos aplicados. En ella me refiero, centralmente, a los aportes del quehacer antropológico: en primer lugar, por su capacidad para rescatar un conjunto diverso de factores que actúan de manera articulada y que dan forma a un proceso (no solo la dimensión económica vinculada a la oferta o la dimensión institucional); en segundo lugar, para recoger las expectativas y valoraciones que los propios actores tienen alrededor del mismo. Finalmente, el estudio realizado me permite reafirmar lo valioso de la manera de hacer trabajo de campo desde la antropología, en tanto esta permite utilizar, al mismo tiempo, un abanico de técnicas de recojo de información estructuradas y otorgarle a la observación el espacio que merece, permitiendo así un nivel de detalle y de profundidad particulares.
Identifer | oai:union.ndltd.org:PUCP/oai:tesis.pucp.edu.pe:20.500.12404/11745 |
Date | 27 March 2018 |
Creators | Burneo de la Rocha, María Luisa |
Contributors | Diez Hurtado, Antonio Alejandro |
Publisher | Pontificia Universidad Católica del Perú, PE |
Source Sets | Pontificia Universidad Católica del Perú |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | info:eu-repo/semantics/bachelorThesis |
Format | application/pdf |
Rights | info:eu-repo/semantics/closedAccess |
Page generated in 0.0135 seconds