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La estética política en la poesía de Roberto Echazú

Tesis para optar al grado de Magíster en Comunicación Política / ¿Qué pensar cuando un poema nos dice que los árboles tienen memoria? O cuando otro que las gotas de la lluvia son las lágrimas del tiempo que caen sobre la tierra.
¿Serán aquellos poemas simples adornos? ¿Serán, al mismo tiempo, unos poemas inofensivos e inútiles?
O, más bien ¿expresarán otras nociones, unas que cuestionan aquello que el discurso hegemónico dice a cerca de la memoria y el tiempo? ¿harán parte de una poesía rebelde, que continúa hablando a través de una palabra, otro tipo de palabra, respecto a lo que el hombre hace, ha dejado de hacer o podría hacer en su vida cotidiana?; es decir, respecto a aquellos problemas fundamentales que se le presentan a cada instante y que, pese a pasar desapercibidos, no dejan de hacer parte vital de la política.
Se suele considerar que la política gira esencialmente en torno a unas instituciones, como el gobierno, el congreso, los partidos políticos, los movimientos sociales y otros más.
Sin embargo, si tomamos los planteamientos de Michel Foucault, la política va mucho más allá de ese círculo, pues tiene que ver con el ejercicio del poder en todo momento y lugar. Con los procedimientos, muchos de ellos invisibles, que se despliegan por la sociedad para ejercer el poder directamente sobre cada individuo.
En el centro de esa dinámica aparece una fuerza articuladora, el discurso, no como la alocución que se brinda ante un público, ni como el contenido de una proclama revolucionaria, sino como un potente instrumento ideológico capaz de dotarle de sentido (un determinado sentido) a todo lo que nos rodea, en especial al propio hombre. Pero, para lograr que se oriente en un solo sentido, se requiere controlar su producción y circulación, a fin de conjurar los poderes y peligros de su potencial aleatorio, como explica el propio Foucault.
El discurso se remite y lleva al mismo tiempo un determinado pensamiento, haciendo que una serie de nociones fundamentales respecto, por ejemplo, al mundo, a la naturaleza, a la comunidad y al hombre, así como a la libertad, a la justicia o a la igualdad, finalmente sean interiorizadas por el hombre. Todas ellas se materializan no sólo en sus opiniones, sino en sus decisiones diarias, desde las más pequeñas hasta las más grandes.
El discurso es tan poderoso que crea en la mente de los hombres aquello que llaman la realidad y sobre ella instituye un orden, para que se funde un tipo de comunidad.
La civilización occidental ha sido construida y se mantiene hoy en pie sobre un determinado discurso, que se teje con la palabra, más bien a partir de una concepción de la palabra. En torno a ella se articula todo un pensamiento, aquel que nace con la filosofía, hace aproximadamente 2500 años.
En esa comunidad la poesía quedó proscrita para hablar de política, porque, por su naturaleza irreverente con el orden, amenazaba las propias bases del pensamiento sobre el que se sustentaba la nueva organización que nacía con la polis griega.
A pesar del paso del tiempo, esa exclusión ha permanecido como una herencia hasta nuestros días, ya que para el conjunto de la sociedad la poesía hoy se encuentra confinada como un mero adorno, inofensivo e inútil.
Y, sin embargo, independientemente, ella sigue hablando...
En la poesía de Roberto Echazú, un poeta nacido en Tarija, Bolivia, en 1937 y fallecido en la misma ciudad el año 2007, los árboles tienen memoria y las gotas de la lluvia que caen del cielo también son las lágrimas del tiempo.

Identiferoai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/133741
Date January 2013
CreatorsLea Plaza, Sergio
ContributorsArancibia Carrizo, Juan Pablo, Instituto de Comunicación e Imagen
PublisherUniversidad de Chile
Source SetsUniversidad de Chile
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
TypeTesis
RightsAtribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/

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