La gran depresión de la década de 1930 tuvo diversos efectos en América Latina, siendo uno de los principales la idea de mayor participación del Estado en las economías nacionales ante la deslegitimación del modelo primario-exportador vigente. En ese contexto, diversos instrumentos fueron puestos en marcha para lograr una mayor autonomía económica y el ansiado desarrollo industrial, dentro de los cuales estarían los bancos de fomento. Con la intención de transferir de manera dirigida los recursos públicos a sectores que se consideraban estratégicos, los gobiernos latinoamericanos impulsaron esta banca de desarrollo para proveer de capitales a sectores relacionados con el mercado interno, el sector industrial y a la transferencia tecnológica.
Para el caso peruano, uno de los bancos de fomento fue el Banco Industrial del Perú (junto con el agrario y el minero), aunque en un inicio no tuvo un impulso tan profundo como en otros países de la región, ya que el compromiso con el desarrollo hacia adentro y la promoción de la industrialización no era parte de la estrategia de desarrollo peruana. Sin embargo, a medida que pasaron las décadas, las necesidades de promover una diversificación colocaron al paradigma industrial cada vez más cerca de las políticas económicas. En ese sentido, se identifican cuatro etapas básicas del desarrollo de la institución. La primera, entre 1936 y 1956, se observa el nacimiento y el desarrollo inicial como reacción a los choques externos de la crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial, pero sin llegar a insertarse como parte de la estrategia de desarrollo. Esto último queda en evidencia al observar el manejo de la institución durante el gobierno de Manuel Odría (1948-1956). La segunda etapa, entre 1956 y 1968, se caracteriza por los incentivos que genera las fuertes migraciones a las zonas urbanas, los efectos de las nuevas caídas de nuestras exportaciones de materias primas y nuevos gobiernos más comprometidos con el desarrollo industrial y el mercado interno, como el segundo periodo de Manuel Prado y el primero de Fernando Belaúnde. La tercera etapa, entre 1969 y 1979, tiene un crecimiento en el contexto del gobierno revolucionario, donde el paradigma del desarrollo se caracterizó por una intervención más profunda del Estado en la economía. Finalmente, el cuarto periodo, de 1980 a 1990, en un contexto de recesión económica producto de la
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crisis de la deuda y la hiperinflación, la institución no va a soportar los niveles de morosidad de las industrias y entrará en proceso de liquidación.
La historiografía peruana no ha visto más que de una manera tangencial el desempeño del Banco Industrial del Perú, por lo que la presente investigación pretende reconstruir su desarrollo a largo plazo para identificar los aportes y las limitaciones que tuvieron para fomentar la industria en el Perú, en el periodo del paradigma industrialista latinoamericano del siglo XX. / Tesis
Identifer | oai:union.ndltd.org:PUCP/oai:tesis.pucp.edu.pe:20.500.12404/12388 |
Date | 02 August 2018 |
Creators | Lobo Collantes, Juan Franco |
Contributors | Monsalve Zanatti, Martín |
Publisher | Pontificia Universidad Católica del Perú, PE |
Source Sets | Pontificia Universidad Católica del Perú |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | info:eu-repo/semantics/masterThesis |
Format | application/pdf |
Rights | info:eu-repo/semantics/openAccess, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/ |
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