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Emma Goldman historia y pensamiento de una anarcofeminista

Memoria para optar al Título Profesional de Periodista / “Si votar cambiara algo, sería ilegal”, fue el primer eslogan sobre Emma Goldman que vi en una feria del libro popular. Acompañada con una imagen de una mujer de unos cuarenta años, con lentes, sombrero de paño y una mirada severa, la frase me impresionó. Hasta entonces, no había pensado en la inutilidad del voto ni en sus limitaciones.

Fue un descubrimiento. No hizo falta mucho tiempo para enterarme que fue una niña que escapaba de la Rusia zarista a fines del siglo XIX y que llegó a Estados Unidos a trabajar en una fábrica textil. Allí se encontró por primera vez con los camaradas anarquistas que la acompañarían en los años siguientes y con quienes también conoció las primeras luces sobre aquella teoría revolucionaria. Junto a ellos fue testigo en 1886, en Chicago, de los asesinatos de Haymarket , sucesos que la abrieron a la vida libertaria.

Emma parecía no conformarse. Pedía más. Encontró su oficio ideal: la propaganda y la agitación. Toda su vida la dedicó a dar conferencias a través de Estados Unidos y otros países, para alertar a los y las trabajadoras y mujeres sobre temas que consideraba relevantes. Habló sobre antimilitarismo, aborto, matrimonio, control de natalidad y, antes de llegar a la Unión Soviética, sobre la Revolución Rusa.

Dio vida a una publicación radical y libertaria: Mother Earth. Con la ayuda económica de algunos camaradas, logró sacar adelante un pasquín mensual donde abordaba temas de actualidad. Durante doce años consiguió sacar a flote una revista de unas 60 páginas, con artículos sobre feminismo, sindicalismo y los montajes contra los anarquistas de San Francisco y Milwaukee, por mencionar algunos ejemplos de la agenda del medio.

Emma Goldman siguió dando conferencias por el país, enfrentándose a detractores y policías que intentaban acallarla. El 11 de febrero de 1916 fue detenida junto a Alexander Berkman por protestar contra la ley que imponía el servicio militar obligatorio y fue deportada de Estados Unidos a su ex patria rusa, transformada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Decepcionada, comprobó que la revolución no era lo esperado. Volvió a partir y se mantuvo en un viaje permanente, cual agitadora itinerante. Estuvo en Alemania, Inglaterra, Francia y España, entre otros. Mantuvo intacto su amor por la propaganda y, adonde iba, ofrecía conferencias multitudinarias o escribía artículos para publicar en periódicos anarquistas. Así, encontró la muerte en mayo de 1940 en Canadá, a los setenta años.

Identiferoai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/133191
Date January 2014
CreatorsPrice Castillo, Virginia
ContributorsLagos Lira, Claudia Paola, Instituto de Comunicación e Imagen
PublisherUniversidad de Chile
Source SetsUniversidad de Chile
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
TypeTesis
RightsAtribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/

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