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El planeamiento de la oportunidad: la posmodernidad en Alicante

El Movimiento Moderno en el urbanismo surge como pensamiento ante la aparición de nuevos problemas urbanos en la ciudad postindustrial. El urbanismo del Movimiento Moderno aspiraba a una ciudad regulada y racional para la vida personal y colectiva. El estudio y difusión del Movimiento Moderno se produjo a través de los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna). Las ideas del Movimiento Moderno para la ciudad se fueron gestando en un contexto social y científico en donde imperaba el positivismo a partir de la década de los años veinte del Siglo XX. Los intentos de aplicación de estas ideas al urbanismo de la ciudad de Alicante se plasmaron en los años de 1958 y 1976, en los que coincidió la regulación de la primera ley del suelo de 1956, influenciada por los criterios racionales de la movilización del suelo, intervención pública y lucha contra la especulación. Entre el PGOU de 1973 y el PGMO de 1987 de la ciudad de Alicante surge la corriente posibilista que aleja el plan de la ciencia positivista. Los mayores avances tecnológicos y científicos alcanzados generan el espacio de confianza suficiente para que se fije una apertura y creencia que alcance propuestas flexibles, en lo que es el caldo de cultivo idóneo para la extensión de una economía liberal. En este contexto, la crítica al urbanismo del Movimiento Moderno surge de un avance y mayor desarrollo del mismo, o igualmente de una contraposición a sus teorías menos avanzadas o anteriores a las formuladas en el IV CIAM. La posmodernidad en el urbanismo coloca al ser humano en el centro de la planificación desde una concepción moral de mayor libertad individual y menos visión colectiva, desde una mayor flexibilidad y una menor rigidez de plan urbanístico. Los modelos social, funcional y morfológico, plasmados en el marco legal y en los planes generales redactados en Alicante ofrecen una aplicación del Movimiento Moderno y la posmodernidad que finalmente no ha resultado satisfactoria. La dificultad de encajar el pensamiento teórico se ha visto perjudicada por las prácticas especulativas, la escasa gestión urbanística y la imposición de la oferta y de la demanda. La flexibilidad resolutiva introducida por el pensamiento posmoderno no ha conseguido tampoco embridar el urbanismo desarrollista y especulativo. La eficiencia o falta de aplicación de estos planes han sido responsables de la actual ciudad sin modelo social, sujeta a los criterios funcionales de cada etapa (administración, comercio, turismo y residencialismo), reflejados en sucesivas etapas expansivas que han contribuido a romper la forma urbana coherente y el modelo social cohesionado. Los procesos y formas urbanas inherentes a la plasmación final de los modelos urbanos pretendidos ha influenciado en la segregación socioespacial intraurbana del núcleo urbano de Alicante. Al más estilo clásico de la ciudad ecológica, la lucha por el espacio implica fluctuaciones sociales y económicas dentro de la propia estructura de la ciudad hasta hoy en día, para apoderamiento o pérdida del espacio dominante por parte de las rentas y clases sociales, génesis de los procesos de segregación y falta de vitalidad de ciertas partes de la ciudad.

Identiferoai:union.ndltd.org:ua.es/oai:rua.ua.es:10045/99369
Date19 September 2019
CreatorsLópez-Jiménez, Juan
ContributorsPonce Herrero, Gabino, Universidad de Alicante. Departamento de Geografía Humana
PublisherUniversidad de Alicante
Source SetsUniversidad de Alicante
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
Typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesis
RightsLicencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0, info:eu-repo/semantics/openAccess

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