Establecidos los marcos pertinentes de la metáfora del teatro y de las marionetas, presente a lo
largo de toda la obra de Schopenhauer, el lector se encuentra en condiciones de entrar al teatro
de Milán. El acceso de la puerta principal es la crítica orteguiana hecha al idealismo que permite
reconocer el singular aspecto del teatro de Milán, distinguiéndose de cualquier otra instancia
filosófica o estética donde representarnos metafóricamente el pensamiento del idealismo.
Invitación al teatro de Milán, permite situarnos en una localidad filosófica desde donde el
mismísimo Schopenhauer ha desarrollado su filosofía. Con respecto a sus pensamientos y
escritos filosóficos nos dice: “Surgieron en mí sin mi colaboración, en momentos en los que
todo querer estaba, por así decirlo, profundamente adormecido... Escribí sólo lo que se
representaba en mí durante esos momentos de conocimiento, despojados por completo de
voluntad, siendo yo mero espectador y testigo, y utilizándolo luego para mi obra”. Bien es
sabido que las localidades del teatro de Milán nos muestran el sitio de la negación. Sin embargo,
he aquí el misterio inaudito, de que la negación de la voluntad de vivir no es un triunfo sobre “el
monstruo” de la voluntad, sino el misterio de su autosupresión. De modo que la acción del fugaz
“sedante” metafísico bessere Bewusstsein y su posterior despliegue y evolución filosóficaal
pensamiento de la negación de la voluntad de vivir, posible gracias al descubrimiento de la
dimensión espiritual de la India, termina siendo igualmente un acto libre de voluntad. Por esta razón, las localidades del teatro de Milán no pretende aludir solamente a una
instancia filosófica sino también estética sin implicación de esa seriedad seca y segadora.
Schopenhauer ama el arte contra la voluntad de vivir, como signo en el que se manifiesta la
fatiga y el dolor del mundo, espectáculo nefasto de lucha feroz que sus formas sostienen entre sí.
Puesto que en el escenario no hay ningún ser que no busque su realización aunque sea del modo
más oscuro. Ese es el espectáculo que vemos en el escenario desde las localidades y que las
Übermarionettes saben que no es más que voluntad. Goce estético, transformación de la vida en
juego, una broma pesada que ya no se deja sentir como tal. En el arte la voluntad no ha sido
negada, sino que sólo ha perdido un rato su potestad sobre nosotros. Contemplada en el arte, la
voluntad que ejerce sus dominios arriba del escenario de todos los tiempos, nos ofrece ahora un
“espectáculo elocuente” – “libre de tormentos”, como si ya hubiésemos negado toda voluntad,
toda acción, todo proyecto ávido de convertirse en hecho, los cuales versan sobre motivos y
encuentran todos una razón suficiente digna de esfuerzo serio para ser realizados. “Lo que de
manera casi inevitable nos convierte en personas irrisorias es la seriedad con la que cada vez
nos tomamos el presente, un presente cuya apariencia de gravedad parece ineludible. Sólo
unos cuantos espíritus grandes lograron escapar de esta situación, dejando de ser así personas
irrisorias para convertirse en personas reidoras”.
Identifer | oai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/108786 |
Date | January 2003 |
Creators | Baquedano Jer, Sandra |
Contributors | Acevedo Guerra, Jorge, Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Filosofía |
Publisher | Universidad de Chile |
Source Sets | Universidad de Chile |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | Tesis |
Rights | Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/ |
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