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Las manifestaciones de la pugna Iglesia-Estado en Chile respecto de la sucesión arzobispal de Santiago, 1878-1886

Tesis para optar al grado de Doctor en Historia mención Historia de Chile / A través de un conjunto de documentos recopilados en el Archivo de Estado de El
Vaticano, de diarios de la época y de otras fuentes, la Tesis se aboca al análisis
pormenorizado de uno de los problemas más complejos que afectaron las relaciones
entre la Iglesia y el Estado en Chile durante la segunda mitad del siglo XIX. Se trata
fundamentalmente de la sucesión arzobispal de Santiago, problema que se desencadenó
luego de la muerte del respetado Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso, tras cuyo
deceso el Cabildo Eclesiástico eligió como Vicario Apostólico a Joaquín Larraín
Gandarillas, mientras que el Gobierno arrógandose el Derecho de Patronato que no le
había sido reconocido por la Santa Sede, procedía a elegir, avalándose en la
Constitución, como Arzobispo de Santiago al prebendado Francisco de Paula Taforó.
Debido a que la Santa Sede consideraba a Taforó partidario de las ideas liberales y
afín de los gobiernos contrarios a la Iglesia, no cursó la preconización de Taforó,
aunque éste renunció ante la Santa Sede. La situación se mantuvo en un status quo
durante los años 1879-1880 por haberse producido la Guerra del Pacífico, para
reactivarse desde septiembre de 1881, una vez asumida la presidencia por el liberal
Domingo Santa María de férreo carácter. Santa María no sólo avaló a Taforó sino que
insistió reiteradamente a través del Plenipotenciario chileno en Roma para que la Santa
sede reconociera a Taforó como Arzobispo. Ante esto, llegó desde Roma en mayo de
1882 la misión del Delegado Apostólico Monseñor Celestino Del Frate, quien al no ser
comprendida la naturaleza de su misión por parte del gobierno, terminó por ser
expulsado del país en enero de 1883, suspendiendo además el gobierno chileno las
relaciones diplomáticas con la Santa Sede, resultado de lo cual fue la promulgación de
las denominadas Leyes Laicas (1883-1884), con las cuales el estado pasó a desempeñar
las funciones civiles que poseía la Iglesia.
Los años 1884 a 1886 fueron testigos del esfuerzo de Santa María, valiéndose de
su amistad con el Sub-Secretario de Estado de la Santa Sede Monseñor Mario Mocenni,
por llegar a un arreglo de la controversia, para pasar a la posteridad sin la mancha de
haber sido el causante de la división interna de la sociedad por este hecho. Aunque en
las cartas con Mocenni, Santa María justifica plenamente lo obrado, no deja por ello de
insistir en que se provea el Arzobispado de Santiago, el Obispado de Concepción y el de
Ancud con nuevos clérigos a los que finalmente acepta la Santa Sede. Santa María
podía retirarse del poder habiéndole dejado a su sucesor, José Manuel Balmaceda,
solucionado el problema.
iii

Identiferoai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/113780
Date January 2012
CreatorsMartinic D., Zvonimir
ContributorsSilva Galdames, Luis, Facultad de Filosofía y Humanidades, Escuela de Postgrado, Departamento de Ciencias Históricas
PublisherUniversidad de Chile
Source SetsUniversidad de Chile
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
TypeTesis

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