Explica que ser original no implica ser un adicto al riesgo, sino que más bien es saber manejar un portafolio de riesgos, aquellos que se asumen y en los que uno se cubre. Indica que la originalidad no es un don que nace con la persona, sino que es una habilidad que puede ser cultivada a fin de comunicar e implementar, con el timing correcto, conceptos novedosos en el contexto empresarial sobre el que nos desarrollamos.

Las empresas se enfrentan inevitablemente a amenazas externas e internas. Los más poderosos enemigos externos son la sustitución y la imitación. La primera de ellas es cuando tu negocio es reemplazado por completo en el mercado por una nueva forma preferida por el cliente. Cuando se trata de una sustitución no es que tu negocio no sea bueno o el mejor. Simplemente ya no sirven para el mercado. Pasaron. En cambio, la imitación es parte de la natural competencia. Ante tu negocio, aparecen otros jugadores que te imitan con mayor o menor éxito y te roban clientes.

Explica que la innovación no es una tarea exclusiva de personas excepcionales y reconocidas por su creatividad o artificio para encontrar soluciones, sino que todos podemos ser innovadores si nos lo proponemos. Sostiene que actualmente y a través del Design Thinking, el Storytelling, Agile y el Business Model Canvas se ha visto resultados que han demostrado valor en empresas como Apple, Google, Tesla o Amazon.

Explica que el desafío de los negocios el día de hoy es reinventarse, puesto que las empresas tradicionales son poco sostenibles. Esto implica innovar en términos de productos, procesos, modelos de negocios y fundamentalmente en formas de gestión.