The El Rosario Quadrangle, situated 100 kilometers northwest of the capital, Tegucigalpa, on the Carretera del Norte, straddles the boundary between the Volcanic Ranges and Plateaus and the Central American Cordillera morphotectonic units, and includes pre-Mesozoic metamorphic rocks, Mesozoic and Tertiary sedimentary rocks, and Tertiary intrusive and volcanic rocks. The oldest rocks exposed are two facies of the pre-Mesozoic Cacaguapa Schist: the Humuya Member of sheared conglomerate, containing evidence of two metamorphic periods, and schist with interlayered, boudinaged meta-andesite; and the Las Marias Member of sericite-quartz schist with inter-layered marble and quartzite. Nonconformably overlying the metamorphic rock are interbedded conglomerate, sandstone, and shale, with intercalated volcanic rocks of the early Mesozoic Todos Santos Formation. The early Cretaceous Yojoa Group of carbonate rock overlies the Todos Santos Formation. Two formations comprise the Yojoa Group: Cantarranas Formation of thin-bedded, marly limestone and the overlying Atima Formation of massive limestone. The Late Cretaceous to early Tertiary (?) Valle de Angeles Group includes red sandstones and shale with minor conglomerate. Padre Miguel Group (Miocene?) siliceous ignimbrite and reworked pyroclastic rock are represented by the La Sabana and Cerro Le Cañada ignimbrite members. The La Sabana ignimbrite has an olivine basalt flow within its lower part. Intrusive igneous rocks include rhyolite with tuffaceous, devitrified-tuff, or granophyric textures, basalt and gabbro dikes, and intruded gabbro. These rocks record three major episodes of deformation: pre-Mesozoic folding and development of schistosity; the Montaña de Comayagua structural belt, a N. 60° W. structural high with high-angle reverse faults formed during the Laramide orogeny; and Tertiary faulting that formed north-trending grabens. The Opoteca silver mine may be the richest mineral deposit within the El Rosario Quadrangle. / text

Mexico’s national sport of charrería is practiced year-round by Mexican-American communities across Texas. Roughly 50 teams play across the state for a chance to compete with other U.S. and Mexican teams in annual tournaments. The sport is a multi-staged competition in which teams of men and women are awarded points for the careful execution of 10 events. These test horsemanship, lasso control, and bull and mare riding. In both nations, riders must use sanctioned garb and horse tack. But riders in the U.S. carry more than just the technical knowledge of the sport. For central Texas teams outside of Austin, their participation in this culturally significant sport brings together their community. It connects riders with their heritage and identity. In this report, I profile two teams: the men’s team of El Herradero and the women’s team of El Rosario. Both train and compete at Rancho Tres Potrancas outside of Austin, Texas. The ranch is owned by local charrería association president and El Herradero captain, Roberto Chavira. I discuss the sport and its history in Mexico and the U.S., but also how riders from the two Austin teams find a sense of community and unity through charrería. / text

Geólogo / Este Proyecto fue iniciado a mediados de la década del 70 . Originalmente consideraba el estudio del emplazamiento de por lo menos, cuatro embalses pequeños, en los valles de mayor relevancia del área, como una forma de poner fin al déficit en el abastecimiento de agua potable de los balnearios del Litoral Central, cuya administración estaba a cargo entonces, de la Dirección de Obras Sanitarias (DOS) y posteriormente del organismo que la sucedió, el Servicio Nacional de Obras Sanitarias (SENDOS), dependientes del Ministerio de Obras Públicas. Con posterioridad, el Proyecto perdió prioridad, una vez que se privatizó el sistema sanitario, considerando la inversión que significa un proyecto de esta envergadura. Considerando la ubicación central en el área, se escogió el estero El Rosario, en la comuna de El Tabo, que presenta una hoya hidrográfica relativamente importante y que sería el punto de partida del mejoramiento general. Este trabajo, iniciado hace 40 años, comprende el estudio de la Geología y las características geotécnicas del valle del estero El Rosario, orientado a definir las características de la roca de fundación del muro del embalse. El área se encuentra compuesta fundamentalmente por rocas intrusivas, principalmente tonalitas, constituidas en un gran plutón, el Batolito de la Costa, de edad paleozoica. Estas rocas presentan buena calidad geotécnica. Con este fin se ha escogido un sitio, situado al interior del valle del estero del Rosario, a una cota de alrededor de 75 m s.n.m., y a unos 5.000 m desde la costa, junto al lugar denominado La Capellanía, que corresponde a un sector de gargantas angostas, con características sinuosas, una gradiente de 0,1 %, que se sitúa unos 1.000 m aguas abajo de la confluencia de los esteros del Rosario y de Carvajal. El valle presenta una sección de 80 m en el sector y está constituido por roca fresca en la base, con espesores variables de roca meteorizada (maicillo), en las laderas. El Proyecto considera la construcción de un muro de enrocado, de hasta 20 m de altura, con lo que se cubrirá una superficie de 2 Km2, que podrá llegar a contener 6 millones de m3 de agua, a lo largo de 2 Km del valle. Desde el punto de vista de la Geología y la Geotecnia, el sector se presenta estable, considerando la buena calidad de la roca granítica y que no se observa reactivación de las fallas que han afectado a las rocas postmiocénicas.