Tesis para optar al grado de Licenciada en Filosofía / En la era de la técnica hemos oído bastante sobre el habitar y los modos de habitar, ya sea en círculos sociales, académicos, en pronunciamientos gubernamentales y científicos; no obstante, estas consideraciones no revelan ni alcanzan el ámbito de lo verdadero y de lo esencial. La reflexión de Heidegger sobre la época técnica, permite traer a lenguaje el pensar propiamente liberador, aquel que nos lleva a meditar la esencia, lo que en nuestro tiempo se torna lo más meditable, a fin de orientar el actual modo de habitar, de ser sobre la Tierra, y abrir nuestro Dasein a la esencia del destino [Geschick] del Ser en esta época. Tal aperturidad de nuestro Dasein es la posibilidad de esperar en el peligro del despliegue de la esencia de la técnica moderna, otro modo de adverar [Währen], revelando la riqueza e inagotabilidad del Ser mismo. La siguiente meditación pretende permanecer al lado del pensar de Heidegger, y escuchar más que leer, lo que el lenguaje [Sprache] tiene que decir, a fin de permitirle al habla, que nos concierna [anspricht] desde su esencia. Esbozaremos una comprensión a ¿qué significa preguntar por la técnica?, y cómo llegamos al planteamiento de la pregunta por ella. Tal ejercicio del pensar constituirá la etapa preparatoria para una relación libre con ella, y así poder esperar en la verdad del Ser [Wahrheit des Seins], el advenimiento de un nuevo destino del Ser. Llegaremos al momento de la mostración de la esencia como lo perdurante y otorgante [dasGawährende] desde el alba inicial en la figura del Ser en esta época: lo dis-puesto [dasGe-stell], y podremos esclarecer en qué sentido de esencia, el peligro de la esencia de la técnica moderna constituye lo confiante y perdurante, en medio de él. Veremos cómo desentrañar lo perdurante de la esencia, es decir, situar y mantener nuestra mirada apuntando al ámbito de la Lichtung, el Claror del Ser, pensando lo perdurante de la esencia, en medio de lo dis-puesto, cuidando el crecimiento de lo salvador y de este modo vincular la esencias del hombre y del Ser, en el espacio esencial, propio de cada uno y lograr la comprensión del hombre como el que habita, el habitante.