La formación de valores aparece como una clara exigencia de la sociedad al sistema educativo. Adquiere diversas formulaciones según las épocas y los contextos geográficos. La razón más representativa para plantear la necesidad de una formación de valores se relaciona directamente con un fenómeno de cambio de valores a nivel mundial. Los valores de hace 50 años atrás se están derrumbando, construyéndose valores más individualistas. Esta situación afecta de manera especial a la población adolescente. Algunas de las circunstancias de ésta que se podría denominar “crisis” de valores son: la influencia debilitadora de la televisión; el cambio de la estructura familiar, el rompimiento de las relaciones entre la escuela y la comunidad. Existe una preocupación generalizada por los nuevos problemas éticos que surgen debido al desarrollo de la ciencia y la tecnología. Ello debiera encontrarse incorporado en la educación, de manera que tanto los niños como los adultos sean informados de los nuevos descubrimientos y tengan también la oportunidad de considerar las consecuencias de estos desarrollos desde un punto de vista de valores. Ambos aspectos tienen que ver con la calidad de vida actual e inclusive con el futuro de la humanidad. Se considera que la educación es un arma poderosa para luchar contra todo lo que daña a la sociedad. Las actitudes de intolerancia, la falta de respeto entre personas, la xenofobia y el racismo se han incrementado en los últimos años. Si partimos de la realidad educativa boliviana, vemos que no es distinta, ya que no somos una isla, apartados de los problemas existentes en el mundo, el avance de la ciencia, la tecnología y el fenómeno de la globalización han logrado que los problemas sean comunes. Efecto de este fenómeno puede observarse también en nuestra sociedad la “crisis” de valores, siendo los más afectados nuestra juventud.