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Xavier Abril, novelista disolvente y germinal: tientos sobre el autómataElguera Olórtegui, Christian Alexander January 2013 (has links)
El nacimiento de esta tesis se debe a Carlos Eduardo Zavaleta. En unas de las tantas noches que nos reuníamos en su casa le pregunté cuál podría ser un buen tema para la tesis de licenciatura. De inmediato, Zavaleta nos dijo que sería buena idea centrarse en la narrativa de Xavier Abril, especialmente en su novela El autómata. Esta información nos sorprendió. Para aquel entonces sabíamos del Abril poeta gracias al Panorama actual de la poesía peruana de Estuardo Núñez y a los poemas recopilados en La poesía contemporánea del Perú.
Guiados por la curiosidad decidimos presentar una ponencia en I Encuentro de jóvenes investigadores en narrativa peruana e hispanoamericana (UNMSM, 9 de abril del 2008), donde comparamos esta novela con XYZ de Clemente Palma. En lo sucesivo nuestro interés siguió calando ya no solo en El autómata sino también en la obra de Xavier Abril tal como podrá apreciarse en las reseñas y artículos que escribimos1, comparando afinidades con sus coetáneos (Adán, Westphalen), así como las variantes de estilo y afectos de su prosa, siempre al alimón entre el espíritu vanguardista y el credo revolucionario.
Conforme avanzaban las pesquisas advertíamos que Xavier Abril había sido ignorado por la crítica o, en el mejor de los casos, estudiado a volandas, como mención que no debe olvidarse, pero en la que pocos ahondaban. Mirko Lauer, por ejemplo, mencionaba que Hollywood era uno “uno de los poemarios subvaluados de la vanguardia peruana” y que “Uno de los que más afectado quedó (en lo editorial y en lo personal) por el deslizamiento que produjeron los años de indiferencia al vanguardismo fue Abril (“Abril” Para un recuento de nuestras investigaciones sobre Xavier Abril y la vanguardia véase la bibliografía final. 15-17). Por esto resulta loable que recientemente hayan surgido nuevos estudios acerca de la obra de este autor, destacando los abordajes de Carlos López Degregori, Américo Mudarra y Lisandro Gómez, y que hayan aparecido títulos que permitan el descubrimiento de Abril, cítense sino Poesía soñada y Poesía vanguardista peruana T. II.
Sin embargo los estudios sobre El autómata se han mantenido a la zaga. Si los hay entre otros, consideramos dos motivos a los que se debe este olvido: a) su publicación interrumpida que impidió se le conociera íntegramente hasta 1994, tras sesenta y tres años de la primera aparición, b) su circunscripción a la narrativa vanguardista, cuyos códigos aún no han sido revisados con la minuciosidad que ameritan, siendo un tema aún por estudiar, por lo cual resulta coherente la desatención hacia este texto, con suerte semejante a la del Hidalgo cuentista.
Para Gonzales Vigil en el prólogo de El cuento peruano 1920-1941, Xavier Abril — al igual que Adán y Vallejo— es “una prosa liberada de la estética realista” (24), caso de “osadía y originalidad innovadoras” en la narrativa peruana, (32) miembro del “experimentalismo” (35). Si bien este juicio se basa en la lectura de Hollywood lo consideramos también válido para comprender la modernidad literaria de El autómata: su tecnificación textual corresponde al corpus de narraciones vanguardistas latinoamericanas, destacando por la brevedad (los capítulos son estampas), fractalidad (la secuencia no es cronológica ni causal) y gaseosidad (oposición a la rigidez novelesca decimonónica).
Pero su importancia no es solo formal. En “Homenaje en el Cincuentenario de Amauta” (1976), Xavier Abril especificó que su “fervor mariateguista” se inició en 1925 (81); una fecha temprana que evidencia desencuentros entre su posición política y expresión artística: desde 1925 hasta 1930 Abril es reconocido como escritor vanguardista (Gonzales Vigil, “Prólogo” 29), presentando al respecto dos características esenciales: “humorismo” y “afán lúdico” (Rama, “Medio siglo” 154). Posteriormente asistiremos a un cambio: cuando Abril escribe El autómata empalma preocupaciones sociales y espirituales, conjugando la ebriedad surrealista y revolución comunista. A este periodo sucederá la introducción en la literatura proletaria, expurgándose cualquier vestigio del vanguardismo. En este sentido es importante recalcar que El autómata se escribe cuando “suena la campana de 1930 que pone en claro los límites de la empresa [vanguardista] y los fuerza a una rearticulación de su proyecto inicial” (Rama, “Medio siglo” 154)2. Esto se ejemplifica en la composición a caballo entre la experimentación literaria (ruptura formal) y las tensiones ideológicas entre burguesía y comunismo (ruptura social).
Esta última formulación define la toma de posición abrileana. En semejanza a Mario de Andrade que declara: “Eu insulto o burguês funesto”, “Fora o bom burguês” (“Ode ao Burguê”), o al narrador nerudiano de El habitante y su esperanza, aburrido y amargado de los itinerarios oficiales, “días que se arrastran desgraciadamente” (22), Xavier Abril configura sujetos líricos con una afectividad opuesta al establishment burgués. Sin embargo, si Hollywood continúa la tradición de despatarrar a los burgueses, en El autómata las críticas del narrador son combativas, subrayando la acepción militar de vanguardia, funcionando como “arietes para derrumbar las puertas de las ciudades culturales” (Rama, “Medio siglo” 118).
Ahora, en este nivel Abril no se inserta en una problemática latinoamérica, sino que forma parte de un vanguardismo externo, conectado al sistema literario europeo (Rama, “La tecnificación” 370). Abril escribe entre sones de coyunturas sociales, por esto su obra permite comprender afectivamente el Geist de una década, respondiendo a las responsabilidades del nuevo artista. A guisa de explicación recordemos que según el catalán Martí Casanovas el artista “as an integrated part of society, should be stirred by the ʽsame problems that agitate all people’”3 (Unhuh 79); igualmente Mariátegui sentenció que “El artista que no siente las agitaciones, las inquietudes, las ansias de su pueblo y de su época, es un artista de sensibilidad mediocre, de comprensión anémica” (“Amantes” 57). Abril con El autómata aborda temas de preocupación humanista: el hombre es reducido a un engranaje, dominado por fuerzas que lo alejan de toda vitalidad. Rezuma en tal personaje el insecto kafkiano, el hollow man de Elliot, el dublines joyceano, el hombre-estuche de Benjamin. El autómata que Abril crítica es el spießer4 que conforma la Gestell heideggeriana.
Por esto proponemos es que El autómata fluctúa entre la disolución de la muerte excesiva (estilo mortuorio, mismidad burguesa) y la germinalidad de nueva vida (estilo vital, proyecto crítico–mítico-utópico). Esta hipótesis parte de un juicio de André Breton sobre el conde de Lautreamont: “Lautréamont’s language it at once a solvent and an unequalled germinal plasma” (Black humor 133)6. Este proceso implica los siguientes aspectos: a) Disolver la muerte es curar la vida gastada y arruinada (cuerpo enfermo y corpse) por los excesos de un poder inhumano, brutal en su castigo e incesante en la 3 “Como un integrante de la sociedad, debe estar conmovido por ʽlos mismos temas que agitan al pueblo’” (Nuestra traducción).
4 Como bien indica Lowy este vocablo refiere al “individuo chabacano, corto de miras y prosaico de la sociedad burguesa” (“Walter Benjamin” 80)
5 Con este terminó Heidegger explicaba el castigo que el hombre recibía de la sociedad tecnológica que había construido, no siendo sino la pieza barata de un gran andamio, atrapado en la tecnocracia y alejado de toda autenticidad (Steiner 198-199). 6 “El lenguaje de Lautréamont es a la vez un disolvente y un plasma germinativo inigualable” (Nuestra traducción).
vigilancia (ciudad, hospital), b) la transformación germinativa no es abstracta sino que —si bien la promueven elementos contrafactuales— se consuma dentro del mundo concreto: únicamente en la mundanidad advendrá la regeneración, recuperando lo arrebatado al protagonista, Sergio (salud, voz, claridad, vitalidad, etc.).
Tras lo anotado bosquejamos el esquema de nuestra investigación. Nuestro primer capítulo se centra en evaluar las publicaciones interrumpidas que ha tenido este texto, desde la primera aparición en Bolívar N° 13 (1930) hasta la edición de El autómata y otros relatos (2008). Asimismo hacemos un recorrido por el corpus crítico que se ha ocupado de este texto, a fin de confrontar y hacer un balance de los diversos enfoques.
La obra de Xavier Abril supera el tono lúdico o estridente de las prosas de Hollywood. Relatos Contemporáneos, filiándose a la desazón y halo surrealista de Difícil trabajo: antología (1926-1930). Por este motivo decidimos analizar en el segundo capítulo de esta tesis cada uno de los libros mencionados, pues al hacerlo sopesamos gradualmente las tomas de posición que Abril experimentó entre la década del 20 e inicios del 30. Solo de esta manera podremos comprender la particularidad y valor de El autómata como parte de un conjunto y resultado de una evolución ideológica-estética.
Un motivo especial que nos llevo de la simple curiosidad al estudio sistemático fue una cita de Zavaleta, la cual afirmaba que El autómata era uno de los textos más pesimistas de la literatura peruana. No fue difícil comprobarlo. Benjamin comentaba a Adorno que al leer El campesino de París sentía palpitaciones de corazón (Correspondence 488); de la misma manera podemos decir que cada página de El autómata fue la intensa sensación del dolor de un cuerpo inerme, enfermo y torturado, al que se ha hurtado violentamente toda dignidad humana.
En aras de discernir y discutir “la negritud” o pesimismo de esta novela hemos establecido que su discurso transita entre lo eufórico y fórico, que a su vez corresponde a dos diferentes tipos de estilo: a) mortuorio y b) vital. En un nivel inicial el texto nos conduce a los bajos fondos de la muerte, operativa tanto a nivel físico y mental, basada en la ideología de un programa coercitivo; mas, después, este nivel troca su acentualidad y es desplazado por nuevos intereses y búsquedas. Es el paso de lo abyectable hacia lo deyectable.
El tercer capítulo está íntegramente dedicado a dilucidar el primer nivel o estilo mortuorio. En este apartado nos interesa demostrar que el discurso de El autómata debe entenderse como la representación crítica de un sistema de poder que despoja a los hombres de toda humanidad, reduciéndolos a engranajes fáciles de controlar y liquidar. En este sentido hacemos un seguimiento de tres momentos que consideramos relevantes para comprender dicha configuración textual: el automatismo, el talante subversivo de la narrativa joyceana, los escenarios y afectos de la literatura gótica.
Pero conforme el proceso agónico se desenvuelve, la novela también permite advertir la creencia en un cambio, asunción que determina la huida del espacio mortuorio y la necesidad de adquirir algo que sea novedoso en medio de la cotidianidad del programa. Consideramos que en aras de este proyecto el discurso presenta una crítica de la ideología burguesa, enunciada y dirigida por el narrador, quien cuestiona “un modo de vida que considera atrofiado, falaz, antinatural” (Mudarra 57). Ahora, al unísono de esta disidencia a nivel sociológico, observamos en El autómata otros modos de abolir la muerte y acercar al hombre hacia la vitalidad, por ejemplo el mito y la utopía.
El aleccionamiento del narrador a sus destinatarios textuales (se dirige a un vosotros) delinea una axiología y un modus vivendi alternativo donde “La visión de lo que debe ser (…) no puede separarse empero de una actitud crítica ante el modo de ser actual en el mundo” (Buber 17-18). La filípica del narrador contra el automatismo no es solo ataque sino también esperanza, firme asunción en el mudar del mundo: “El sufrimiento que nos causa un orden absurdo prepara el alma para la visión” (Buber 18). Se trata de una utopía relacional, que se comparte con la comunidad humana para cesar el hipar producido por el sistema burgués-capitalista.
La metodología que nos ha guiado en la interpretación textual ha sido a) la semiótica tensiva, a partir de cuya terminología establecemos la clasificación y gradualidad de los estilos de El autómata; b) la sociología de la literatura desde la cual comprendemos los aspectos epocales de la novela, dilucidando sobre la correspondencia entre el régimen del programa y una clase social específica como la burguesía, identificando además el sentido ideológico del automatismo.
Las páginas que siguen no hubieran tenido ninguna dirección sin los aportes de Carlos Germán Belli, quien amablemente, por vía telefónica, nos brindó datos acerca de libros, autores y temas que ampliaron nuestro horizonte. De igual importancia han sido los diálogos con Antonio Melis quien, las veces que coincidimos en diversos congresos, nos comentó sobre aspectos personales y escriturales de Xavier Abril, su gran amigo.
Los consejos de Ricardo Silva-Santisteban han sido sumamente invaluables a lo largo de esta tesis: cada conversación con él fue una luminaria que nos permitió esclarecer dudas y profundizar en la obra abrileana y poética vanguardista; los libros que nos facilitó fueron indispensables para el desarrollo de estas líneas. Digno es también de mencionarse el apoyo bibliográfico de Camilo Fernández Cozman, Giancarlo Stagnaro, Brenda Acevedo y Cesar Lopez; así como las siempre apreciables correcciones de Catherine Lozano.
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La cura por la palabra. Erotismo y escritura en Descubrimiento del alba de Xavier AbrilSolís Gómez, Lisandro Jesús January 2015 (has links)
Nuestra investigación busca describir la tensión constitutiva que configura la estructura interna de Descubrimiento del alba de Xavier Abril. Este poemario es, en simultáneo, un elogio de la poesía como instancia capaz de paliar la ausencia del otro (la amada principalmente, aunque también están presentes las imágenes de la madre y la amistad, que no serán trabajadas en nuestro estudio), de constituir un discurso que reanime la memoria, signada por el erotismo (Bataille, 1982; Paz, 1993) como una marca positiva del encuentro y la reconciliación con la alteridad (Buber, 1969). Pero también es una aguda y dolorosa reflexión sobre el proceso de creación artística, donde Abril problematiza la capacidad de la poesía para transmutar la experiencia vital en obra de arte (Barthes, 2009; Paz, 2008). Así, el poemario se sostiene sobre una contradicción que oscila entre el encomio de las cualidades terapéuticas del arte y la vacilación ante su capacidad para restituir la verdad de la vida. Esta duda se condice con el proceso creativo de Abril y con el desarrollo de la vanguardia poética peruana (Lauer, 2001; Ortiz, 2013). La fractura del discurso poético, que afirma y niega al mismo tiempo, nos obliga a reconocer un nivel metatextual donde el plano del enunciado, intermitentemente, es invadido por el plano de la enunciación, producto del cual surge una reflexión sobre la escritura poética (Barthes, 2009b) y sobre el carácter ficcional de la voz lírica (Mignolo, 1982; Osorio, 1974; Blanco, 2006). / Tesis
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