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Evaluación y Tratamiento de la Mama TuberosaMuñoz Del Olmo, Juan Luis 19 February 2016 (has links)
Las técnicas descrita en este trabajo para la corrección de las mamas tuberosas grado I, II y III se desarrollaron en el departamento de Cirugía Plástica del Prof. Dr. J. M. Serra Renom; se presentan para optar a la Tesis Doctoral por la Universidad Internacional de Catalunya.
La mama tuberosa constituye una malformación frecuente que afecta unilateralmente o bilateralmente a las mujeres, causando una gran afectación psicológica y representado un reto reconstructivo para el cirujano plástico. En la gran mayoría de los casos las pacientes desconocen que presenten ésta malformación. El motivo de consulta mas frecuente en estos casos es aumentar el volumen de las mamas y mejorar la forma de las mismas.
El término de “ mama tuberosa ” fue descrito por primera vez por Rees y Aston en 1976, y se define como una malformación mamaria que se caracteriza por una falta de crecimiento de la mama en toda o en parte de su base o contorno, adoptando en ocasiones una forma que recuerda la de un tubérculo de las raíces de algunas plantas.
La incidencia de aparición de mamas tuberosas no está suficientemente estudiada, pero si se puede decir que es una malformación relativamente frecuente. Se evidencia en mujeres durante el crecimiento de la mama en la pubertad.
Hay diferentes teorías sobre la etiología de esta malformación, pero ninguna es totalmente satisfactoria; sin embargo tiene una mayor aceptación la teoría que respalda la alteración en el desarrollo de la fascia superficial.
Desde 2001 hasta finales 2004 se trataron en nuestro servicio 45 casos de mamas tuberosas que presentaron diferentes grados de deformidad en edades comprendidas entre los 20 y 38 años. Las técnicas utilizadas para esta patología fueron las convencionales descritas en la bibliografía hasta esa fecha.
( descompresión de la base mamaria por vía submamaria para las mamas grado I y II, y para las mamas tuberosas grado III la técnica de Puckett; descritos en los apartados 6 y 8 respectivamente) . Posteriormente después de un concienzudo estudio de la mama tuberosa y una exhaustiva revisión de las técnicas convencionales descritas para la resolución de esta patología, decidimos replantearnos ciertos aspectos de las técnicas convencionales utilizadas hasta ese momento y basándonos en las secuelas y deformidades mamarias que se presentaban en los resultados postoperatorios de estas pacientes, ideamos unas técnicas quirúrgicas que pudieran resolver y minimizar las secuelas postoperatorias observadas con las técnicas convencionales utilizadas. A partir de Enero del 2005 hasta Diciembre del 2011, fueron tratadas en nuestro servicio 108 pacientes femeninas que presentaban diferentes grados de deformidad mamaria tuberosa, en edades comprendidas entre los 18 y 42 años, decidimos utilizar las técnicas propuestas por nuestro equipo quirúrgico ( apartados 7-9-10 de este trabajo) para así mejorar los resultados en la corrección de esta deformidad mamaria.
Procedimos a dividir estas pacientes en cuatro grupos, el primero correspondiente a las pacientes que presentaban mamas tuberosas grado I y grado II a las que se les realizaron técnicas convencionales para la resolución de la deformidad mamaria (Grupo I-Control) , el segundo grupo correspondiente a las pacientes que presentaban mamas tuberosas grado I y grado II a las que se les realizó la técnica propuesta por nuestro equipo para la resolución de esta deformidad mamaria (Grupo 2 ). Un tercer grupo que incluía a las pacientes que presentaban mamas tuberosas grado III a las que se les realizaron técnica convencional para la resolución de la deformidad mamaria ( Grupo 3-Control ); un cuarto grupo constituido por las pacientes que presentaron mamas tuberosas grado III a las que se les realizó la técnica propuesta por nuestro equipo para la resolución de esta deformidad mamaria ( Grupo 4 ). Fueron utilizadas la clasificación de Gralleau y la clasificación de Serra-Muñoz para el diagnostico de cada grado de tuberosidad, pues nuestro planteamiento quirúrgico es diferente para cada uno de estos grupos ( mama tuberosas grado I y II, y mamas tuberosas grado III).
Para la realización de los grupos controles ( Grupo 1 y Grupo 3), se hizo una selección aleatoria de las pacientes intervenidas quirúrgicamente con técnica convencionales para la resolución de mamas tuberosas I, II, II desde Enero de 1998 hasta Diciembre del 2004. Estas pacientes fueron citadas para ser evaluadas en nuestro servicio y se les realizo la valoración de los resultados utilizando la Escala Psicométrica de Likert de Satisfacción (utilizando los mismos elementos de valoración de las Tablas 1-1 y 1-2). La valoración de los resultados por parte del equipo médico para estos grupos controles 1 y 3, fue realizada por un cirujano que no había participado en las intervenciones, ni durante el seguimiento de las pacientes. El periodo durante el cual se citaron a las pacientes para la recolección de datos de estos grupos controles (1 y 3) fue de Enero a Marzo del 2006. Se les informo a las pacientes el objetivo fundamental de esta revisión y la finalidad de la misma, presentando en todos los casos una magnifica colaboración a la hora de la evaluación ( examen físico mamario, fotografías y valoración de la satisfacción-Escala de Likert).
En el tratamiento de las mamas tuberosas grado I y II , se debe considerar el problema de la doble burbuja o doble contorno que aparece en el surco submamario primitivo posterior al aumento mamario con prótesis, y también debe considerar la presencia del anillo constrictivo. Dos técnicas actualmente se utilizan para solucionar estos problemas, pero no son del todo satisfactorias. En la primera técnica, el abordaje de la mama es a través del pliegue inframamario primitivo, que deja como resultado una cicatrices significativamente visibles cuando los polos inferiores se expanden. La segunda técnica, en la que se realiza un abordaje periareolar, con el cual se reduce considerablemente la sensibilidad de la mama.
El enfoque que nuestro trabajo propone para este tipo de deformidad mamaria ( mamas tuberosas grado I y II) consiste en un abordaje axilar asistido por endoscopia con el objetivo de realizar el aumento mamario y la corrección de esta deformidad mamaria.
El aumento mamario implica un abordaje endoscópico transaxilar subfascial, con apertura de la fascia en el surco submamario primitivo y liberación del anillo constrictor para así ampliar la base mamaria; seguido de la implantación de una prótesis anatómica para magnificar el volumen en los cuadrantes inferiores. Si aparece doble burbuja a nivel del surco submamario primitivo , se realizan injertos de grasa en el mismo acto quirúrgico.
Los resultados de esta técnica fueron altamente satisfactorios tanto para el grupo de pacientes, como para el equipo médico. En seis de los pacientes (8,82%), fue necesario un segundo tiempo quirúrgico para terminar de corregir la doble burbuja presente en el surco submamario primitivo, mediante la infiltración de injertos de grasa. No se registraron complicaciones mayores.
El tratamiento de las mamas tuberosas grado III supone importante reto para los cirujanos. El enfoque que nuestro trabajo propone para este tipo de deformidad mamaria ( mamas tuberosas grado III) consiste en un abordaje periareolar con reducción del diámetro areolar y abertura de la glándula mamaria en forma de libro (versión modificada de la técnica de Puckett) con la posterior colocación de una prótesis anatómica e infiltración de injertos de grasa.
La modificación consiste en la apertura de cada glándula mamaria en libro abierto y la posterior remodelación de los colgajos glandulares en cada lado para que sean simétricos; seguidamente colocando prótesis anatómica del mismo tamaño, y cobertura de las mismas con los colgajos glandulares inferiores. Mantenido estos colgajos en su lugar por puntos de sutura de fijación transcutánea.
Después de 6 meses, se realiza la infiltración de injertos de grasa en los restantes del anillo constrictor y el área del escote.
Los resultados de esta técnica fueron muy satisfactorios para casi el 80% del grupo de pacientes y del equipo médico posterior al año del segundo tiempo quirúrgico.
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