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La ruta chilena de la investigación periodísticaHenríquez Salinas, Claudia January 2014 (has links)
Memoria para optar al Título de Periodista / Autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / La presente Memoria es un ensayo periodístico que revisa la historia y los
alcances del Periodismo de Investigación en Chile.
Se trata de un estudio descriptivo realizado a través de un diseño no experimental
en el que se entrevista a informantes clave en el área.
Este trabajo presenta los orígenes del Periodismo de Investigación a nivel
mundial, sus definiciones y la aparición de la disciplina en Chile, incluyendo su
desarrollo en dictadura y democracia.
Se abordan también los problemas que conlleva la especialidad a nivel nacional
con obstáculos como: censura, presiones, riesgos y procesos judiciales.
Finalmente, el texto plantea el tema del impacto de las investigaciones
periodísticas chilenas y traza preguntas sobre el futuro de la especialidad en el
país, donde la viabilidad se cruza muy de cerca con temas de financiamiento y
preferencia de las audiencias.
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Marcial Marciel: la pesada carga de la Legión de CristoOrtega Serrano, Reinaldo Javier January 2010 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / Autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / El trabajo que el lector tiene en sus manos habla sobre cómo un joven y desconocido sacerdote mexicano logró fundar en 1941 una congregación religiosa, apoyándose en su carismática personalidad, firme determinación y buenos contactos familiares. Explica también de qué forma este mismo sacerdote logró insuflar a su obra un carisma militante y ortodoxo, lo que le valió el favor de figuras pudientes de México y de hombres poderosos en el Vaticano. Gracias a esto, en poco tiempo este clérigo pudo establecerse junto a sus discípulos en Roma, donde se demoró sólo tres décadas en transformar a su congregación en una de las órdenes católicas más poderosas del siglo XX. Una hazaña que para otras congregaciones importantes había demandado siglos, y que en buena parte se explica por la alianza que logró establecer con uno de los pontífices más influyentes de los últimos tiempos, Juan Pablo II.
Este trabajo habla también sobre cómo este mismo sacerdote fue perseguido desde su juventud por acusaciones y episodios poco claros, que hablaban de comportamientos reñidos con su condición de religioso. Se trataba de versiones que su congregación siempre atribuyó a “incomprensiones”, “envidias” y “mentiras”, pero que crecieron a la par con el imperio de su fundador y que en el último período de su vida llegaron a la prensa. Tal fue la repercusión que alcanzaron que, finalmente, el Vaticano debió tomar medidas. A partir de ese momento, la obra del imparable sacerdote mexicano comenzó a venirse abajo. El derrumbe ni siquiera se detuvo con su muerte. Al contrario, pareció agudizarse. Dos años después del fallecimiento del fundador, algunos dudan que la congregación logre alguna vez dejar atrás este trance.
Se trata del sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, fundador de la Legión de Cristo, quien en la década de los ’90 fue ungido por Juan Pablo II como “guía eficaz de la juventud”, pero que una década después fue desterrado por el Pontífice sucesor, Benedicto XVI, a llevar “una vida de oración y penitencia”. Esto, debido a varias denuncias de abuso sexual contra menores, presentadas en contra de Maciel por nueve ex miembros de su congregación ante el Vaticano. Con su carrera eclesiástica sepultada, Maciel Degollado falleció en Estados Unidos, en enero de 2008.
El sacerdote mexicano nunca reconoció sus delitos ni pidió perdón. Si debió hacerlo más de dos años después su congregación. Un reconocimiento tardío, pues no ocurrió cuando el Vaticano hizo pública su sanción, sino luego de que quedara al descubierto la doble vida que su fundador llevó durante décadas, con amantes e hijos no reconocidos que fueron criados con dineros de la orden. El escándalo fue tal, que el Vaticano ordenó una investigación apostólica, a cargo de cinco visitadores papales que recorrieron durante meses las instalaciones de los Legionarios en dos continentes. Con la investigación cerrada a mediados de marzo de 2010, todas las señales indican que Benedicto XVI tomará medidas drásticas.
Cuando Marcial Maciel estaba vivo y aún no era sancionado por el Vaticano, comencé una investigación periodística sobre la Legión de Cristo y su fundador, en mi calidad de académico e investigador de la Universidad Diego Portales (UDP). Este trabajo, realizado en conjunto con la periodista e investigadora de la UDP Andrea Insunza Corvalán, demandó dos años y fue publicado como un libro: “Legionarios de Cristo en Chile. Dios, dinero y poder”, el cual fue publicado por Editorial La Copa Rota, en diciembre de 2008.
“Legionarios de Cristo en Chile” aborda en tres capítulos la figura y trayectoria de Marcial Maciel, así como las denuncias de abuso sexual de menores en su contra y el proceso abierto por el Vaticano que sepultó su carrera eclesiástica. Se trata de los capítulos II (“Un ejército en orden de batalla”); III (“Los pecados del fundador”); y IV (“Un dossier para el cardenal Medina”). Los tres fueron investigados y escritos íntegramente por quien suscribe, gracias a entrevistas a diversas fuentes. Ese material, corregido, reestructurado y actualizado, constituye la base de la memoria que el lector tiene ahora en sus manos.
Para la elaboración de esos tres capítulos, una fuente consultada fue el cardenal Jorge Medina Estévez, el chileno que ha llegado más alto en la curia Vaticana. Otras entrevistas, en este caso telefónicas, corresponden al ex sacerdote legionario Patricio Cerda, un chileno que contribuyó a entregar antecedentes sobre la orden a Benedicto XVI. También fueron entrevistadas telefónicamente ex víctimas sexuales de Marcial Maciel, como los mexicanos ex seminaristas legionarios José Barba y Arturo Jurado.
Sin embargo, luego de la publicación de “Legionarios de Cristo en Chile”, la crisis de la congregación fundada por Maciel siguió siendo noticia mundial. En febrero de 2009 su alto mando reconoció que el extinto líder había tenido una amante y una hija, lo que motivó al Vaticano a iniciar una investigación y a nombrar a cinco visitadores. Todos estos hechos están contenidos en esta memoria, cuya trama se extiende hasta fines de marzo de 2010, gracias a la recopilación de varios artículos de prensa publicados en México, Estados Unidos, Italia y Chile. Respecto de los artículos publicados en Chile, al menos tres corresponden a reportajes escritos y publicados por mí, en coautoría con Andrea Insunza. Todos ellos aparecen debidamente citados en pie de páginas.
La información sobre la crisis de la Legión también contó con la ayuda de algunos entrevistados. Uno de ellos es el ex sacerdote legionario Patricio Cerda, con el que seguí manteniendo contacto telefónico y por correo electrónico. Otra fuente contribuyó con su testimonio en off the record, con el compromiso de resguardo de su identidad. Es el caso de un sacerdote ex miembro de la Legión de Cristo, quien vive radicado en Estados Unidos. Este sacerdote entregó información clave al Vaticano sobre los manejos económicos de Maciel, que él conoció de cerca. En abril de 2009 seguía colaborando con el Vaticano, y manejaba de cerca los antecedentes sobre la designación de los visitadores apostólicos. Como se trata de una investigación apostólica, su nombre no puede ser dado a conocer, ya que quien rompe el secreto vaticano queda automáticamente excomulgado. A pesar de esto, este testimonio fue chequeado por el ex legionario Patricio Cerda, quien sí habló on the record para esta investigación.
Cuando a principios de 2006 inicié junto a Andrea Insunza la investigación sobre la Legión de Cristo y Marcial Maciel, uno de los primeros entrevistados que logré contactar me hizo una advertencia: “Se están metiendo en las patas de los caballos”. El entrevistado, un laico chileno que conocía muy bien a la Legión, quiso graficar con esa frase lo complejo que significaba investigar a una congregación tan poderosa, que por entonces gozaba del favor del Vaticano y que poseía inmejorables contactos con la elite chilena. Para buena parte de la prensa nacional, la Legión de Cristo y Marcial Maciel simplemente no eran noticia.
Cuatro años más tarde, el panorama es diametralmente opuesto. La Legión no es la orden religiosa intocable de antes y los aberrantes delitos que cometió su fundador, algunos de ellos contra menores alejados de su familia y que él tenía el deber de cuidar, son una verdad incuestionable.
No es poco.
Agradezco haber contribuido modestamente a ello.
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De "Come cheques": a grandes estafadores Eurolatina y la historia de los hermanos Elgueta CárcamoCarrión Vergara, María Luisa 06 1900 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / Cursaba cuarto medio cuando supe que a mi abuela le habían quitado la casa. Me di cuenta, porque mi madre había llamado a una de sus hermanas y estalló en llanto con el teléfono en la mano cuando le contó la noticia. Vivíamos en Puerto Varas, en la Región de Los Lagos, y a esa altura tenía la certeza que el próximo año estudiaría Periodismo en la Universidad de Chile. Eso, implicaba tener que dejar a mi familia y vivir junto a mi abuela en la casa de Juan Cristóbal 4274, en la comuna de Recoleta. Incluso, sin aún dar la Prueba de Selección Universitaria, mi habitación en aquella vivienda me estaba esperando.
A mis 17 años no entendí mucho de créditos ni hipotecas, no sabía qué era Eurolatina, solo pensaba en la angustia de mi abuela al perder su hogar y en que debía buscar otra casa en la Región Metropolitana para poder cumplir con mi sueño.
En 2009 entré a la Universidad de Chile y, poco a poco, comencé a comprender la historia que ahora relato. En las siguientes páginas intento narrar no solo el modo de operar de los hermanos Elgueta Cárcamo, sino también relatar el dolor y la impotencia de sus víctimas, aquellas que perdieron su hogar a manos de los estafadores.
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Para nosotros nadaLeiva Reyes, Jean, Nicolet Yarur, Marc, Nieri Bravo, Roberto, Rioseco Díaz, Juan Pablo 01 1900 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / En primer lugar, este documental nació debido a un compromiso social latente en nosotros como periodistas y realizadores audiovisuales. Nos motiva denunciar los abusos cometidos en nuestro país, sobre todo hacia las personas más desposeídas. Vemos en Chile un Estado que limita su rol y despliega una legislación ambigua sin incluir a las minorías mayoritarias, con redes de influencia de operadores políticos, a lo que se suma una población desinformada y con muchas necesidades.
Creemos que el documental cinematográfico es una poderosa herramienta de transformación de la realidad, si se desarrolla en la dirección correcta, esto es, apostando a través del cine por la conquista de una sociedad más justa, libre e igualitaria, mediante un trabajo artístico de calidad estética, y con un criterio ético y un lenguaje que pueda ser asimilado por miles de personas de distintos estratos y sectores sociales, tanto en Chile como en Latinoamérica y el mundo.
Es por eso que escogimos el tema minero como eje de nuestro trabajo, ya que comprendemos que es una temática siempre actual y de tremenda relevancia, que necesita ser conocido por la sociedad en general. Es el cobre el mineral que más contribuye a la economía nacional y, al mismo tiempo, el que brinda mayores ganancias a capitales privados extranjeros.
Este recurso natural adquiere un valor que está por sobre los derechos de los habitantes y el medio ambiente de aquellas zonas donde se obtiene, ya que los grandes proyectos de extracción, generalmente, conllevan el desalojo de pueblos y profundos cambios demográficos y ambientales en el territorio. Así ha sucedido por lo menos reiteradas veces en los últimos años, donde casos como el de la minera Los Pelambres o el de Pascua Lama en el norte chico, son solo los ejemplos más conocidos.
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3:34 AM la apuesta del Amanecer: crisis y resurgimiento de las comunidades de pescadores artesanales de Tubul y Lico tras el 27/FBravo Becerra, Gonzalo January 2010 (has links)
Memoria de título conducente al grado de Periodista / “3:34 am: la apuesta del amanecer” es un reportaje periodístico de naturaleza testimonial que aborda la crisis y rehabilitación de dos pueblos costeros, Tubul y Llico, prácticamente desdibujados del mapa durante la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando millones de chilenos despertaron bruscamente producto de un terremoto de 8,8° en la escala de Ritcher.
Estas comunidades de pescadores artesanales, separadas por 16 kilómetros y ubicadas geográficamente en la región del Bío-Bío, comuna de Arauco, observaron con resignación cómo al despuntar el alba olas de hasta 20 metros asolaron sus costas y echaron por tierra logros familiares y laborales que implicaron esfuerzos labrados toda una vida.
Desde aquel momento, ambas caletas han tenido que lidiar con enormes problemas para resurgir y vivir dignamente. No tenían viviendas, alimento, trabajo ni educación para los niños. Caminar era evitar escombros y la ayuda de las autoridades llegaba, pero a cuentagotas. Esto debido al aislamiento producido por derrumbes y la caída del puente que los comunica a la ciudad de Arauco.
Obligados a replantearse sus expectativas a futuro, poco a poco los habitantes han podido “normalizar” sus formas de vida, apelando fundamentalmente a la articulación territorial de sus comunidades. El terremoto, por lo tanto, no sólo ha generado cambios a la hora de recobrar lo material. La investigación revela que los afectados han advertido que se está desarrollando un mayor sentimiento de comunidad. Ahora buscan beneficios y metas comunes, generando una interrelación que ha fortalecido el intercambio y el conocimiento entre los vecinos de las aldeas.
La gente reconoce que haber compartido esta experiencia junto a sus pares ha aminorado el sufrimiento y la incertidumbre que representó la dimensión de la catástrofe. El desafío, entonces, para ellos es doble: recuperar no sólo lo que se llevó el tsunami en lo material sino que reconstruirse plenamente en el aspecto moral para superar sus condiciones de pobreza a través de la organización, el trabajo comunitario y el fortalecimiento de sus redes de contacto.
Por consiguiente, la presente memoria de título persigue la necesidad de fomentar la historia local de nuestra población, el patrimonio cultural de sus habitantes y los modos de subsistencia particulares de las comunidades de pescadores artesanales del sur de Chile. Además, responde a la decisión editorial de buscar historias particulares que den cuenta de emociones humanas universales, privilegiando un estilo de periodismo narrativo.
La motivación de la investigación, en consecuencia, es generar un rescate de la memoria de estos pueblos costeros contada a través de capítulos que revelen el enorme “capital social” que ha favorecido el espíritu de resiliencia de sus habitantes, tanto en el episodio del 27/F como a lo largo de su historia.
Esta investigación se divide en tres capítulos. El primer capítulo está compuesto por seis crónicas que dan cuenta de lo ocurrido en las caletas Tubul y Llico la noche del 27 de febrero, basado en los testimonios de los habitantes de dichas comunidades. Allí se describe detalladamente cómo vivieron el megasismo, la evacuación y el posterior tsunami que, visto desde el cerro por la población, devastó ambas localidades ribereñas.
El segundo capítulo es una revisión histórica de lo que considero son los acontecimientos más importantes en la historia de las caletas desde la época prehispánica hasta el 26 de febrero de 2010. El criterio de selección de estas siete crónicas es el impacto sociocultural y económico que generaron en la zona, por ejemplo, los asentamientos lafkenches, la explotación de mantos carboníferos, los cultivos de algas Gracilarias y los modos de vida del siglo XX fundamentales para modelar un temple y una entereza especiales en estas comunidades costeras.
El tercer capítulo y final, en tanto, aborda la etapa de reconstrucción desde la mañana del 27 de febrero hasta el 27 de noviembre de 2010, es decir, 9 meses de investigación. El objetivo de estas ocho crónicas es revelar cómo los pescadores artesanales, dirigentes, comerciantes, amas de casa, alumnos y toda la comunidad en sí, han enfrentado el shock inicial para tomar esta tragedia como un reto, una oportunidad para demostrar que con la unión familiar y comunitaria se pueden superar golpes de estas magnitudes.
Los damnificados, pese a las dificultades y desencuentros propias de una situación de emergencia, destacan los aspectos positivos que dejó la catástrofe en sus vidas. Entre estos resaltan una mayor unión entre vecinos que incluso previamente no se conocían y un sentimiento de fraternidad que se vio en los primeros días de sobrevivencia post-terremoto y que, con ciertos baches, ha perdurado en el tiempo.
Si miramos más allá de la tragedia, podremos ver que en el mundo hay innumerables problemas humanos que no podrían tener solución sino con la solidaridad efectiva de los miembros de la población. En este sentido, el terremoto y maremoto han sido interpretados por muchos de los entrevistados como un remezón en la vida comunitaria y una oportunidad de aprender a vivir de mejor manera apoyándose en los demás.
La emergencia de problemas comunes, el requerimiento de ayuda producto del estado de excepción y la obligación de vivir juntos en un espacio reducido han sido las principales razones, en una primera instancia, por las cuales los vecinos se han organizado luego de la catástrofe. Posteriormente, a través de la canalización de donaciones, la gestión de necesidades, la conformación de aldeas y la activación de redes con agentes tanto internos como externos, se han fortalecido las relaciones cooperativas y las organizaciones vecinales de las comunidades de Tubul y Llico.
En definitiva, colaborar al entendimiento de las prácticas y comportamientos que han ayudado a la rehabilitación de estas comunidades, no es una tarea vana y prescindible, por el contrario, es necesaria para comprender el período de reconstrucción que vive nuestro país.
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Los AyatolasCofré Soto, Víctor January 2010 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / El autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / Una torpeza permitió el inicio. El viernes 18 de abril de 2008 debía viajar a Barcelona, España, por razones laborales. Poco antes de subirme al radiotaxi que me llevaría al Aeropuerto de Santiago miré mi pasaporte. Estaba vencido. Era media tarde y decidí no volver al trabajo para evitar la vergüenza pública y preferí ocupar mi tiempo en algo eternamente postergado. Ese día se conmemoraban 19 años de la caída de dos jóvenes en San Pablo con Radal, Quinta Normal, en un supuesto enfrentamiento con la Central Nacional de Informaciones, CNI. Como era habitual, en la Plaza Simón Bolívar se realizaría un acto de conmemoración. Fue la primera vez que asistí a ese evento.
En 1989, cuando ocurrió la balacera, yo tenía 14 años. Desde mi casa escuché los nutridos disparos, me colé en la oscuridad de un pasaje, a dos cuadras de distancia, y divisé patrullas, luces, agentes de seguridad. Al día siguiente, antes de partir al colegio, crucé la Avenida San Pablo y caminé por donde habían caído abatidos Iván Palacios Guarda y Eric Rodríguez Hinojosa. El suelo estaba regado de sangre.
Muchos años más tarde conocí a un ex militante del MIR que en ese tiempo estuvo en la cárcel y me relató una historia que me recomendó escribir. Un agente de seguridad había formado en Pudahuel, Quinta Normal y Villa Francia un apéndice de la Resistencia y para ello había reclutado a una veintena de jóvenes, todos menores de edad, en su mayoría hijos de presos políticos del MIR. Descubierta la infiltración, la mayoría de los involucrados escapó hacia Argentina. Pero no todos. Iván Palacios y Eric Rodríguez se quedaron en Santiago. Ellos también habían militado en ese grupo, al mando de ‘Miguel’, el supuesto comandante del MIR que los dirigió durante meses, los instruyó en el uso de las armas y les ordenó realizar acciones y atentados. Ambos fueron los que cayeron en San Pablo. La conexión entre ambas historias era una gran historia por trabajar. Y decidí investigarla.
El 18 de abril de 2008 llegué a la conmemoración con la intención de contactar gente que conociera el caso. Reticentes, muchos asistentes se negaron siquiera a dialogar. Otros miraron desconfiados, con la misma desconfianza de los tiempos de dictadura. Una amiga de Eric Rodríguez habló en el acto y me acerqué a ella. Le relaté mis intenciones y prometió llamarme. Un mes después me contactó. El 21 de mayo de ese año tuve mi primera entrevista con un protagonista de esta historia. En los siguientes dos años entrevisté a más de 30 personas, entre militantes de la R, hoy todos bordeando los 40 años, presos políticos del MIR, abogados, ex autoridades y hasta ex agentes de la CNI. El relato que sigue es el resultado de toda esa investigación, que incluyó además revisión de varios expedientes judiciales, prensa de la época y bibliografía sobre el período.
Antes de este comenzar esta investigación periodística, inicié otros dos trabajos de tesis, ambos ligados a temas económicos, los mismos en los que he trabajado desde 1997, cuando egresé de la Universidad de Chile. Esta vez lo terminé, impulsado por el compromiso adquirido con los entrevistados, de contar su historia sin adornos, exageraciones ni omisiones. Probablemente, esto sea lo mejor que haya escrito hasta ahora en mi carrera de periodista. La historia que más me ha obsesionado.
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Periodismo chileno y estadistica: una relación en crisisHantke M., Margarita January 2000 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / El autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / Con sorpresa hemos vuelto a comprobar que casi toda la prensa nacional otra vez comete el error de mal interpretar – en términos de ascensos y descensos – los resultados del último estudio de opinión pública de la encuesta “Gemines”.
El error consiste en tomar en consideración las diferencias entre las estimaciones de punto de intenciones de voto entre el último estudio (diciembre) y el que le precedía (octubre), sin basarse en los tests de hipótesis sobre la significación estadística de las diferencias encontradas en los resultados de 2 muestras independientes.
En este sentido, nos extraña que “Gemines”, que realiza estos estudios en forma periódica justamente con el objeto de medir los eventuales cambios que se produzcan en la opinión pública, no realice estos tests que están diseñados expresamente para aclarar si los cambios que presentan los resultados de muestras probabilísticas son estadísticamente significativos o no.
Hemos aplicado estos tests bajo la presunción de que ambas muestras son efectivamente probabilísticas, y hemos encontrado que, al nivel de significación del 5%, el único candidato que habría experimentado cambios con respecto a octubre, en las intenciones de voto, es Andrés Zaldívar.
Es impropio sostener, como lo ha hecho gran parte de la prensa, que Ricardo Lagos y Joaquín Lavín habrían bajado entre octubre y diciembre, porque las diferencias encontradas no son estadísticamente significativas al nivel del 5%. Lo mismo puede decirse respecto de Gladys Marín y de Sebastián Piñera.
No parece una conducta responsable de la prensa proporcionar una información errónea que conduce a interpretaciones sustantivas que no corresponden a la verdad, y menos aún el publicarlas acompañadas de expresiones que dan lugar a pensar que estamos frente a cambios radicales de la opinión pública nacional (recordemos que la muestra sólo representa a la Región Metropolitana).
No es frecuente encontrar este tipo de críticas tan tajantes – sobre todo en medios de comunicación - a una labor específica de la prensa, cual es la de divulgar los resultados de sondeos y sus interpretaciones. El señor Gustavo Martínez, por ejemplo, - uno de los que escribió la carta - ha elaborado varios informes sobre tipos de encuestas, que usan metodologías al parecer no totalmente válidas y en las cuales advierte una supuesta irresponsabilidad de los periodistas a la hora de dar a conocer un acopio de datos a la opinión pública. Casi todos estos papers, en todo caso, circulan a nivel académico y pocas veces llegan al ciudadano común.
Podría pensarse que hay varias razones para esto último: puede ser que el tema abordado es excesivamente complejo para ser entendido por los lectores de un diario, por ejemplo. O que la materia tratada no es atractiva para el receptor, o bien que no cabe plantearla en un medio de comunicación, ya sea por falta de espacio, porque requiere demasiada profundidad o porque sus fundamentos son tan específicos que habría que destinar páginas, minutos, en fin, mucho tiempo y espacio - hoy día escasos – para enseñar ciertos conocimientos.
El asunto es que existe un problema no despreciable en la relación medio periodístico – estadística. Quienes escriben la presente tesis llevan algunos años trabajando en televisión y varias veces les ha tocado introducir una noticia con cifras. 1998 y este año - 1999 - han resultado especialmente útiles porque se aproxima una elección presidencial. Es así como varias empresas han dado a conocer encuestas que ellas mismas realizan y que plantean una “fotografía” de un momento pre-electoral. Le dan así a la opinión pública una especie de panorama provisorio de los candidatos y una base para hacerse una idea de lo que piensan ciertos grupos de votantes chilenos.
En los distintos medios de comunicación, el periodista asiste a la conferencia de prensa de la empresa X, anota las cifras y después las transcribe. Con suerte, se incluye un párrafo final con datos elementales como la composición de la muestra utilizada y el porcentaje de error. Muchas veces le sucedió a los autores de esta memoria que al cuestionar el sondeo y al pedir mayores detalles sobre el tipo de muestra o si hay “cifra negra”, por ejemplo, la respuesta fue: eso no nos importa, ni debe ser incluido en el reportaje. Pero antecedentes como la "cifra negra" resultan relevantes. El concepto se refiere a aquellos hechos como puede ser la cantidad de abortos en Chile en un año determinado. Un estadístico no siempre puede establecer cuántos abortos ha habido, porque este delito no siempre se denuncia y muchos de éstos quedan en el más absoluto anonimato o clandestinidad. De este modo, no puede llegar alguien y afirmar que a raíz de que en 1997, por ejemplo, bajó el número de denuncias en comparación con el año anterior, la tasa de abortos disminuyó y sería gracias a políticas exitosas de gobierno o cambio de conducta en la sociedad. La ciencia estadística ha elaborado un método especial y de aproximación para tratar de calcular cuántos hechos como el citado quedan fuera de las cifras oficiales.
Lo anterior no sólo sucede con las encuestas; también se divulgan estudios de gobierno o de organismos oficiales y pocas veces – por no decir casi nunca – se les da una mayor revisión. En el fondo, el problema detectado es que el periodista sólo se limita a tomar registro de los resultados y no los interpreta.
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Chile, el terremoto y la oportunidad de la crisis: la reconstrucción en estado precario; el laboratorio de la nueva forma de gobernarFuentes Lorca, Lissette, Schüler Vidal, Ursula 27 December 2012 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / Han pasado casi tres años desde el último terremoto que sufrió Chile. A las 03:34 de la madrugada del sábado 27 de febrero de 2010, un sismo de 8.8 grados en la escala de Richter remeció al territorio.
Los sismógrafos marcaron 0.2 décimas más que en mayo de 1960, cuando una catástrofe que incluyó nueve terremotos en dos días y un tsunami asoló a la ciudad de Valdivia. El terremoto del 21 de mayo de ese año afectó gran parte de la zona centro y sur del país que quedaron incomunicadas de Santiago. Al día siguiente un segundo terremoto arrasó con poblados pesqueros como Puerto Saavedra, Corral y Queule, mientras en Valdivia, Puerto Montt, Osorno y Chiloé, los daños materiales fueron cuantiosos. En esa oportunidad las pérdidas de vidas se estimaron en cerca de dos mil personas. El papel del Estado a través de todas sus reparticiones fue fundamental para superar la tragedia y la reconstrucción.
Entre otros de los grandes sismos de las últimas décadas está el que afectó a la zona central en 1971, que marcó grado 7.5 y provocó 85 muertes y millonarias pérdidas.
Catorce años después, el 3 de marzo de 1985 otro terremoto agitó el territorio nacional desde la región de Atacama hasta La Araucanía. Murieron 167 personas y miles de viviendas quedaron destruidas.
En febrero de 2010 el movimiento telúrico que afectó a las regiones desde Valparaíso a La Araucanía duró casi tres minutos y provocó la muerte de 525 personas y la desaparición de 23, daños en viviendas, escuelas, hospitales y caminos. Como en 1960, el terremoto vino acompañado de un tsunami que impactó al borde costero de la Región del Maule y a la Isla de Juan Fernández. La desinformación de las primeras horas y de los días que siguieron, al igual que el sismo, fue de gran magnitud, pese al desarrollo que en las últimas décadas han tenido los sistemas comunicacionales.
Las consecuencias de la crisis que provocó el terremoto y la necesidad de reconstruir todavía generan roces entre los poderes del Estado, los grupos empresariales, los chilenos y chilenas afectados por el sismo y quienes se han preocupado de seguir el proceso de reconstrucción, que aún no termina.
Casi dos millones de personas fueron afectadas y muchas de ellas aún no logran recuperar su anterior calidad de vida, en términos de vivienda, educación, trabajo y entorno comunitario. En estos casi tres años se han abierto debates agitados que aún están en desarrollo para los afectados y el país.
La marcha de las reparaciones y reedificaciones de viviendas y obras públicas, así como algunos casos de corrupción en distintas escalas de la administración pública, han tenido su lugar en informes especializados y pautas de prensa. Pero hay algo que no se observa a primera vista ni se informa en los medios de comunicación: el “laboratorio” en materia de políticas públicas territoriales y sociales que ha desarrollado el gobierno de Sebastián Piñera y que el terremoto de 2010 permitió realizar mediante renovados procesos de subsidiariedad y privatización.
Después del terremoto de marzo de 1985 el recién estrenado ministro de Hacienda de Augusto Pinochet, Hernán Büchi, emprendió la privatización de las empresas estratégicas del Estado. Así también, el terremoto de febrero de 2010 generó un escenario especial para el primer gobierno de derecha elegido después de medio siglo.
La destrucción de barrios, pueblos y ciudades del sur de Chile abrió una oportunidad inesperada para un gobierno que optó por incluir a los empresarios en el diseño y la ejecución de sus lineamientos políticos. A tal punto que incluso la planificación territorial de la reconstrucción pasó a ser una materia que la institucionalidad ordinaria no contuvo: se tomó la decisión política de articular el retiro programado del Estado mediante la entrega más y más iniciativa al sector privado.
Se podría decir así que el recargado “laboratorio” inspirado en políticas neoliberales que comenzó a operar en febrero de 2010 tiene varias vertientes y antecedentes que la nutren y configuran.
Esta Memoria de Título es un reportaje de investigación sobre la reconstrucción como ventana de oportunidades para esos diseños y nuevos grandes negocios. Sobre la espera, algunos avances y muchas frustraciones que experimentan hasta hoy los damnificados de las distintas localidades golpeadas por los movimientos de la tierra y del mar. También aborda casos de negligencia y corrupción de algunas autoridades públicas. Es sobre el proceso de reconstrucción como caso de fortalecimiento del Estado subsidiario y del modelo de licitaciones y concesiones en Chile. Sobre la disminución del rol del Estado en un proceso de envergadura nacional y pública, de ese Estado que afrontó tragedias como la de Chillán en 1939 o la de Valdivia y el sur en 1960 y coordinó y planificó la reconstrucción en aquellas oportunidades. Y sobre la privatización encubierta de la planificación territorial en las localidades terremoteadas.
La potencia del terremoto no sólo afectó a la tierra. Las arenas políticas también se movieron al ritmo del 8.8. Desde que Jacqueline Van Rysselberghe fue nombrada intendenta, el Bío-Bío no conoció la paz como consecuencia de las pugnas clientelares y caudillistas que se desplegaron entre las dos principales fuerzas políticas de la región: por un lado Van Rysselberghe, con toda una tradición familiar en el Bío-Bío, y por otro el senador Alejandro Navarro, exsocialista, fundador y militante del Movimiento Amplio Social (MAS). Ambos políticos con sus rencillas de vieja y nueva data aportaron a nutrir las frustraciones de la ciudadanía penquista y de todos los habitantes de las regiones que, a partir del 27F, sintieron que entre ellos y el Estado había una distancia cada vez mayor.
Uno de los elementos decisivos del sentir ciudadano fue el abandono completo de la política respecto a las zonas afectadas. A sus ojos, los representantes de la Concertación aparecieron en las comunidades damnificadas recién un año después del sismo. En diciembre de 2011 los políticos visitaron los espacios públicos del Movimiento por la Reconstrucción Justa, instancia social que nació al calor de las demandas y necesidad de organización de los terremoteados. “Dos años después de la catástrofe llegó la senadora Ximena Rincón -precandidata presidencial en campaña- y Jaime Gazmuri -precandidato al municipio de Talca, en ese entonces-, también en campaña”, recuerda Walter Imilan, coordinador del Observatorio de la Reconstrucción de la Universidad de Chile, que le comentaban los vecinos en sus visitas a terreno.
Cada sector político buscó tener de su lado una porción de los lugareños, avizorando tal vez que el terremoto sería un tema de largo aliento y que movilizaría fuertemente a la población. Ninguna de las dos figuras políticas del Bío-Bío, Jacqueline Van Rysselberghe y Alejandro Navarro, escatimó recursos materiales ni políticos y el resultado fue una división que perdura hasta hoy entre los habitantes de esa región.
Para el desarrollo de esta Memoria realizamos un amplio reporteo en terreno, y a distancia; una revisión, y seguimiento de prensa; a la vez, efectuamos una recopilación y análisis de documentos públicos de libre acceso, en algunos casos, y otros obtenidos mediante la ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Está compuesta por siete capítulos y tres Anexos. Estos incluyen: la lista de fuentes personales, documentales y de la bibliografía recopilada, una cronología de los hechos y un índice onomástico.
Finalmente consignamos que esta Memoria de Título está redactada según las nuevas normas de la última edición de la Real Academia Española introducidas durante 2012.
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El conflicto armado interno en el Perú bajo la mirada del periodismo de investigación. Sendero, muerte en el pentagonito y ojo por ojoBedoya Ramos, Daniel Augusto January 2013 (has links)
El periodismo de investigación es la búsqueda y difusión de información con valor periodístico que otros pretenden mantener oculto del conocimiento público, lo cual significa que ejercerlo resulta enfrentar y superar muchos obstáculos en la construcción de la noticia dentro de la industria informativa. En otras palabras, hacer periodismo de investigación suele ser un proceso laborioso y más difícil de cumplir que cualquier otra rama de esta profesión.
Pero existen otras condiciones importantes para que un texto periodístico sea de investigación: se trata de un producto propio, de elaboración original por parte del periodista, y de interés público, según el notable periodista Gerardo Reyes. Cuando los periodistas dan a conocer investigaciones deben cumplir con estas condiciones, sobre todo si hablamos de asuntos relacionados con temas neurálgicos para la sociedad, vinculados con el poder político, el manejo de los recursos públicos, la seguridad nacional, la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo, o la defensa de los derechos humanos.
Todo periodista sabe que este trabajo no es sencillo y conlleva una serie de fases, como la producción, circulación y consumo de la información diaria (Rodrigo Alsina, La construcción 23), en el que las “rutinas informativas” desempeñan un papel clave. Sin embargo, cuando no hay acceso directo a los acontecimientos, o a la información relacionada a ellos, el esfuerzo debe ser mayor. Los periodistas de investigación deben entonces recurrir a estrategias y técnicas distintas, otras rutinas para llegar a la verdad y mostrar el comportamiento de los actores sociales (Reyes, Periodismo12).
En primer lugar, tienen razón quienes opinan que el mérito del periodismo de investigación radica en la consolidación de las fuentes de información. Dime quiénes son tus fuentes y te diré qué clase de informe o reportaje estarás en condición de producir.
En segundo lugar, los expertos consideran que las mencionadas estrategias o dinámicas de trabajo, su rigurosidad y organización, resultan medulares para la producción de la noticia o discurso periodístico.
Al hablar de noticia, o del discurso periodístico, nos referimos tanto de la representación social de una realidad cotidiana (Rodrigo Alsina, La construcción185) como a una práctica social cuyo objetivo es entablar comunicación efectiva (Baena Paz, 15), una dialéctica entre el acontecimiento y el sentido, en el que la escritura es una manifestación de este discurso y se alude a una realidad o contexto debido al factor referencial: la capacidad significativa del lenguaje.
A partir de lo expuesto, cobra importancia el concepto de representación, en tanto el periodismo dentro de la industria informativa, “transmiten y crean imágenes, ideas, información y acontecimientos que forman parte de los sistemas políticos, sociales y culturales” (D’Adamo, 11), y una lectura minuciosa de las investigaciones periodísticas, a través de metodologías como las que aborda el Análisis Crítico del Discurso, permite identificar las significaciones que pueden encerrar estos productos informativos, en los que a veces se enuncian temas y actores de manera connotativa.
Este trabajo se propone analizar estas variables en el periodismo de investigación que se hizo en el país desde 1980, tras la progresiva aparición de la violencia desencadenada por el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y, posteriormente, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, en tanto tengamos en cuenta que la violencia es siempre una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza (García Silberman y Ramos Lira, 23). En este caso, y de acuerdo a los analistas del conflicto, hablamos de una violencia de origen político.
En aquellos años algunos periodistas recurrieron al periodismo de investigación y de precisión que garantizaban tratar con seriedad la noticia-espectáculo (Peralta Ruiz, 10) y una relación positiva entre el periodista y la fuente dentro de un marco ético o, como diría Juan Jorge Faundes, en una correspondencia directamente proporcional entre la aproximación a la verdad de los hechos y la cantidad de fuentes, perspectivas, interpretaciones e hipótesis (Ética y contexto).
Dichos periodistas dieron a conocer el fruto de su trabajo en libros, soportes que resultaron idóneos para plasmar un trabajo investigativo, amplio, polémico y con diversas consecuencias.
Muerte en el Pentagonito, de Ricardo Uceda; Ojo por ojo, de Umberto Jara; y Sendero, de Gustavo Gorriti, narran distintos momentos del conflicto armado interno, desde distintos ángulos. Pero además resultan ser trabajos de investigación que permiten sopesar los recursos y significaciones de esta rama del periodismo.
El sentido o significado que los mencionados textos hacen del conflicto armado interno –partiendo de una metodología específica, determinando a los personajes (actores) por su participación (roles), inmersos en una estructura temática, reconociendo normas que suelen tener una orientación positiva o negativa–, pone en evidencia las representaciones de la realidad que los periodistas pueden transmitir como las imágenes del mundo real.
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Mi primer terremoto, mi primera exclusiva : crónica de una periodista en prácticaSánchez Mella, Natalia Catalina January 2013 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / “Mi primer terremoto, mi primera exclusiva. Crónica de una estudiante en práctica” es un relato de mi experiencia personal como estudiante de periodismo de la Universidad de Chile que se ve enfrentada a una práctica profesional marcada por un escenario poco común; el segundo terremoto más grande que azota a Chile, en medio de la transición de un gobierno socialista a uno de derecha liberal.
En el camino se descubre con cada relato los vicios de la profesión, la desnaturalización de los medios, y la cruda realidad que afrontan miles de chilenos.
En medio de mi incursión laboral, la detención de un compañero de universidad junto a su novia por los saqueos en la ciudad de Concepción, desatan una investigación que lleva a cuestionarlo todo. El registro de la desigualdad y los abusos son la motivación de la obra.
Esta crónica busca instalar una reflexión que cruza el quehacer periodístico, la labor de un gobierno, y el rápido olvido en que caen los abusos cometidos y el sufrimiento de un terremoto que abre grietas en la tierra y en las instituciones.
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