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Immunität von Staatsoberhäuptern und der Schutz elementarer Menschenrechte - der Fall Pinochet /Zehnder, Bruno. January 2003 (has links) (PDF)
Univ., Diss.--Bern, 2002. / Literaturverz. S. 160 - 166.
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Zur Militärdiktatur des Augusto Pinochet in Chile Eine Bilanz aus heutiger Sicht /Prinz, Pascal-Walter. January 2005 (has links) (PDF)
Master-Arbeit Univ. St. Gallen, 2005.
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Die Konstruktion und Rezeption des öffentlichen Bildes von Pinochet im Medium FotografieLau, Alexandra. January 2004 (has links) (PDF)
Bachelor-Arbeit Univ. St. Gallen, 2004.
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Pinochet: el juicio de la historiaValenzuela, Oscar January 2001 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista / El autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / Antes de las nueve de la mañana de ese día lunes 9 de julio de 2001 la agitación era inusual en el Palacio de Tribunales de Santiago. Una buena cantidad de personas se había reunido a esa hora en las afueras del histórico edifico para esperar. Pero estaban en bandos separados. Tal como era tradicional, los adeptos a Pinochet se ubicaron en el sector de Bandera con Compañía, y los familiares de detenidos desaparecidos en esa misma calle, pero una cuadra más hacia el poniente, en la intersección con la calle Teatinos.
Frente a esta eventualidad, el despliegue de seguridad se había redoblado en el centro de la capital. El cuerpo de Carabineros se encontraba en alerta máxima desde el fin de semana anterior.
Igual sucedía al interior de la corte, donde una dotación de gendarmes, mayor que la habitual, custodiaba las entradas, y –muy especialmente- la llegada de los ministros por una puerta lateral.
Mientras en los pasillos del Palacio los periodistas parecían reflejar el sentir generalizado de que si se seguía dilatando la resolución, la expectación iba a reventar. Después de casi dos semanas desde que se habían realizado los alegatos, no podía esperarse más.
Ajena a ese barullo, la relatora Teresa Hernández subió tranquilamente al tercer piso del edificio, donde se ubica la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones, para buscar el papel que originaba todo el alboroto. A los pocos minutos retornó a la secretaría del tribunal, seguida por un séquito de abogados y periodistas.
Pese a que el fallo era extenso y constaba de varias páginas, su misión era dar a conocer sólo la sentencia.
“Se revoca la resolución de veintinueve de enero de dos mil uno , escrita a fojas 5.868 y siguientes, en cuanto en su decisión signada con el Nº1 rechaza la solicitud de sobreseimiento temporal formulada por la defensa del señor Augusto Pinochet Ugarte a fojas 5.863, y, en su lugar, se declara que, acogiéndose dicha petición y por exigirlo al mérito del proceso, se sobresee parcial y temporalmente en esta causa, en relación con el referido inculpado. Acordada con el voto en contra del Ministro señor Dolmestch”, leyó la relatora en la pequeña oficina atestada de gente. En un segundo la sala quedó vacía y todos los periodistas volaron para despachar la noticia, que al instante dio la vuelta al mundo.
La justicia chilena había tomado una decisión clave: actuando contra la opinión del ministro de fuero Juan Guzmán Tapia, quien llevaba las acusaciones contra el desaforado senador vitalicio y ex mandatario Augusto Pinochet, una sala de la Corte de Apelaciones acordaba –en votación dividida- que el estado de salud del militar y su avanzada edad, le impedían continuar enfrentando un juicio en su contra.
En Santiago las reacciones eran variadas. La abogada querellante Carmen Hertz, consideró "decepcionante" la determinación de la Sexta Sala, aunque recalcó que la calidad en que quedaba Pinochet era de procesado y reo.
"Nosotros entendemos que haber suspendido el proceso respecto de Pinochet es haberle aplicado un estatuto privilegiado. El no está totalmente loco, no tiene ninguna imposibilidad para que respecto de un procedimiento escrito como el chileno, se hubiera continuado, al menos, hasta la conclusión del sumario", añadió.
Mientras, Gustavo Collao Mira, abogado integrante del equipo jurídico de Pinochet, fue sorprendido en su oficina por los periodistas que llegaron corriendo para conocer su opinión. Aún no conocía el decisivo fallo, y sólo se enteró por lo que le dijo la prensa. En un evidente estado de emoción, y con lágrimas en los ojos, Collao recordó los tres largos años de batallas legales que había librado por la causa.
Dijo sentirse “muy emocionado, por cuanto el senador Pinochet va a dejar de ser constantemente atacado por personas que han actuado más por revanchismo y por odiosidades contra su persona", fueron sus palabras.
Mientras, en la comuna de La Dehesa, sector alto de la capital, un anciano de 85 años todavía dormía cuando se entregó el fallo. Alrededor de una hora después, cuando despertó, se quedó a solas con su esposa, quien le comunicó la noticia. No había nadie más en la habitación.
Según relató posteriormente su hijo Marco Antonio, cuando el anciano conoció la resolución no demostró alegría ni ningún sentimiento exterior. Se limitó a decir que comprendía lo que significaba y -de acuerdo a lo que contó su cónyuge a los familiares posteriormente- pareció relajarse, como desembarazándose de un gran peso.
Después se quedó mudo por largo rato, abstraído, mirando la tenue luz del sol que se colaba por la ventana y se estrellaba en los muros de la casa.
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Augusto Pinochet, once veces su muerteEscobar Maldonado, Francisca January 2009 (has links)
Memoria para obtener el título de Periodista / Serán pocos hoy los analistas políticos, historiadores y estudiosos de la realidad socio cultural de nuestro país, a quienes quepa alguna duda de que Augusto José Ramón Pinochet Ugarte (1915-2006) − ex comandante en Jefe del Ejército de Chile, quien encabezó el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que terminó con el gobierno del presidente socialista Salvador Allende−, es uno de los personajes más importantes del siglo XX de nuestro país. Tampoco hay gran discusión entre la comunidad internacional, en cuanto a que Pinochet fue uno de los dictadores latinoamericanos más cruentos y corruptos del siglo que recién pasó. Ambas connotaciones salieron más que nunca a relucir el día y los días que siguieron a su muerte el 10 de diciembre de 2006. Los 17 años que duró la dictadura de Pinochet dejaron un saldo de más de 3.000 ejecutados políticos, la desaparición de más de mil ciudadanos, la tortura de cerca de 30 mil personas y el exilio político y económico de casi un millón de chilenos. No obstante, el ex general fue astuto. Y esa colorida libertad que la gente celebró, gritó y lloró en el plebiscito de octubre de 1988 cuando triunfó el “NO” a Pinochet y el paso a las tan esperadas elecciones democráticas del país, fue finalmente un triunfo de corto alcance. El general no partía. No estaba entre sus planes. La legislación que él mismo mandó a crear en su régimen lo mantendría en el poder − aunque no de igual forma−, por casi dos décadas más.
Pinochet murió a los 91 años sin ser condenado por los crímenes cometidos durante su régimen de los que fue acusado hasta los últimos días de su vida. Tampoco fue condenado por el llamado Caso Riggs, investigación por malversación de fondos públicos que se llevaba adelante en su contra desde 2004 y la cual le valió un importante quiebre con parte de la derecha chilena2. La única derrota de Pinochet en términos judiciales fue su detención en Londres, Inglaterra, donde el 16 de octubre de 1998 la justicia lo arrestó e inició un proceso de extradición a España liderado por el juez Baltazar Garzón3, quien lo acusó de las muertes de un grupo de ciudadanos españoles entre el 11 de septiembre de 1973 y el 31 de diciembre de 1983 en Chile, delitos que caían en la jurisdicción de la Sala Quinta de la Audiencia Nacional de Madrid y del Gobierno de España4. No obstante, luego de incansables esfuerzos del entonces gobierno del presidente de Chile, Eduardo Frei, cuyo argumento principal, fue que los tribunales europeos no tendrían jurisdicción sobre los casos en cuestión, el primer ministro británico Jack Straw envió la realización de exámenes médicos a Pinochet, cuyos resultados indicaron que éste no estaba en condiciones médicas para enfrentar un juicio. El 2 de marzo de 2000 el ex jefe castrense quedó en libertad y fue devuelto inmediatamente a Chile, donde se le vio bajar del avión en perfecto estado de salud. Los tribunales de justicia de nuestro país nunca juzgaron a Pinochet por los casos alegados en su extradición. Durante sus casi 100 años de vida, el ex general estuvo una sola vez cerca de la muerte. Esto fue el 7 de septiembre de 1987 cuando el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR)5 intentó asesinarlo mientras éste se trasladaba a su residencia del Melocotón en el Cajón del Maipo. El resto de su existencia, a menos que siguiéramos las exageraciones de cada uno de los rumores de prensa, ocurrió sin importantes riesgos vitales. A la luz de todos estos antecedentes, la muerte de Pinochet, temprana, tardía o como fuera, sería de todos modos la muerte de nuestro gran dictador, y todos quienes lo habíamos vivido y teníamos conciencia de él, lo habíamos padecido y lo habíamos odiado, la estábamos esperando. O tal vez ya no la estábamos esperando, porque la espera se nos había hecho muy larga y ya se nos había diluido bastante; pero posiblemente (o de seguro) su muerte no nos sería indiferente. Porque en este país serían pocos a los que su fin nada les importaría. Porque también estaban los que lo amaban e iban a bombardearnos con su amor que nos sería repudiable oír durante días. Porque también estaría la prensa, que presumiblemente se portaría como quisiéramos que no lo hiciera. Porque estábamos esperando qué haría el Gobierno y justamente el Gobierno de la única presidenta que desde el principio de la democracia fue torturada por el régimen del mismo Pinochet (¿Se saldría un milímetro del libreto Michelle Bachelet, como nosotros tanto lo anhelaríamos? Seguro que no, todo estaba fríamente calculado). Razones me sobraban a mi y a los que yo sentía de mi lado (infantilmente de mi lado) para querer ver qué pasaría con esta muerte del más malo de los malos. Qué nos pasaría, qué íbamos a hacer cuándo llegara esa llamada, esa tan esperada llamada que como suele suceder con las tan esperadas llamadas, tanto demoran. “Se murió Pinocho, Pancha”. Tardó demasiados años en sonar el teléfono con esa voz diciéndome aquella frase. Hasta que al fin llegó.
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El caso Pinochet en el ministerio de relaciones exterioresJorquera, Andrés 12 1900 (has links)
Memoria para optar al título de perioddista
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Die völkerrechtliche Immunität von Staatsoberhäuptern : Grundlagen und Grenzen /Tangermann, Christoph. January 2002 (has links) (PDF)
Nürnberg, Univ., Diss.--Erlangen, 2001. / Literaturverz. S. [249] - 266.
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Univerzální jurisdikce ve světle Pinochetova zadržení ve Velké Británii / .Patková, Lucie January 2013 (has links)
The thesis deals with topic of universal jurisdiction with an emphasis on British House of Lords' decisions in case of former Chilean president Augusto Pinochet from years 1998 and 1999. Universal jurisdiction enables to prosecute crimes committed abroad by persons, who at time of such commission were neither the citizens of state in question nor the permanent residents of the state. It is expression of an idea, that it is common interest of the whole international community to prosecute the most serious crimes under international law, irrespective of any link to the prosecuting state, because such crimes relate to the whole international community and not only single state. The first chapter of the thesis deals with national criminal jurisdiction, whose comprehension is necessary for further understanding of universal jurisdiction. The universal jurisdiction is the main topic in the second chapter, in which I outline a brief history of the concept, mention application of the universal jurisdiction in case with Adolf Eichmann in Jerusalem, and try to find out where the importance of universal jurisdiction lies or what the main alleged disadvantages and risks are as well. My further concerns are the scope of universal jurisdiction, that is the crimes that are subjects to its application, universal...
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After the fact El Mercurio and the re-writing of the Pinochet dictatorship /Brown-Bernstein, Julia. January 1900 (has links)
Honors thesis (History)--Oberlin College, 2009. / Includes bibliographical references (leaves 130-135)
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Los 97 días en que la concertación salvó a Pinochet: enemigos aliadosInsunza Corvalan, Andrea January 2002 (has links)
Memoria para optar al título de Periodista
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