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A Cobertura da Unité d'Habitation de Marselha e a Pergunta de Le Corbusier pelo Lugar PúblicoSequeira Carneiro, Marta 11 July 2008 (has links)
La bibliografía existente sobra la Unidad de Habitación de Marsella de Le Corbusier - una de las más importantes propuestas de vivienda colectiva del siglo XX -, se basa esencialmente en el estudio del conjunto de viviendas que constituyen el edificio. Sin embargo, Le Corbusier nos ofrece varias señales de que lo que encontramos en la cumbre del bloque de viviendas presenta una gran relevancia. Escribe Les maternelles vous parlent, donde centra su observación en las cubiertas de las unidades de Marsella y Rézé-les-Nantes, en la que publica, así como en uvre complete, una imagen inusitada, en la que el paralelepípedo, que corresponde al conjunto de los apartamentos de la Unidad de Marsella, es representado como poco más que una mancha blanca, una base cuya única función e interés es la de soportar los objetos que le son colocados encima. Tal como Le Corbusier lo hizo en el momento de la elaboración de esta imagen, la tesis presenta la cubierta como el objeto principal de la composición, mirador desde el cual se observa la ciudad corbusieriana de la época y el estímulo a partir del cual se formula la Pregunta por el Espacio Público - la misma que Le Corbusier se hacía en el momento de la concepción de este toit-terrasse ejemplar. Esta cuestión presenta, en nuestros días, una gran vigencia, siempre que se busca definir una idea de lugar público adecuado a la sociedad actual, y siempre que nos encontramos con las dificultades que esa búsqueda implica.Constatamos entonces que es común la idea de que existe una "ruptura con relación a la historia" en la génesis de los lugares públicos de las ciudades de Le Corbusier, de que sus espacios de reunión preconizan una separación entre su tiempo y la experiencia precedente. Esta creencia es alimentada, por un lado, por la interpretación deficiente de algunas observaciones del propio Le Corbusier - siendo las palabras de su método, que utilizan expresiones como "civilización maquinista", "nuevo espíritu", "arquitectura del mañana", las que enturbian sus evocaciones al pasado -, y, por otro, por el desvanecimiento de las referencias paradigmáticas de sus espacios públicos, a través de la evidencia ofuscante de su carácter innovador.Sin embargo, al dibujar estos lugares, Le Corbusier no hace más que recrear la especialidad grandiosa y pintoresca de los espacios públicos d¬¬¬e la Antigüedad, lugares de representación y glorificación de lo colectivo que estuvieron presentes en el origen de nuestra cultura, y que constituyen la esencia de nuestra tradición: el ágora griego y el foro romano. Por medio de un fino sentido histórico, pero también de la abstracción - que constituye una de las más preciosas conquistas del pensamiento moderno - y a través de la interrupción voluntaria de la sucesión y compartimentación temporal, así como de las explicaciones evolutivas y catalogaciones, Le Corbusier hace uso de una visión sincrónica de los lugares públicos de la Antigüedad, vinculando el pasado con el presente, estableciendo entre ellos contactos, superposiciones.Los propios dibujos y maquetas, del toit-terrasse de la Unidad de Habitación de Marsella y de otros espacios públicos de Le Corbusier, fueron dando pistas, así como sus escritos y los vestigios de sus viajes e investigaciones, verdaderos indicios de los elementos que él podría haber visto y evocado en el momento de proyectar. A partir de esto, fue posible recorrer un camino deductivo hasta llegar a una hipótesis y, simultáneamente, a su confirmación, es decir, a una conclusión que partió de una mirada sin prejuicios en relación con el objeto de estudio. Al liberarse de un enmarañado de ideas preconcebidas, sobre las cuales se ha construido una idea poco objetiva de modernidad, se demuestra que el espacio público de congregación corbusieriano del período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial no solamente no establece una escisión con el pasado histórico, sino que constituye, el propio, testimonio de la inexorable continuidad de la creación humana a lo largo de los tiempos. / The existing bibliography about the Marseilles Housing Unit by Le Corbusier - one of the most important housing projects of the 20th century -, explores primarily the study of the unit's apartments. However, Le Corbusier gives us some clues that make us believe that what exists on the top of the housing block has great relevance. In Les maternelles vous parlent, he focuses his observation on the roofs of the Marseilles and Rézé-les-Nantes' unités, and publishes, as in uvre complète, an unusual image, where the box-like volume that corresponds to the Marseilles Housing Unit appears only as a white stain, as a base whose only function and aim is to support the objects that are placed on its top. Like Le Corbusier when he drew this image, this dissertation presents the roof as the main object of the composition, a belvedere from which we gaze at the corbusian city, and the starting point from which we formulate the Question concerning the Gathering Place - the same interrogation that Le Corbusier formulated in the moment of the design of this exemplary roof terrace. This question is very relevant in our days, every time we try to define the idea of a gathering place that fits our time, and whenever we come across the difficulties that it implies.It is commonly accepted that there is a "break with the past" in the genesis of the public places of Le Corbusier's cities, and that these meeting places imply a separation between past and present. This idea is based, on the one hand, by the misinformed interpretation of some of Le Corbusier's remarks - given that his statements, making use of expressions such as "machinist civilization", "the new spirit", "the architecture of tomorrow", cloud and obscure all of the links to the past -, and on the other hand, by the concealment of the paradigmatic references of his public places, caused by the blinding power of its innovative character.However, we realize that, while sketching these places of communal representation, Le Corbusier recreates the magnificent and picturesque spatiality of the public places of Antiquity, places of representation and glorification of the community that were at the core of the foundation of our culture, and that constitute the essence of our tradition: the greek agora, and the roman forum. Through a refined historical sense but also through abstraction - which amounts to one of the most precious conquests of modern thought - and through the voluntary suspension of temporal compartmentalization, as well as the subsequent evolutionary explanations and cataloguing, Le Corbusier makes use of a synchronic vision of the public places of Antiquity, tying the past to the present, establishing intersections between them.It were the drawings and models of the roof terrace of the Marseilles Housing Unit and other public places by Le Corbusier, that afforded me the clues, as well as his writings and the records of his travels and research, indication of the elements that he may have seen in the past and used while sketching. From then on, it was possible to follow a deductive path to reach the hypothesis and, simultaneously, its confirmation, to a conclusion that emerged from an uncompromised point of view over the object of study. After getting rid of a web of preconceived ideas, on which a biased idea of modernity was built, it is possible to demonstrate that the corbusian gathering place of the postwar period, does not establish a break with the historical past, but it is evidence of the unshakable continuity of human endeavour.
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