El mercado de trabajo en México se caracteriza por la complejidad de su estructura, es decir, un crecimiento de la población ocupada en el sector informal y de la mano de obra poco calificada. Por otra parte, se observa un incremento en el trabajo en el sector servicios y las la participación laboral de las mujeres, esta realidad es la misma para la mayoría de las economías latinas.
En este contexto se considera a los jóvenes un sector de la población que se enfrenta a situaciones de vulnerabilidad, al tomar decisiones con respecto de su inserción laboral o con relación a la continuación de su formación académica dada la responsabilidad de generar apoyos para sus familias, o en ocasiones, como es muy frecuente, realizan ambas actividades. Además, al carecer de experiencia laboral previa se generan condiciones de precariedad en el mercado de trabajo que comúnmente los llevan a asumir empleos sin contrato, o sin prestaciones o con largas jornadas laborales.
Ante esta problemática, se considera un análisis de la desigualdad de los jóvenes en el mercado de trabajo a partir de las diferencias en las competencias adquiridas mediante la formación escolar y las competencias requeridas para el empleo, lo cual puede ocasionar un ajuste (match) o desajuste (mistmatch), con efectos en su desempeño y por tanto, en las ganancias a obtener.
Para medir estos ajustes y desajustes del desempeño de los jóvenes en el mercado laboral se consideró un modelo de salarios mediante el método de mínimos cuadrados ordinarios y regresión por cuantiles. Como una herramienta para medir las competencias entre la formación y el empleo se utilizó el índice de Gini, que es un indicador de concentración que permite relacionar la escolaridad de la población ocupada joven y las categorías de empleo, que a su vez muestra el desempeño de la oferta y la demanda de trabajo.
Los resultados con este primer modelo fueron ambiguos considerando la estructura del mercado, con el 77,1% de los jóvenes con formación general (primaria, secundaria y bachillerato), además con casi el 60% laborando en condiciones de informalidad. Esto nos ha llevado a plantear estimaciones segmentadas de la información del sector formal, informal y el total de la población joven. Los resultados muestran que en el sector formal existen brechas entre los que están empleados de acuerdo a las competencias adquiridas y requeridas y aquellos que no están en esta situación, mientras que en el sector informal la escolaridad no es valorada (para ambos modelos: MCO y Regresión por cuantiles, la situación es similar).
Para identificar el efecto de la apertura comercial en la desigualdad de salarios de los jóvenes, se aplicó el índice de coeficientes fijos de requerimientos laborales. A través de esta herramienta se ha identificado que durante el periodo 1995-2013 existe un desplazamiento de la demanda dentro de las industrias por mano de obra más educada, aunque tal como se observa en la muestra, estos efectos son más altos para la población con secundaria y bachillerato y en menor proporción en los jóvenes con educación superior. Sin embargo, estos resultados coinciden con otros estudios (Lopez-Acevedo y Salinas, 2000, Ramírez, 2004, Meza, 2005, Puyana y Romero, 2009), en el sentido que la educación es un factor de desigualdad en los trabajadores y se convierte a su vez en una oportunidad para que los jóvenes tengan mejores condiciones de vida. / The labor market in Mexico is characterized by the complexity of its structure that features a growth of the population working in the informal sector and the number of the low-skilled workers. On the other hand, an increase of activities on the services sector and the notorious women involvement in employment, portrays a reality that replicates to most of the Latin-American economies.
In this context, young people become a vulnerable population sector by the time they must choose between an early inclusion into the labor force or focusing entirely on their studies. They commonly face the responsibility of supporting their families or, as it turns out to be common, performing both. Moreover, thanks to their lack of previous labor experience, they face a hazardous job market that frequently forces them to accept informal employment, no benefits or longer working hours.
Youth inequality is thus considered by analyzing the differences between the skills that are acquired through the academic development and those required to get a job; indeed, such difference may cause either a match or mismatch that affects the average performance and the potential salary income.
In order to measure the actual youth performance in the labor market, a salary model with ordinary minimum squares and quartile regression is considered. The Gini index is also employed to measure the differences between skills that have been acquired either from academic education or from employment. Such index relates the educational level of the youth population and the corresponding employment categories yielding information about job offers and working demands.
The results from the first model have been unclear considering the overall market structure with 77,1% of young people holding primary, secondary and high school levels. Moreover, nearly 60% of them are currently working within the informal sector. Therefore, such facts request a segmented estimation of the information regarding the formal and informal sectors with respect to the overall youth population. Results show a gap between the required and actually retained labor skills while skills are not valued at all within the informal sector (for both models, MCO and quartile regression, results are similar).
In order to identify the effect of trade openness on the wage inequality for young workers, we have applied the fixed coefficient for manpower requirement. Such tool has identified that during the period of 1995-2013, there is a demand shift within the industry looking for a higher educated workforce. Just as it is observed in the sample, such effects are higher for the population with secondary and high school grading and a lower for the young people with higher (college) education. Nevertheless, such results correspond to others (Lopez-Acevedo y Salinas, 2000, Ramírez, 2004, Meza, 2005, Puyana y Romero, 2009), regarding that the education is an inequality factor for workers and may be converted into an opportunity for young people seeking better living conditions.
Identifer | oai:union.ndltd.org:TDX_UAB/oai:www.tdx.cat:10803/367920 |
Date | 29 January 2016 |
Creators | López Moguel, María del Rosario |
Contributors | Recio Andreu, Alberto, Chavarín Rodríguez, Rubén Antonio, Universitat Autònoma de Barcelona. Departament d'Economia Aplicada |
Publisher | Universitat Autònoma de Barcelona |
Source Sets | Universitat Autònoma de Barcelona |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | info:eu-repo/semantics/doctoralThesis, info:eu-repo/semantics/publishedVersion |
Format | 205 p., application/pdf |
Source | TDX (Tesis Doctorals en Xarxa) |
Rights | L'accés als continguts d'aquesta tesi queda condicionat a l'acceptació de les condicions d'ús establertes per la següent llicència Creative Commons: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/, info:eu-repo/semantics/openAccess |
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