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Génesis y legitimación del pensamiento histórico

El tiempo en el que opera la percepción histórica del mundo occidental, a partir del cual afirmamos que vivimos “en el tiempo”, se entiende como lineal, objetivo, absoluto, simultáneo y espacializado. Y estas cinco características se ven esencialmente afectadas a partir de ciertas constataciones: la primera es que, dado que el único elemento a partir del cual se puede medir el tiempo (en sus variantes astronómicas, mecánicas y atómicas) es circular, surgen problemas acerca de la linealidad; igual sucede con la objetividad si se cae en la cuenta de que el tiempo que se percibe internamente (regido por los ritmos circadianos y la dialéctica termodinámica entre generación y corrupción) no sirve para medir este supuesto tiempo externo; el único criterio a partir del cual se puede establecer un único tiempo entre los sujetos A y B es el movimiento terrestre y sus derivaciones, lo que pone en duda el carácter ontológico de la característica de absolutidad y, en consecuencia, también de simultaneidad; por último, resulta cuanto menos sospechoso que el tiempo, que se entiende popularmente como independiente del espacio –aun cuando nada se mueve, se afirma que el tiempo pasa–, sea siempre dependiente de éste para su correcta medición.
Se evidencia, por lo tanto, que el tiempo bajo el que el hombre se rige de manera sistemática, y sobre el que afirma categóricamente que no hay reinterpretación posible, se vuelve problemático ante evidencias que ponen en tela de juicio sus características más intrínsecas. Ante esta inexactitud en la propia definición, se propone en las páginas que siguen un recorrido a través de las distintas concepciones que han forzado el concepto hasta evidenciar que su estructura más fundamental puede no ser como suele creerse.
El objetivo del presente trabajo es doble, y sus dos partes dan cuentas de esta duplicidad. Por un lado, se realiza un análisis de la acepción absolutista del concepto de “tiempo”, acepción que ha pasado a ser desde la modernidad la única forma en la que Occidente vive el fenómeno de la temporalidad. Para ello, se analiza a la luz de las alternativas de comprensión de la temporalidad que diversas aproximaciones teóricas han propuesto: primero, en formulaciones prenewtonianas; segundo, en formulaciones físicas contemporáneas; tercero, en formulaciones fenomenológicas y ontológicas contemporáneas. Todo ello ofrecerá un mapa al lector del marco en el que se produjo la legitimación de la acepción absolutista del concepto de “tiempo” en frente de todas las demás, y finalmente dará cuentas de cómo este proceso de legitimación operó intersubjetivamente hacia una profunda transformación del concepto.
El reverso del mismo objetivo fundamental de este trabajo reside en un trabajo arqueológico –en sentido foucaultiano– de los motivos por los que se transformó el concepto y llevó a Newton y a Kant a la necesidad de legitimar una transformación que, en realidad, había tenido lugar gradualmente por contingencias históricas. Se hallarán las bases para tal transformación en tres importantes contingencias históricas que han caracterizado profundamente el mundo occidental: el patriarcado, el monoteísmo judeo-cristiano y el capitalismo. / Time from which the historical perception of the Western world operates, from which we can assert that we live “in time”, is understood as a linear, objective, absolute, simultaneous and spatial time. And some ascertainments specially affect these five characteristics: taking into account that the only element from which time can be perceived is cyclic (in its astronomic, mechanic and atomic variants), some problems appear regarding linearity; the same happens with objectivity if we think that the time we perceive internally (regulated by circadian rhythms and the thermodynamic dialectic between generation and corruption) does not allow us to measure this assumed external time; the only guideline that can be used to set up a unique time between the subjects A and B is the Earth movement and its derivations. This calls into question the ontological position of the quality of absoluteness and the quality of simultaneity. Lastly, it is at least suspicious that time, which is understood as independent from space (even if nothing moves, it is said that time passes by), is always dependent from it for its correct measurement.
It is evident, in consequence, that the time that rules systematically over the man, and that it is categorically understood that there is no possible reinterpretation, becomes a problem in front of the pair of questions that put under scrutiny its most intrinsic features. In front of this inaccuracy of its definition itself, a tour is proposed in the next pages; this tour will guide the reader through diverse conceptions that have forced the concept to make clear that maybe its most fundamental structure is not as we think.
Thus, the aim of this work is two-sided, and is correlatively presented in two parts. Firstly, the absolutist definition of the concept “time” is put under analysis, a definition that from the modernity has been the only way from which Western culture has lived the temporality phenomenon. To accomplish this issue, the concept is analyzed through alternatives of comprehension of temporality that some theoretical approaches have suggested: first, pre-Newtonian approaches; second, contemporary Physics approaches; third, contemporary phenomenological and ontological approaches. These three approaches will offer a map to the reader about the frame in which the legitimation of the absolutist definition of the concept “time” over the rest was produced. Finally, the tour will show how this process of legitimation occurred inter-subjectively to a deep transformation of the concept.
The reverse of the same fundamental aim of this work is based on an archeological framework (in Foucaltian terms) of the causes that led to the transformation of the concept and brought Newton and Kant to the need to legitimate a transformation that actually had been taking place gradually by historic contingences. The basis of this transformation will be find in three major historic contingences that have deeply defined the Occidental world: patriarchy, Judeo-Christian monotheism and capitalism.

Identiferoai:union.ndltd.org:TDX_UAB/oai:www.tdx.cat:10803/283217
Date23 January 2014
CreatorsPuig Punyet, Enric
ContributorsGómez Pin, Víctor, Universitat Autònoma de Barcelona. Departament de Filosofia
PublisherUniversitat Autònoma de Barcelona
Source SetsUniversitat Autònoma de Barcelona
LanguageSpanish
Detected LanguageEnglish
Typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesis, info:eu-repo/semantics/publishedVersion
Format268 p., application/pdf
SourceTDX (Tesis Doctorals en Xarxa)
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