Tesis para optar al Grado de Magíster
en Estudios de Género y Cultura, Mención Ciencias Sociales / El siguiente estudio trata acerca de las percepciones y representaciones socio - simbólicas de la paternidad vivida por padres, que se han hecho cargo de la crianza y cuidado de sus hijos/as, sin la presencia de la madresposa, debido a diversas causas que se abordan en la investigación, y que marcan la variabilidad de relatos que se exponen . En ese sentido, esta investigación busca dar cuenta y problematizar respecto de la posibilidad de una paternidad presente, teniendo como antecedente y referente el potente simbolismo del padre ausente en la cultura latinoamericana. Por lo tanto, más que buscar una continuidad o discontinuidad de un modelo hegemónico como ha sido la paternidad ausente de las familias nucleares, se intenta investigar la reelaboración de los discursos de los padres respecto de sus roles a partir de la oferta simbólica de discursos disponibles culturalmente.
Se investigaron y compararon las valoraciones y percepciones en padres provenientes de las diferentes clases sociales, de tal manera de dar cuenta de la diversidad de maneras en que se expresan estas representaciones, y para ello se realizaron entrevistas en profundidad a 10 padres entre noviembre del 2004 y julio del 2005. A su vez buscamos desentrañar las reelaboraciones respecto de las conexiones que establecen los padres en sus prácticas con su masculinidad, toda vez que la paternidad es un aspecto fundamental en la constitución del ser masculino. De este modo, buscamos develar los entrecruces y tensiones respecto de las esferas tradicionalmente entendidas como femeninas y masculinas, situación que enfrenta a los padres a un reacomodo de los discursos de sus prácticas en torno a la tajante división de los espacios asignados a cada género.
Todas estas inquietudes surgen de la creciente demanda e importancia que ha adquirido la figura del padre en la agenda pública estatal, ya sea para reparar y reclamar su ausencia como podrían ser la ley de filiación y la incorporación de los exámenes de paternidad; o bien, para potenciar su presencia y provocar un cambio en la práctica de la paternidad, como podrían ser la promulgación del post natal masculino o la paulatina incorporación del varón en programas de salud sexual y reproductiva. El Estado como institución es uno de los agentes que disciplinan los modelos o discursos3 de la familia, y en Chile, ésta es vista como el núcleo fundamental de la sociedad, de este modo durante toda la década de los noventa se promulgaron iniciativas tendientes a proteger a los miembros más vulnerables de este núcleo: la mujer y los niños. Es así como se crea el SERNAM y las instituciones de protección de la infancia, además de la incorporación del Estado chileno a las tratativas y convenciones internacionales que buscan la igualdad de oportunidades para las mujeres y la protección de los Derechos del Niño. No obstante aquello, el discurso estatal respecto a la familia, se sostenía en la ubicación -más menos- rígida de los ámbitos, representaciones y prácticas de cada género, a saber: mujer – madre – ámbito reproductivo y hombre – padre- proveedor y ámbito productivo. De este modo, la afectividad y cuidado de los hijos seguía siendo un rol de la mujer, aún cuando ésta se haya incorporado al mundo laboral. Las iniciativas hacia la figura del padre tendían al cumplimiento de su rol de proveedor más no a potenciar sus aspectos afectivos.
Sin embargo, la carencia de la figura paterna en el desarrollo psicosocial de los niños, entre otros aspectos, fue haciéndose presente sobre todo en las escuelas y en el rendimiento educativo. De este modo fue necesario la creación e implementación de programas e iniciativas tendientes a que los varones “inicien un proceso de abrirse espacios en el mundo privado, en el mundo de los afectos”. Desde esta óptica podemos ver un desplazamiento en el discurso acerca de la familia tanto del Estado como de grupos de la sociedad civil que demandan un padre presente en lo afectivo y en el cotidiano. Esto es, si antes las políticas y programas estaban orientados específicamente hacia las madres y mujeres, actualmente es posible ver algunas iniciativas focalizadas a los padres o bien bajo el horizonte de “promoción de las responsabilidades familiares compartidas”. Podemos identificar medidas intersectoriales, que buscan abarcar la mayor posibilidad de áreas y aspectos que rodeen todo lo que tenga que ver con el padre y su ejercicio como tal: se potencia así desde la salud la participación del padre en el parto; desde la educación, involucrar más al padre en el proceso educativo de los hijos; difusión de material educativo y de orientación respecto de la participación del hombre en la salud sexual y reproductiva de la mujer, así como también hacer consciente y responsable al hombre de sus propios derechos sexuales y reproductivos.
Esta investigación está pensada como un aporte y complemento a todas las iniciativas, estudios y acciones destinadas a reflexionar en torno a una paternidad presente, y la situamos en un cruce entre los discursos de padres que quieren ser presentes y cercanos, como son los grupos de padres por una igualdad parental, y los discursos en torno al padre y a la familia provenientes del Estado. La particularidad que destacamos en el presente estudio tiene que ver con el quiebre o la posibilidad de cambio que se produce en hombres y padres respecto de la vivencia de una paternidad y masculinidad hegemónica al ubicarse en un escenario distinto por la ausencia de la madresposa. Situación que plantea la tensión entre una opción voluntaria y una obligada, y que implica un reacomodo, cambio o ruptura en los modelos de paternidad provenientes de una cultura patriarcal.
En este sentido, buscamos posicionarnos en una esfera distinta pero complementaria a los estudios en torno a la salud reproductiva y sexual de los varones, pues nuestra investigación se construyó sobre la base de vivencia de padres que han debido, sobre el devenir mismo de su rol de padre, cambiar de escenario, lo que ha significado, según nuestra investigación, un cambio y / o reacomodos respecto de su percepción como hombres y padres. Es así como nuestra apuesta tiene que ver con develar los intersticios y quiebres que pueden darse en modelos de paternidad y masculinidad marcados por la ausencia y circunscritos al rol de proveedor. Por otra parte, asumimos la particularidad de las situaciones y lo poco común de los casos, sin embargo nos pareció interesante abordar justamente los cambios producidos en su percepción como padres, ubicándolos en un antes y un después. Asimismo, se trabajó con padres que habían constituido una familia nuclear, asumiendo con esta decisión una aproximación exploratoria para el enriquecimiento de los estudios sobre masculinidades en Chile y no una defensa hacia la familia nuclear heterosexual.
Para presentar comprensivamente este estudio debemos detenernos en la mirada sobre la cual nos situamos. El enfoque que guía esta investigación, por un lado, es la antropología y su comprensión sociocultural de los procesos sociales, y por otro lado adoptamos la reflexión aportada por la perspectiva de género. El concepto género dice relación con las construcciones socioculturales que cada cultura elabora en torno a la diferencia sexual. Como concepto, permite abarcar y abordar la realidad social desde una multiplicidad de situaciones, pues además de referirse a una relación, al aludir constantemente tanto a lo masculino como a lo femenino y a las interacciones entre ambos, es situacional al posicionar a los sujetos no sólo como mujer u hombre, sino que también en su dimensión de clase, etnia, edad, etc. De este modo, con las características antes señaladas, el concepto de género enriquece la mirada para situarse en el análisis social, además de ser una herramienta práctica y política, en tanto plantea la posibilidad de cambio, al ser una construcción cultural.
Al respecto, es interesante recoger el planteamiento de Joan Scott, quien postula que “el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder”. Esta autora agrega, a las características ya descritas, el potencial político del concepto al plantearlo como una forma de mirar las relaciones de poder entre las construcciones genéricas. Para Scott el concepto de género abarca cuatro elementos: los símbolos y mitos, los conceptos normativos que interpretan el significado de los símbolos, las instituciones y organizaciones sociales de las relaciones de género, y la identidad. De su aporte se rescatan varios elementos, que nos sitúan a la hora de abordar nuestro tema: el primero de ellos es la presencia e injerencia de los discursos normativos e institucionales en un análisis desde una perspectiva de género, y para nuestro caso, la presencia de mandatos culturales respecto de lo que socialmente se entiende por la práctica de la paternidad tanto como rol y como expresión de un mandato de la masculinidad. También nos parece importante la mirada desde el poder, pues nos permite mirar las valoraciones y posiciones donde se ubican los padres y las personas de su entorno a la hora de construir la figura de un padre presente.
Ahora bien, también hemos planteado que el género es un concepto relacional, y desde ese punto de vista nuestro estudio también lo es, tanto en sus aspectos teóricos como en el proceso mismo de la investigación. En el primero de ellos, se tiene como supuesto los enunciados de Tubert respecto de la paternidad: “la paternidad no se puede comprender si no es en su articulación con la maternidad, como término que sólo tiene sentido en el seno de un sistema de parentesco”, así como también la interacción y afectación que existen entre las percepciones de los padres con relación a su masculinidad y los aspectos femeninos que sienten cercana o lejana. En el segundo de los aspectos, esta investigación es en su constitución un estudio realizado desde la perspectiva de género, pues no opera con la noción de una esencia masculina o paterna, sino más bien con la idea de la existencia de una diversidad de ellas; además de hacer propia la crítica de los primeros estudios sobre mujeres u hombres, donde los temas eran propios de cada género: mujeres estudian mujeres e investigadores hombres a hombres, en ese sentido este estudio aporta con la ruptura de estos nichos específicos, enriqueciendo, de este modo, la mirada.
La relevancia de un tema como éste radica en varios aspectos. Por un lado, y a pesar de estar centrado en los padres, se asume como integrativa de ambos géneros y roles. De este modo, busca rastrear las posibilidades de cambio en las representaciones simbólicas de las figuras parentales en una sociedad como la actual.
También es relevante en tanto problematiza y aporta a la reflexión en torno la expertiz femenina innata para asumir un rol materno,y con ello contribuir a la aceptación de nuevas modalidades de familia y avanzar hacia una equidad de género. En definitiva, aportar a la desnaturalización, como plantea Bourdieu, de los roles sexuales y de las relaciones entre ellos, posibilitando una socialización de género más equitativa. Al respecto Aguayo lo plantea de la siguiente manera “la propuesta de un padre activo supone una forma de paternidad donde la presencia del padre no está sujeta al cumplimiento de un rol predefinido de género, sino que implica hacerse parte de las más diversas acciones de crianza; donde se espera que a través del compartir lo cotidiano y los afectos con encuentros y desencuentros, se teja un vínculo que nutra tanto al hijo o hija como a la pareja de padre y madre (aunque no vivan juntos)”.
Por último, no debemos olvidar cómo se han relacionado los géneros durante la historia, donde el poder y la dominación han estado siempre presente, por lo tanto en el contexto de esta investigación se reflexiona acerca del posible desplazamiento del poder del padre a la esfera materna y cómo se conceptualiza este nuevo rol en términos del poder de antaño de padres y madres en sus respectivas esferas, o bien la imposibilidad de pensar esta situación en términos de poder, sino más bien como servicio y deber, aportando con esto, al debate en torno a la familia y a las relaciones entre los géneros.
Esta investigación está organizada en dos grandes partes, en la primera de ellas se presentan los lineamientos teóricos que nos guían que tienen que ver con la antropología y la perspectiva de género, además se desarrollan los antecedentes institucionales y de la sociedad civil ambos aspectos en su dimensión discursiva como agentes que emiten posturas claras respecto a la familia y al rol del padre. La segunda parte se centra en el análisis de las entrevistas realizadas a los padres, ordenando sus discursos en los tópicos más relevantes que permiten abarcar nuestra pregunta de investigación. Por último, las conclusiones del estudio centradas en responder a la posibilidad del padre presente y su relación con el mundo femenino y la maternidad. Cerramos la investigación con apuntes respecto a posibles líneas de investigación y profundización.
Identifer | oai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/112668 |
Date | 09 December 2006 |
Creators | Espinosa Bobadilla, Isabel Angélica |
Contributors | Montecino Aguirre, Sonia, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología |
Publisher | Universidad de Chile |
Source Sets | Universidad de Chile |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | Tesis |
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