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El descuartizado de Puente Alto: un crimen sin pies ni cabeza

Memoria para optar al título de Periodista / A fines de marzo del 2006 un grupo de niños sorprendió, en un callejón perdido de Puente Alto, al perro “Rocky” con un pie humano en su hocico. Lo que parecía una muerte trágica, se transformó en el sorprendente descuartizamiento de Hans Pozo, un joven drogadicto que vivía en La Pintana. Este hecho marcó un momento importante en el periodismo local, una enseñanza. Luego de un comienzo desinteresado por el caso, los medios de comunicación se volcaron hasta la publicación de detalles ínfimos, con un proceso judicial que sirvió de escuela para el periodismo chileno, ya que mostró en terreno el funcionamiento de la Reforma Procesal Penal en la Región Metropolitana. La mirada de corto plazo, la instantaneidad de la noticia y las ganas de dar un golpe informativo a la competencia desencadenaron un contexto difícil para la prensa, en que los reporteros policiales debieron turnarse para estar disponibles las veinticuatro horas. La investigación fue alimentada por los elementos dramáticos que tomó la historia, ya que luego del descubrimiento de la primera extremidad, los responsables del crimen desperdigaron los restos humanos en un diámetro de un kilómetro. Ya no era el pie izquierdo tirado en un peladero en la periferia de Santiago. Al cabo de una semana, la noticia era que un grupo indeterminado de individuos había asesinado a un joven veinteañero, lo descuartizó, le sacó sus huellas digitales y finalmente lanzaron los restos a la calle. Las portadas en los diarios con el tema del descuartizado de Puente Alto persistieron por cerca de un mes y los primeros minutos en los noticiarios iban destinados a despachos en vivo con las últimas novedades del caso. Frente a esta hambre desatada de informaciones la figura del fiscal se volvió decisiva para los medios, quienes asistieron a un asedio informativo del caso en sus primeras semanas. Los chilenos veían transmitido todos los días al fiscal, emblema de la nueva justicia penal (con pocos meses de aplicación en la Región Metropolitana) saliendo a investigar a la calle y mandando a las policías a las pesquisas más específicas. Sin embargo, la alta figuración pública le jugó una mala pasada al encargado de la investigación, Pablo Sabaj, quien no pudo controlar el flujo excesivo de trascendidos, datos falsos y averiguaciones equivocadas. Esta investigación permite mirar con distancia con respecto al tiempo en que sucedieron los hechos, lo que genera una nueva perspectiva crítica respecto a la investigación judicial y al trabajo de los medios de comunicación, más aún si consideramos que el caso del descuartizado sigue abierto en la Fiscalía Sur de la Región Metropolitana y en la Fiscalía Militar. De ahí que este trabajo pretende actualizar los datos de la investigación judicial y evaluar su evolución, sin la premura de la inmediatez que urge a la industria de los medios de comunicación. Con estos antecedentes es posible determinar la posición de la prensa en un caso que dio lecciones en la forma de enfrentarse al nuevo marco que establecía la justicia penal. Además, y como parte de mi labor profesional en Las Últimas Noticias, me correspondió seguir el caso del “descuartizado de Puente Alto” desde el primer día. Esa experiencia en terreno constituye también una referencia, ya que permite reconocer las falencias y virtudes del periodismo policial que se agota con la pauta noticiosa, en contraposición a un trabajo de largo aliento que favorece la reflexión y busca llenar las versiones a medio camino. Sin embargo, el caso del “descuartizado de Puente Alto” fue relevante más allá de su amplia difusión mediática. La muerte de Hans Pozo y sus consecuencias estuvieron bajo un escenario particular, ya que la Reforma Procesal Penal llevaba pocos meses de aplicación en Santiago. La nueva relación entre prensa, Fiscalía, víctimas y las policías desencadenaron escenarios relevantes para estudiar, ya que fueron determinantes al momento de establecer el éxito o fracaso de la investigación. Variables como la sobreproducción de noticias acerca del caso, el trato cambiante del fiscal con las policías y errores en las pesquisas fueron decisivos para que luego de más de dos años de investigación, no haya responsables y la causa se encuentre estancada en la Justicia Militar. Lo central de este trabajo será entonces, desentrañar las formas en que el periodismo, la tensión del público (convertido en testigos circunstanciales del caso del descuartizado), las policías y personal de la Fiscalía, confluyeron en el desenlace de la investigación judicial.

Identiferoai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/144988
Date January 2008
CreatorsCárdenas Quintero, Jorge Luis
ContributorsSalinas Muñoz, Claudio
PublisherUniversidad de Chile
Source SetsUniversidad de Chile
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
TypeTesis
RightsAttribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/

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