[EN] Today, it is well stablished that there is a need to reduce energetic consumption among different human activities and also in buildings; the rhythm of today's waste is no longer acceptable for the planet in terms of sustainability.
The degree of comfort to which we have get used to, and to which society does not seem to renounce, places in the focus of the problem. Comfort is a very wide concept that includes the perception of multiple ambient parameters, but in relation to the problems exposed, we will focus on higrothermal and daylight approaches. In that sense, architects cannot ignore this reality, so it is appropriate to deal with it since the very beginning of the architectural project from a holistic point of view. Mostly, when recent researches demonstrate that the decisions taken in the early design phases have influence over the 80% of the building's energy performance.
Spanning from the Renaissance to nowadays, along three centuries, the modern era comprises a period with huge human development. Even though, it has two common parameters in cultural terms; it has been -and still is¿a culture of projects and it is also steeped in the hegemony of visual.
The prevailing oculocentrism makes that image and objects as a consumer product, perceived through the eye, have focused design parameters. Architecture, whether as a result or a contextual engine, has not been foreign to these two realities. Only departing from the avant-garde movements of the past century, it is possible to find examples of intentional sensibility towards the environment and other less material issues, for instance comfort, especially in the second generation of the fifties and the sixties.
With the growing use of "fenomenology" and "hapticity" when describing inhabited environments, new variables come into play. Architects, acting as planners conceiving the places where people live, have not been able to introduce these matters in everyday tasks. All that we perceive through our sensory channels is much more than just what we see, so it seems, that in some way, it needs to take its place in the design processes.
In addition, as stated by Ortega y Gasset, the higher degree of technification of the milieu appears to have led us to a thoughtless and empty adaptation of the system of instrumental rationality. The trust in technology as the only way to solve human problems is an argument that is losing strength with the passing of the 21st century.
Peter Collins believed that the study of how people built in the past is completely different to the study of how they do it today yet indivisible. Based on this approach and taking into account all said before, Le Corbusier's architectural project is studied from the higrothermal and sensory perspective, as well as the Grille Climatique, tool developed in his atelier at the early fifties to control these areas.
The techniques available at our time -analysis, simulation, monitoring and user perception - are used to demonstrate the system adequacy and possible future applications. Conclusions will be drawn through contrast with other tools developed later and comparison between Pavillon Suisse and Maison du Brésil, designed before and after the Grille Climatique, searching to what extent Le Corbusier took into account certain intangible variables in the design process. / [ES] Nos encontramos en una época en la que es patente la necesidad de una reducción del consumo energético en varias actividades humanas y también en la edificación, el ritmo de gasto actual no es admisible para el planeta en términos de sostenibilidad.
El grado de comodidad al que nos hemos acostumbrado, y que como sociedad no parece que estemos dispuestos a renunciar, se sitúa en el centro de la problemática. Aunque el confort es un concepto muy amplio que incluye la percepción de múltiples parámetros ambientales, en relación a la temática expuesta, se centra en el higrotérmico y lumínico. Así, los arquitectos no podemos desentendernos de esta realidad y por tanto, es conveniente abordarla a partir del proyecto arquitectónico desde un punto de vista holístico. Y más, cuando estudios recientes demuestran que las decisiones tomadas en las primeras fases del diseño influyen sobre el 80% del comportamiento energético del edificio.
La era moderna, que nace con el Renacimiento y que llega hasta nuestros días, con toda la evolución histórica acaecida en este lapso de más de tres siglos puede, aun así, caracterizarse por dos parámetros comunes. En términos culturales, ha sido desde el comienzo ¿todavía lo es en nuestros días¿una cultura de proyecto y además se encuentra sumida en una total hegemonía de lo visual.
El oculocentrismo reinante hace que la imagen y el objeto como producto material, que se percibe a través de la vista, hayan centrado los parámetros de diseño. La arquitectura, ya sea como resultado o motor contextual, no ha sido ajena a estas dos realidades. Solo a partir de los movimientos de vanguardia del siglo pasado empezaron a mostrarse ejemplos de declarada sensibilidad hacia el medio y otras cuestiones menos materiales, dígase el confort, especialmente en la segunda generación de los años cincuenta y sesenta.
Con la aparición de la fenomenología y la hapticidad, como términos habituales en la descripción de los entornos habitados, se ponen en juego nuevas variables que se mueven en ámbitos que todavía, los arquitectos, como proyectistas, como pensadores del entorno que las personas van a vivir, no hemos acabado de asumir como colectivo. Todo aquello que percibimos a través de los canales sensoriales, es mucho más que lo que vemos y por tanto parece necesario que de algún modo pueda ocupar su lugar correspondiente en el proceso de diseño.
Adicionalmente, una creciente tecnificación del entorno parece, tal y como indicaba Ortega y Gasset, que nos ha llevado a una adaptación irreflexiva y vacía del sistema de la racionalidad instrumental. La confianza en que la tecnología, per se, puede solucionar todos los problemas a los que se enfrenta el ser humano es una reflexión que va perdiendo fuerza con el devenir del siglo XXI.
Peter Collins creía que el estudio de la manera en la cual la gente había construido en el pasado y el estudio en que la gente construye en el presente, son dos cosas totalmente distintas y sin embargo, inseparables. Partiendo de este planteamiento y teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, se aborda el estudio del proyecto arquitectónico de Le Corbusier, en términos higrotérmicos y sensoriales, y de la Grille Climatique, herramienta desarrollada en su atelier a principios de los cincuenta, para controlarlos.
Con los medios y técnicas actuales ¿análisis, modelizado, monitorización y percepción del usuario¿comprobamos la adecuación de este sistema y sus posibilidades de aplicación. A través de la relación con otras herramientas desarrolladas posteriormente y de la comparación entre el Pavillon Suisse y la Maison du Brésil, ideados antes y después, respectivamente, de la Grille Climatique, buscamos entender hasta qué punto, Le Corbusier tuvo en cuenta ciertas variables intangibles para su inclusión proyectual y de ello extraer conclusiones. / [CA] Ens trobem en una època en la que es fa patent la necessitat d'una reducció del consum energètic en diverses activitats humanes i també en la edificació, el ritme de despesa actual no es admissible per al planeta des de la perspectiva de la sostenibilitat.
El grau de comoditat al que ens hem acostumat, i que com a societat no sembla que estem disposats a renunciar, es col.loca en el centre de la problemàtica. Encara que el confort es un concepte molt ample que inclou la percepció de múltiples paràmetres ambientals, en relació amb la temàtica exposada, es centra en el higrotèrmic i lumínic. Així, els arquitectes no podem desentendre'ns d'aquesta realitat i per tant, es convenient abordar-la des del projecte arquitectònic des d'un punt de vista holístic. A més, quan els estudis recents demostren que les decisions presses en les primeres fases del disseny influeixen fins al 80% del comportament energètic de l'edifici.
La era moderna, que naix amb el Renaixement i que arriba fins als nostres dies, amb tota l'evolució històrica esdevinguda en eixe lapse de més de tres segles pot, tot i així, caracteritzar-se per dos paràmetres comuns. En termes culturals, ha sigut des del començament -encara ho es hui en dia¿una cultura de projecte i a més a més es troba sotmesa en una total hegemonia de lo visual.
El oculocentrisme regnant fa que la imatge i l'objecte com a producte material, que es percebut a través de la vista, hagen centrat els paràmetres de disseny. L'arquitectura, bé com a resultat o com a motor contextual, no ha sigut aliena a estes realitats. Tan sols des dels moviments d'avantguarda del segle passat començaren a mostrar-se exemples de declarada sensibilitat cap al medi i altres qüestions menys materials, com el confort, especialment en la segona generació dels anys cinquanta i seixanta.
Amb l'aparició de la fenomenologia i la hapticitat, com a termes habituals en la descripció dels entorns habitats, entren en joc noves variables que es mouen en àmbits que encara, els arquitectes, com a projectistes, com a pensadors de l'entorn que les persones van a viure, no hem acabat d'assumir com a col.lectiu. Tot aquell que percebem a través dels canals sensorials, es molt més que allò que veiem y en conseqüència pareix necessari que d'alguna forma ocupi el seu lloc corresponent en el procés de disseny.
Addicionalment, una creixent tecnificació de l'entorn pareix, tal i com indicava Ortega y Gasset, que ens ha portat a una adaptació irreflexiva i buida del sistema de la racionalitat instrumental. La confiança en que la tecnologia, per se, pot solucionar tots el problemes als que fa front l'ésser humà és una reflexió que va perdent força amb l'esdevenir del segle XXI.
Peter Collins creia que l'estudi de com la gent havia construït en el passat i l'estudi de com la gent construeix en el present, són dos coses totalment diferents i no obstant això, inseparables. Partint d'aquest plantejament i tenint en compte tot allò que s'ha exposat abans, s'aborda l'estudi del projecte arquitectònic de Le Corbusier, en termes higrotérmics i sensorials, i de la Grille Climatique, eina desenvolupada en el seu atelier al començament dels cinquanta, per a controlar-los.
Amb els mitjans i tècniques actuals -anàlisi, modelat, monitorització i percepció de l'usuari-comprovem l'adequació d'aquest sistema i les seves possibilitats d'aplicació. A través de la relació amb altres eines desenvolupades posteriorment i de la comparació entre el Pavillon Suisse i la Maison du Brésil, ideats abans i després, respectivament, de la Grille Climatique, busquem entendre fins a quin punt, Le Corbusier va tenir en compte certes variables intangibles per a la seva inclusió projectual i d'això extreure conclusions. / Martín Fuentes, DV. (2016). LE CORBUSIER Y LA GRILLE CLIMATIQUE.
Herramientas para la inclusión de variables termodinámicas y sensoriales en el proyecto arquitectónico [Tesis doctoral]. Universitat Politècnica de València. https://doi.org/10.4995/Thesis/10251/62412
Identifer | oai:union.ndltd.org:upv.es/oai:riunet.upv.es:10251/62412 |
Date | 11 April 2016 |
Creators | Martín Fuentes, Daniel Vicente |
Contributors | Albert Ballester, Julio Antonio, Higón Calvet, José Luís, Universitat Politècnica de València. Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica - Departament d'Expressió Gràfica Arquitectònica |
Publisher | Universitat Politècnica de València |
Source Sets | Universitat Politècnica de València |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | info:eu-repo/semantics/doctoralThesis, info:eu-repo/semantics/acceptedVersion |
Rights | http://rightsstatements.org/vocab/InC/1.0/, info:eu-repo/semantics/openAccess |
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