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Estimación de las altitudes de las líneas de equilibrio en glaciares de montaña para el último ciclo glacial-interglacial en los Andes de Santiago, Chile Central

Herrera Ossandón, Mariajosé January 2016 (has links)
Doctora en Ciencias, Mención Geología / El presente trabajo aborda la discusión sobre los factores que controlan las Alturas de las Líneas de Equilibrio (ELA's) en el último ciclo glacial-interglacial en la cordillera de Los Andes frente a Santiago. A partir del análisis de imágenes satelitales se estudia la variación histórica de las ELA's y se discutien los factores climáticos de primer orden asociados a esa variación. A partir del análisis geomorfológico y geocronológico se determina la posición y temporalidad de los estadios glaciales durante el Pleistoceno tardío. Finalmente se realiza una estimación de la posición de las ELA's durante este mismo período a partir de distintos métodos y se compara con su posición actual. El aumento de las temperaturas mínimas estacionales y anuales favorece los procesos de ablación y en consecuencia contribuyen a la disminución continua de las coberturas de nieve. Por su parte, los eventos de precipitación estival constituyen el factor clave para el aumento de las coberturas supraglaciales y el quiebre de la tendencia negativa en las áreas englaciadas de la cuenca del río Volcán, confirmando que es este el factor de primer orden que condiciona el avance de los glaciares en Los Andes subtropicales. Las Alturas de las Líneas de Equilibrio Glaciar reportan ascensos desde 1989 a 2015 lo que indica aumento de las áreas de ablación y una disminución de las áreas de acumulación y en consecuencia incrementos de procesos de fusión. El sistema glacial de San Gabriel corresponde a un avance durante un Máximo Avance Glacial Local o LLGM entre los ~45-36 ka BP, concordante con eventos de mayor precipitación y humedad en Los Andes centrales entre los ~33°S y ~35°S. Por su parte, el sistema glacial de La Engorda, registra dos pulsos de avance glacial datados entre los ~24-18 y ~10 ka BP. Estos pulsos son consistentes con los eventos húmedos reportados en Laguna Tagua Tagua (Valero-Garcés et al., 2005). Depósitos glaciolacustres y fluvioglaciales de baja energía en la zona proglacial del sistema de La Engorda, datados a través de métodos 14C, registran temporalidad vinculada con un período frío breve denominado Younger Dryas. Las variaciones en las ELA's modernas respecto a las estimadas para los períodos del Último Máximo Glacial (LGM) y Último Máximo Glacial Local (LLGM), se realizan a través de la reconstrucción de paleoglaciares, los descensos en las Alturas de las Líneas de Equilibrio son concordantes con las variaciones del flanco este de la cordillera de Los Andes, observándose disminuciones de ~1000 - 1200 metros, entre el período actual y el LGM. Los resultados de esta tesis confirman la importancia de las precipitaciones en los avances de los glaciares de montaña de Los Andes frente a Santiago y sugieren la relevancia tanto de la elevación de las temperaturas mínimas como de la disminución de la cantidad de días con registro bajo 0°C en su retroceso. Estos resultados son consistentes con las estimaciones de ELA's a escala del Pleistoceno tardío y la variación de sólo 500 metros entre el LLGM (~45-36 ka BP) en el sistema de San Gabriel y el LGM (~24-18 ka BP) en el sistema glacial de La Engorda vinculado a condiciones paleoclimáticas de mayor precipitación; por otro lado la abrupta elevación de las ELA's entre el LGM y la actualidad son coherentes con disminuciones en las precipitaciones así como también aumentos en las temperaturas. Lo anterior muestra la sensibilidad de los glaciares subtropicales de Los Andes en relación al escenario de calentamiento regional proyectado en el marco del cambio global.
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Tectónica activa en el borde occidental de la Cordillera Principal de Chile Central (29°-36°S)

Estay Herrera, José Nicolás January 2019 (has links)
Tesis para optar al grado de Magíster en Ciencias, Mención Geología / Memoria para optar al título de Geólogo / 27/05/2021
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Exploración del sensoramiento remoto en el rango de las microondas y su relación con el equivalente de agua nieve en los Andes Centrales de Chile

Llauca Soto, Harold Omar January 2018 (has links)
Magíster en Ciencias de la Ingeniería, Mención Recursos y Medio Ambiente Hídrico / El sensoramiento remoto en el rango de las microondas y su relación con las propiedades físicas del manto de nieve han sido ampliamente estudiados en los últimos años. Sin embargo, no ha sido evaluada en la Cordillera de los Andes, tal como es el caso de los Andes Centrales de Chile ubicados entre las latitudes 29,5ºS y 36,5ºS. La ventaja de las microondas radica en su capacidad para penetrar el manto nival y recoger información del equivalente de agua en nieve (SWE). El objetivo del presente trabajo es explorar el uso de microondas pasivas del producto L2A de AMSR-E (Advanced Microwave Scanning Radiometer - Earth Observing System), y su relación con el SWE en 3 cuencas experimentales en los Andes Centrales de Chile. Para ello se procesó la temperatura de brillo (Tb) en la frecuencia de 36,5 GHz (14 km x 8 km) a nivel de estación, puntos de grilla y subcuencas; y se utilizó un reanálisis de SWE (0,05º) elaborado para los Andes extratropicales de Chile para el periodo 2002-2011. La relación entre la mínima Tb de cada temporada (abril marzo) y el SWE concurrente a esta presenta coeficientes de determinación (R2) superiores a 0,50 en cuencas del sector centro y norte (>3000 msnm) de los Andes Centrales de Chile, e inferiores a 0,20 hacia el sector sur (<3000 msnm). Existe alta variabilidad en la relación Tb-SWE asociada a la distribución latitudinal de la elevación y vegetación en Chile Central; así como a la heterogeneidad de las propiedades del manto nival en cuencas de topografía compleja. Finalmente, se comprobó que las microondas contienen información relevante para el potencial monitoreo interanual del SWE en zonas elevadas, con escasa vegetación y bajo contenido de agua líquida en el manto nival.
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Identificación, caracterización y dinámica de las geoformas glaciales y periglaciales en la Cordillera de los Andes a través de sensores remotos

Falaschi, Daniel January 2015 (has links)
El presente trabajo de Tesis Doctoral tuvo el objetivo de estudiar los glaciares y glaciares de escombros en tres regiones montañosas a lo largo de la Cordillera de los Andes Argentina: Monte San Lorenzo (Provincia de Santa Cruz), Volcán Domuyo (Provincia de Neuquén), y Nevados de Cachi (Provincia de Salta). Cada uno de estos sitios presenta características climáticas propias, representativas de tres porciones particulares de los Andes: Andes Patagónicos Meridionales, Andes Centrales Meridionales y Andes Desérticos respectivamente. Considerando las particularidades de los cuerpos de hielo presentes en cada región, se evaluaron imágenes satelitales ópticas Landsat, ASTER y ALOS, así como los modelos digitales de elevación globales y locales ASTER GDEM, SRTM y ALOS) para la identificación y la compilación de un inventario de glaciares preciso y técnicamente eficiente. La identificación y mapeo de hielo libre de detrito fue evaluada en detalle en la zona del Monte San Lorenzo, donde se comparó el área captada por los cocientes de bandas de imágenes Landsat y la digitalización manual, encontrándose diferencias menores al 4%. Con algunas salvedades, puede asumirse que el promedio de una serie de digitalizaciones manuales en imágenes de alta resolución puede ser utilizado como referencia para conocer el error de mapeo en imágenes de menor resolución. Sin embargo, en un experimento de digitalización manual por parte de varios operadores que incluyó 10 glaciares de menos de 5 km<SUP>2</SUP> con hielo cubierto y descubierto, las digitalizaciones manuales sobre imágenes ALOS PRISM (2.5 m) generaron contornos glaciares más grandes en un 4.8% en término medio respecto de aquellas derivadas del cociente de bandas Landsat (30 m). Asimismo, encontramos que la comparación entre digitalizaciones manuales entre imágenes de media (Landsat) y alta (ALOS PRISM) resolución, no necesariamente produce resultados más precisos, debido a la aparición de mayor cantidad de detalles y al bajo contraste óptico en las imágenes pancromáticas. Debido al bajo error respecto de la digitalización manual, los menores tiempos de ejecución y la replicabilidad de los resultados, se concluye que es preferible utilizar los cocientes de bandas para delimitar el hielo libre de detrito, restringiendo únicamente la digitalización manual para las correcciones requeridas en las partes incorrectamente mapeadas como el hielo cubierto y en sombras. Para establecer el error en el mapeo de glaciares con hielo cubierto, se sugiere calcular la variabilidad en píxeles para distintos tamaños de glaciares, a partir de los tamaños máximos y mínimos digitalizados manualmente. Una vez hallada dicha variabilidad, puede calcularse un buffer para la totalidad de los glaciares inventariados. Se generó un método combinado multiespectral-morfométrico para identificar hielo cubierto en base a un árbol de decisiones, agregando a un cociente de bandas umbrales de temperatura en superficie, índice de vegetación, máscara de agua y pendiente. Esta metodología es especialmente sensible a la inclinación de las lenguas de hielo cubierto y funciona mejor cuando la misma es de alrededor de 12º. Si bien la cantidad de hielo cubierto varió según el glaciar (entre el ~50-150% en la región del Monte San Lorenzo) y los contornos generados por esta clasificación deben ser corregidos manualmente, los mismos constituyen una base importante para la localización e identificación de sectores de hielo cubierto, reduciendo notablemente los tiempos de digitalización manual en zonas extensas. El efecto de la resolución espacial en el mapeo de glaciares de escombros fue investigado mediante imágenes ASTER (15 m), ALOS AVNIR2 (10 m) y ALOS PRISM (2.5m). La variabilidad en el error de mapeo disminuye con la resolución espacial desde ±76% a ±33% y ±22% respectivamente. Se vio que una resolución de 15 m resulta apropiada únicamente para el mapeo de glaciares de escombros activos con frentes bien definidos y con área mayor a 0.1 km<SUP>2</SUP>, siempre y cuando exista un buen contraste con el entorno. Para la producción de inventarios de glaciares de escombros y lóbulos de talud que incluyan geoformas con superficies del orden de 0.001 km<SUP>2</SUP>, es necesaria la utilización de imágenes de entre 2.5m a 5m de resolución, mientras que imágenes de aún mayor resolución deben ser implementadas en trabajos que requieran mayor nivel de detalle. Tomando modelos digitales de elevación elaborados a partir de esteropares ALOS PRISM como referencia, se evaluaron las características y el potencial de los modelos globales SRTM y ASTER GDEM en cuanto a los desfases en planimetría y altimetría entre modelos, y las diferencias en los valores de una serie de parámetros topográficos (pendiente, altura máxima, media y mínima, orientación, etc.) de los glaciares y glaciares de escombros. Adicionalmente, se validaron los modelos globales mediante la toma de puntos de control de terreno relevados con instrumental GPS en modo diferencial. Al contrario de otros estudios de similar naturaleza, se encontró para los casos de estudio seleccionados una mejor respuesta del ASTER GDEM por sobre el SRTM. Además de la generación de inventarios actualizados en la medida que las imágenes satelitales lo permitieran, se estudiaron las fluctuaciones glaciarias de las décadas recientes. A su vez, dichos cambios de área fueron investigadas en función de las tendencias de temperatura y precipitación registradas en estaciones meteorológicas dentro de cada zona de estudio, así como también a partir de datos de reanálisis, y contextualizadas en el marco de estudios climáticos de carácter regional. La altura de la isoterma de -1º C y sus cambios en décadas recientes fueron asimismo calculadas para conocer las condiciones termales bajo las cuales se desarrollan glaciares de escombros activos en la actualidad y su interacción mutua. Para la región del Monte San Lorenzo, se inventariaron 213 glaciares y manchones de nieve permanentes, que corresponden a 206.9 km<SUP>2</SUP> en el año 2005, y se ubican entre los 500 m y 3776 m de altitud. La línea de equilibrio (ELA) se infirió en 1800 m aproximadamente. Del total de superficie englazada, casi un 10% (20 km<SUP>2</SUP>) corresponde a hielo cubierto. A su vez, 44.3 km<SUP>2</SUP> de hielo glaciar ha desaparecido entre los años 1985-2008, es decir, el área cubierta de hielo ha mermado en un 18.6% para dicho período, lo cual se traduce en un 0.8% de reducción anual. Adicionalmente, 40 glaciares menores a 0.26 km<SUP>2</SUP> han desaparecido por completo desde 1985. Por otra parte, se identificaron y mapearon 141 glaciares de escombros y 36 lóbulos de talud, de los cuales 106 (9.57 km<SUP>2</SUP>) y 24 (0.29 km<SUP>2</SUP>) fueron clasificados como geoformas intactas (ricas en permafrost) respectivamente. La elevación a partir de la cual aparecen las geoformas intactas es de 1400 m.s.n.m; en promedio, la densidad espacial de glaciares de escombros a partir de esta altura es del 1.37%. Los registros de temperatura diaria extrapolada a 1400 m indican una temperatura media anual del aire desde 2002 de +1.5º C, lo cual indicaría, al menos preliminarmente, un estado de desequilibrio entre los glaciares de escombros y el clima de la última década. Adicionalmente, la isoterma de -1º C, indicadora de la altura límite del permafrost de montaña discontinuo, se habría elevado a razón de 25 m por década desde 1970. En la región del Volcán Domuyo se contabilizaron 112 glaciares equivalentes a 25.6 km<SUP>2</SUP> de hielo. Debido a las condiciones climáticas de la región que favorecen la producción de criosedimentos (mayor diafanidad, alta insolación, amplitud térmica) respecto de la región del Monte San Lorenzo, el hielo cubierto ocupa una mayor proporción (36%). Algunos manchones de nieve pequeños se encuentran a alturas tan bajas como 2100 m. Sin embargo, los glaciares mayores parten desde la cumbre misma del volcán y alcanzan, como muy bajo, a los 2700 m. Debido a la abundancia de detrito sobre las lenguas glaciarias, inclusive en las cabeceras o porciones altas de los glaciares, no fue posible estimar la altura de equilibrio. Entre 1990 y 2008, se registró una pérdida de 8.86 km<SUP>2</SUP> de hielo, lo cual representa una reducción de ~25.6% aproximadamente en un período de 19 años, es decir 0.46 km<SUP>2</SUP> ó ~1.3% por año. Ciento treinta y tres (10.5 km<SUP>2</SUP>) glaciares de escombros y 40 (0.5 km<SUP>2</SUP>) lóbulos de talud intactos fueron reconocidos, de los cuales 68 (5.8 km<SUP>2</SUP>) y 21 (0.3 km<SUP>2</SUP>) respectivamente fueron clasificados como activos. Los frentes de los glaciares de escombros activos se encontraron por encima de los 2800 m, y la densidad espacial a partir de esta altura es del 0.87%. Extrapolando los datos de temperatura mensual media de las estaciones meteorológicas Andacollo y Pampa de Chacaico, se encontró que la altura para la isoterma de -1º C para el período 1997-2013 sería de entre 2845 m y 3387 m de altura respectivamente. Dependiendo entonces cuál de las dos estaciones meteorológicas se trate, podría decirse que los glaciares de escombros se encontrarían en condiciones termales de equilibrio o desequilibrio con el clima actual. El Nevado de Cachi está prácticamente desprovisto de glaciares, con tan sólo unos pocos cuerpos de hielo y nieve recongelada que totalizaron 0.2 km<SUP>2</SUP> de hielo para el año 2009. Estos glaciares funcionarían como glaciares reservorio, donde el total de la superficie actúa como área de acumulación o de ablación dependiendo del año, y por lo tanto no existiría una línea de equilibrio. Su superficie ha disminuido un 76% entre 1988 y 2009. Los circos dejados por las glaciaciones pleistocénicas, ahora libres de hielo, han constituido un nicho ideal para el desarrollo de importantes glaciares de escombros. Se relevaron 308 (36.5 km<SUP>2</SUP>) glaciares de escombros y 114 (2.1 km<SUP>2</SUP>) lóbulos de talud intactos, de los cuales 219 (22.4 km<SUP>2</SUP>) y 80 (1.3 km<SUP>2</SUP>) son activos. Las geoformas activas se sitúan por encima de los 4600 m, y su densidad espacial es del 2.2%. La altura de la isoterma de -1º C fue estimada desde la estación meteorológica de Salta Aeropuerto en 4000 m, por lo que los frentes de glaciares de escombros más bajos se encontrarían a unos -6º C de temperatura media anual del aire. La influencia de la litología en la tipología y tamaño de los glaciares de escombros fue evaluada realizando tests estadísticos no paramétricos, encontrándose una relación estadísticamente significativa entre el tamaño de los glaciares de escombros y la litología para las zonas de Nevados de Cachi y Volcán Domuyo, mientras que fueron no significativas en el caso del Monte San Lorenzo. Podría decirse entonces que, dadas condiciones topoclimáticas favorables para la formación de glaciares de escombros, la litología puede constituir un factor condicionante adicional para su desarrollo. En particular, se encontró que las rocas esencialmente granitoides forman capas activas blocosas, lo cual favorece la formación y preservación de estas geoformas. La ausencia de registros instrumentales de temperatura y precipitación completos y de larga duración representó un problema común para los tres sitios estudiados. Esta es, salvo escasas excepciones, una condición frecuente a lo largo de los Andes Argentinos y constituye un factor profundamente limitante para el entendimiento de las interacciones del clima y los componentes de la criósfera en la Cordillera de los Andes. Se entiende entonces, que a tal fin es imperiosa la necesidad de contar con una verdadera red de estaciones meteorológicas modernas, ubicadas altitudinal y geográficamente próximas a la localización de los glaciares y geoformas periglaciales.
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Estructura del salar de Atacama:|bimplicancias en la estructura cortical de los Andes Centrales

Henriquez González, Susana Marisol January 2012 (has links)
Magíster en Ciencias, Mención Geología / El inicio de la construcción de los Andes Centrales ha sido rastreado desde etapas tan tempranas como el Cretácico Tardío (eg. Coney y Evenchick, 1994; Sempere et al., 1997; Horton y DeCelles, 1997; Mpodozis et al., 2005). Sin embargo, son escasos los lugares donde se puede caracterizar la arquitectura pre-Cenozoica y estimar su contribución al acortamiento tectónico, el principal mecanismo propuesto para explicar esta cordillera (eg. Isacks, 1988; Schmitz, 1994; Allmendinger et al., 1997; Kley y Monaldi, 1998). Un lugar ideal para estudiar esta deformación es la Cuenca del Salar de Atacama. Esto debido a su registro estratigráfico continuo desde el Cretácico Medio al reciente y a los abundantes trabajos sobre la estructura superficial y subsuperficial (Macellari et al., 1991; Flint et al., 1993; Muñoz et al., 2002; Jordan et al., 2002; Pananont et al., 2004; Arriagada et al., 2003; Mpodozis et al., 2005; Arriagada et al., 2006; Reutter et al., 2006; Jordan et al., 2007). Sin embargo, a pesar de los abundantes estudios que concentra esta cuenca, no existe una sección estructural que permita visualizar su estructura profunda y estimar el acortamiento tectónico que contiene. Así, en una primera instancia se procuró entender y estimar, a través de la modelación de un perfil estructural, los procesos que afectaron esta cuenca como evidencia principal del desarrollo de un antepaís Cretácico Tardío y Eoceno-Oligoceno (eg. Mpodozis et al., 2005; Arriagada et al., 2006). Luego, a partir de la revisión de la geología del arco volcánico, la Puna y la Cordillera Oriental, se construyó una sección cortical Andina hipotética aunque balanceada que permite explicar de una manera simple y razonable las principales características geológico-estructurales en este segmento de los Andes. Los resultados obtenidos muestran que durante el Cretácico Tardío y hasta el límite KT, el borde sur de la Cuenca de Atacama acomodó 16 km acortamiento, principalmente debido a movimientos en el Cordón de Lila. Luego, durante el Paleógeno, acomodó 22 km extra asociado a una fuerte actividad en el borde oriental de la Cordillera de Domeyko, alcanzando en gran medida su arquitectura actual. Por otra parte, la síntesis realizada para las regiones de Arco, Puna y Cordillera Oriental indica que la estructura tanto de escama gruesa como fina de esta región está íntimamente ligada con la estructura observada en el sector de la Cordillera de Domeyko y Salar de Atacama. Mientras durante el Cretácico Tardío se desarrolló una cuenca de antepaís que no se extendió más allá del actual arco volcánico, durante el Eoceno-Oligoceno se desarrolló una amplia cuenca de antepaís asimétrica que se extendió probablemente hasta la Cordillera Oriental. El modelo cortical Andino construido sugiere que el orógeno está controlado por dos despegues subhorizontales que generan un amplio anticlinal de basamento. Estos despegues habrían actuado en momentos distintos, el más superficial durante el Cretácico Tardío y Paleógeno, y, el segundo, durante el Eoceno Tardío-Mioceno al reciente, asociado al alzamiento de la Cordillera Oriental. Así, según este modelo, esta parte del Orógeno Andino habría acomodado 210 km de acortamiento tectónico.
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Evolución tectónica y configuración actual de los Andes Centrales del sur (34°45' - 35°30'S)

Tapia Silva, Felipe Fernando January 2015 (has links)
Doctor en Ciencias, Mención Geología / La evolución neógena de los Andes Centrales al sur del segmento de subducción plana ha sido ampliamente estudiada aunque sin haberse logrado un consenso acerca del origen de las variaciones en el estilo estructural, la edad de la deformación, el espesor cortical y la cantidad de acortamiento, entre otros, que muestra el orógeno a lo largo del rumbo. Mediante análisis cronoestratigráficos y estructurales, el presente estudio persigue caracterizar los periodos de deformación que experimentaron los Andes desde el Mesozoico hasta el presente, entre 34°45' y 35°30'S, con el fin de establecer su influencia en la construcción neógena del orógeno y en las diferencias que presenta este a lo largo del rumbo. Los resultados muestran que la deformación contraccional durante el Neógeno se caracterizó tanto por la reactivación de estructuras normales previas como por la generación de nuevas fallas. Estas estructuras involucraron el basamento en la deformación, desarrollando un estilo de piel gruesa favorecido por la presencia de fallas normales asociadas a las cuencas extensionales que caracterizaron la evolución de este segmento de los Andes durante el Mesozoico y Cenozoico. Asimismo, se pudieron reconocer dos pulsos de deformación contraccional previos al Neógeno que afectaron a esta región durante el Cretácico Superior y el Paleoceno. Sin embargo, no se pudo cuantificar la cantidad de acortamiento acomodado durante estos periodos, lo que imposibilita reconocer su influencia en periodos de deformación posteriores. Durante la deformación de la vertiente occidental de la cordillera (20-11 Ma), cerca de 18 km de acortamiento fueron acomodados en la corteza superior, mientras que la faja plegada y corrida de Malargüe acomodó 30 km, implicando una variación mínima con el acortamiento acomodado por la Cordillera Principal a los 33°30´S. No obstante, el porcentaje de acortamiento disminuye hacia el sur debido a que la deformación se distribuyó en una región más amplia. De esta forma, se establece que la disminución de acortamiento hacia el sur que presenta el orógeno, se originaría por la ausencia de la Cordillera Frontal al sur de 34°40'S, lo cual sería consecuencia directa de la menor cantidad de deformación que experimentó la corteza. Esta menor cantidad de deformación y acortamiento tendría implicancias directas en la forma en cómo se deforma la corteza. Es así como el acortamiento acomodado por la corteza superior ha sido transformado en engrosamiento cortical in-situ implicando un modo de deformación en cizalle puro, contrastando con el modo de cizalle simple que dominaría al norte de 35°S. Finalmente, si bien, la evolución y arquitectura previa influye sobre el estilo de deformación de la corteza, la cantidad de deformación que experimenta el continente es la responsable de que la segmentación de los Andes, quedando aún por dilucidar si esto depende de la cantidad de deformación que puede acomodar la placa superior o a varia ciones a lo largo de la placa subductada.
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Petrogénesis del magmatismo eoceno-mioceno en Chile entre los 34°45´-35°15´S: Implicancias en la configuración y evolución paleogeográfica de la Región

Arellano Cortés, Paulina Katherine January 2019 (has links)
Tesis para optar al grado de Magíster en Ciencias, Mención Geología / Memoria para optar al título de Geóloga / Fondecyt Nº 11140012 / 07/05/2021
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Reconstrucción tectónica de la Cuenca del Pacífico durante el cretácico tardío y cenozoico, implicancias en el desarrollo de Los Andes

Bello González, Juan Pablo January 2015 (has links)
Geólogo / Las causas de los pulsos orogénicos de la cadena andina durante el Cenozoico, son aún un enigma, distintos autores han postulado que estos eventos, o fases compresivas, estarían gatillados por los cambios en el vector de velocidad de convergencia entre la placa oceánica subductante y la placa Sudaméricana, el movimiento hacia el oeste de Sudamérica por el centro de expansión Atlántico, o corrientes astenosféricas. Sin embargo, muchos modelos, numéricos y análogos, muestran que estos procesos, por sí solos, no explicarían el momento ni el rango latitudinal en que ocurren estos sucesos. Por otro lado, la placa oceánica que subduce bajo Sudamérica, no es homogénea, posee una compleja batimetría consistente en cadenas de montes submarinos, zonas de fracturas, plateaus oceánicos y centros de expansión activos e inactivos, estos rasgos batimétricos afectan hoy en día la tectónica del margen continental, produciendo mayor sismicidad en la zona del margen y hacia el interior del continente donde se le atribuyen sismos más profundos, como también la somerización de la placa subductante. Por lo que el esfuerzo que produce la subducción de estos elementos, afectaría la corteza continental con mayores tasas de deformación. El objetivo de esta memoria es generar un modelo de reconstrucción tectónica, que sea coherente con los rasgos batimétricos, la fábrica del suelo oceánico y las anomalías magnéticas, en las Placas Pacífico y Nazca, que pueda constreñir el tiempo y la latitud donde estos rasgos batimétricos llegaron a interactuar con el margen sudamericano, y así observar la relación espacio-temporal entre el arribo de estos rasgos batimétricos al margen de subducción, y las fases orogénicas que dieron origen a la Cordillera de los Andes durante el Cenozoico.
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Análisis estructural de los depósitos cenozoicos de la cordillera Principal entre el cerro Provincia y el cordón el Quempo, Región Metropolitana, Chile (33°18' y 33°25'S)

Quiroga Carrasco, Rodrigo Adolfo January 2013 (has links)
Geólogo / El alzamiento del sector occidental la Codillera Principal entre 33º y 34ºS ha sido interpretado como el resultado de la inversión tectónica de la Cuenca de Abanico, en la que se habrían acumulado las secuencias cenozoicas asignadas a la Formación Abanico durante su fase extensional, y a la Formación Farellones durante su fase compresiva. A pesar de los antecedentes estratigráficos, estructurales y geoquímicos que sugieren este proceso, los paradigmas planteados no especifican geométricamente si un modelo de inversión tectónica explica la construcción de este segmento del Orógeno Andino De esta manera se propone un modelo estructural y evolutivo del compartimiento oriental de la cuenca delimitado por el sistema de falla San Ramón en el borde occidental y por una falla lístrica inferida en el borde oriental basado en datos de terreno y su posterior modelación. La deformación de mayor escala, y las discordancias entre las formaciones en estudio, se concentran principalmente en los bordes del compartimiento, mientras que en el centro, el plegamiento es menor, definiéndose de esta manera tres bloques estructurales. La deformación fue interpretada como pliegues por inversión de fallas lístricas normales controladas por una falla profunda tipo flat, cuya vergencia no influye en la geometría propuesta en el modelo. El análisis de la sección estructural permite reconocer al menos 2 importantes eventos de deformación. El primero, deformó las secuencias pertenecientes a la Formación Abanico debido a la inversión tectónica de la cuenca, iniciándose en el borde occidental y posteriormente en el borde oriental; el segundo evento, reconocido por la deformación expuesta en las rocas de la Unidad Superior de la Formación Farellones la que ha sido interpretada como inter orogénica. Sumado a lo anterior, el modelamiento realizado con el software MOVE 2D (Midland Valley) permitió estimar un alzamiento relativo de por lo menos 3000 y 2500 m para el borde occidental y oriental, respectivamente, y un acortamiento total de 9,5 km, concentrándose más del 60% en el borde occidental. De esta manera, la restauración sugiere que un modelo de cuenca extensional, compuesto esencialmente de un graben delimitado por fallas normales bivergentes invertidas, explica el alzamiento producido y la deformación expuesta en superficie. El modelo propuesto es compatible con mecanismos orogénicos de mayor escala que involucran una deformación frágil en la corteza superior acoplada con una corteza inferior deformada dúctilmente.
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Modelo petrogenético ígneo para el prospecto Brahma, yacimiento de cobre mioceno a los 35° 45' Sur

Martínez Oviedo, Osvaldo Andrés January 2019 (has links)
Memoria para optar al título de Geólogo / Fondecyt N° 11140012 y N° 1161360 / 30/01/2021

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