Informe de Seminario para optar al grado de Licenciado en Filosofía. / Con el fin de hacerse del punto de vista del pensamiento de Hegel se intenta determinar el contenido lógico del concepto como Dios, atendiendo a su doctrina de la lógica y de la religión. Tal objetivo conduce a centrarse en los elementos fundamentales del pensamiento hegeliano, haciéndose abstracción de la plenitud del contenido, y a trazar una exposición libre y sintética de aquel contenido, pero, a la vez, ceñidamente apegada a la palabra del autor. En una primera parte se aportan los elementos básicos del contenido lógico de Dios, marcándose los contrapuntos con la lógica del sentido común y de la metafísica moderna que inevitablemente opera como trasfondo: la posibilidad de la cognoscibilidad de Dios, su existencia referida a la experiencia religiosa, el carácter ontológico de la lógica y del concepto hegeliano, la automediación y la autobjetivación como principales caracteres divinos. Así también en esta primera parte se comparan a grandes rasgos los desarrollos del contenido lógico divino en la doctrina de la lógica y en la doctrina de la religión, estableciéndose la mayor pertinencia de este último para alcanzar el objetivo general propuesto, sobre todo porque se postula que en tal desarrollo se da un enriquecimiento lógico de lo lógico, esto es, se da una relación lógica en el ámbito de lo religioso que no es reducible a alguna figura presente en la doctrina de la lógica. En la segunda parte se expone, pues, propiamente este momento lógico del concepto como Dios desde la doctrina hegeliana de la religión. Establecer tal momento es recorrer la historia lógica divina, es recorrer los conceptos en que Dios se fue determinando en el devenir religioso. A lo largo de este devenir divino se coloca énfasis en explicitar la ampliación lógica postulada y la problemática en la que está inserta. Finalmente, tras haberse expuesto la historia divina, se vuelve sobre aquella problemática. Se establece que la figura lógica que emerge en lo religioso es la figura del poner un otro, la figura de un Dios que pone a la historia humana para sí. En torno a esta figura lógica se halla el problema del comienzo: de la exposición de la necesidad de que el contenido de la experiencia religiosa sea nombrado como Dios. Es el problema de la existencia de Dios en la singular versión hegeliana. Es la tensión entre defender la existencia de Dios o la libertad de la comunidad humana lo que se juega en ello. La solución hegeliana, que se vierte en la figura del poner un otro, parece que inevitablemente lleva consigo la enajenación de la libertad para la historia humana. Sin embargo, volverse al pensamiento hegeliano debiera constituir una urgencia para nuestro mundo de la dominación globalizada. Hoy cuando la realidad toda parece una matriz devenida cristal, una matriz que ya no puede dejar de ser, debiéramos levantar nuestras voces y decir: porque nada tiene que haber, libertad podemos ser.