Nos referiremos en este documento a la teoría y la práctica del Ars Combinatoria, particularmente en dos de autores,  Ramón Llul y Tristan Tzara. Ramón Llul, beato del siglo XII, cuyo pensamiento ha sido instruido por la rama teológica de escolástica medieval de orientación platónica, la cual comprende la totalidad de la creación, organizada de manera sinfónica, construida según una voluntad inicial, y ordenada según los principios de una inteligencia superior e inmanente. Para Llul, el Ars Combinatoria constituye un método con el cual el buen cristiano puede desentrañar los misterios de la creación, discriminar la verdad de la falacia y razonar sobre la naturaleza divina manifestada en el universo. El paralelo lo constituye el poeta rumano Tristan Tzara, quien en la combinatoria encuentra una nueva forma de experimentación literaria. Fundamentalmente constituida por el azar y expuesto en su Instructivo para componer un poema Dada (1920), se comprende en esta operación un intento de recusación de toda forma, jerarquía y orden social, practicada en una de las divisas fundamentales y garantía de orden y estructura: el lenguaje. El trabajo de Tzara, en forma similar a lo que sucede con Llul, produce encadenamientos o secuencias organizadas por alguna clase de criterio, con la diferencia de que, en el caso del rumano, todo sucede por puro y simple azar, condición que queda expresada en la ausencia de revelación y orientación. No se hace visible lógica alguna dentro del juego tzariano como tampoco puede existir una lógica detrás de la conversión del suelo europeo en el escenario catastrófico de la guerra, llevado por la prensa y las campañas nacionalistas a la categoría de espectáculo mundial.

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