Memoria para optar al título de Periodista / El autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento / Comúnmente se dice que la justicia tarda pero llega.
El 16 de octubre de 1998 será recordado por los chilenos como un hito histórico. El ex dictador Augusto Pinochet fue detenido en Londres mientras se encontraba hospitalizado en The Clinic, acusado de genocidio, tortura y crímenes de lesa humanidad. Este hecho, originado en el pedido de extradición formulado por el juez español Baltazar Garzón al gobierno británico, creó la esperanza internacional de justicia después que no se concretara en Chile durante ocho años de democracia condicionada.
Este hecho, sorprendente para todo el mundo, provocó en Chile el resurgimiento de muchas discusiones, contradicciones, tutelajes e hipocresías de un sistema político. La basura que se encontraba bajo la alfombra apareció cuando se encontraba más escondida. La transición volvió a cuestionarse como algo real y, por consecuencia, los gobiernos de la Concertación han sido objeto de críticas por su papel durante ocho años de gobierno.
Simplemente surgió lo que existía, pero nadie quería nombrar ni ver, de los años de nuestra “incomprendida transición”. Ese gran anhelo llamado reconciliación se convirtió en una simple utopía que había sido formulada por algunos. Enseguida surgieron los fantasmas y los miedos. Se habló de polarización, de democracia en peligro y autodeterminación de la justicia, entre otras frases.
Esta crisis obliga a pensar más a fondo la democracia chilena. A ella se la define como el poder del pueblo para definir su gobierno. Es decir, gracias al voto, la gente tiene la potestad de definir a sus representantes. Sin embargo, en nuestro país existen instituciones que impiden una adecuada representatividad: un sistema electoral que favorece a la minoría conservadora y la operación de enclaves autoritarios estipulados en la Constitución.
Cuestionamientos y situaciones que de pronto nos obligan a volver la mirada hacia nuestra historia pasada más próxima. La pregunta resulta casi ingenua, ¿qué pasó en estos ocho años?. ¿Dónde se extravió aquella relación, que en algún momento, vinculó estrechamente a los ciudadanos con la actividad pública?.
Más allá de las protestas de pinochetistas y las celebraciones de izquierda, es un hecho que el interés político no despierta sino con temas que recuerdan antagonismos de los ochenta.
A estas altura hablar del desinterés de los jóvenes por la ‘cosa pública’ nos parece una afirmación liviana e irresponsable. Aproximarse al fenómeno de la apatía juvenil es un ejercicio inagotable que requiere en principio de una detenida revisión de los hechos que han configurado el escenario actual. Que obliga, además, a conocer la opinión de quienes tuvieron, o tienen, alguna injerencia en el fenómeno, recabar datos estadísticos y comparar abstencionismos eleccionarios en América y Europa, entre muchos otros.
“La elección es tuya” rezaba el eslogan con que el gobierno de Eduardo Frei promovió la inscripción de los jóvenes en los registros electorales. La campaña fracasó. Sirvió de leitmotiv para elevar la voz respecto al futuro democrático y cuestionamientos acerca de las finalidades de la política.
¿Cuales son los alcances de la apatía? ¿Qué llevó a los jóvenes a marginarse paulatinamente del debate público? ¿Qué pasó con la alegría que compartieron en el plebiscito del ’88?........
Identifer | oai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/138142 |
Date | January 1998 |
Creators | Ahumada R., Alejandro, Cifuentes R., Cristian |
Contributors | Hernández Ponce, Roberto, Instituto de Comunicación e Imagen |
Publisher | Universidad de Chile |
Source Sets | Universidad de Chile |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | Tesis |
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