Desde que nació en 1804, Haití tuvo pocos momentos de estabilidad política, y
su historia está marcada por una sucesión de regímenes autoritarios y por
protestas sociales recurrentes. Hoy día, más de 200 años después de su
independencia, este país es conocido por su violencia política y la pobreza de su
población, que diariamente, se proyectan en los medios de comunicaciones a
través del mundo. También se proyecta la imagen de un país incapaz de asegurar
el orden dentro de su frontera, puesto que, dos veces en el espacio de diez años,
se desarrollaron dos intervenciones de las Naciones Unidas para asegurar la paz
entre facciones políticas y sociales. Pero, al igual que la mayoría de los países de
la región, Haití inició una transición democrática en los ochenta, en particular en
1986, cuando el dictador Jean Claude Duvalier dejo el poder. Desde este
momento sin embargo y hasta 2004, el país entró en un círculo de crisis políticas
marcadas por golpes de Estado, crisis electoral y de gobierno, por lo que se
consideró que era un Estado ingobernable.
Este trabajo trata de explicar por qué Haití tuvo esta trayectoria de la
gobernabilidad durante su transición. La discusión teórica realizada sobre el tema,
llevó a plantear que el nivel de gobernabilidad depende dos grandes variables: la
capacidad de los actores estratégicos para hacer consenso en torno a los grandes
desafíos que plantea la transición y, la capacidad del Estado para responder a las
demandas de la sociedad. Distintos niveles de consenso y de capacidad, pueden
llevar a una amplia gama de condiciones de la gobernabilidad, de las cuales es
posible desprender cuatro grandes categorías: condiciones favorables, difíciles,
frágiles y hostiles.
Aplicado al caso de Haití, hemos encontrado que el país hizo frente a unas
condiciones hostiles para la gobernabilidad a lo largo de la transición. Estas
condiciones son producto, por una parte, de la falta de consenso que se ha
logrado entre los actores estratégicos en torno a los tres grandes desafíos que
planteaban la transición: elaborar una nueva constitución que definen las reglas
del juego político capaces de facilitar los acuerdos y así reducir los históricos
conflictos políticos y sociales, realizar elecciones que permitirían poner de pie las
primeras instituciones democráticas y lograr acuerdos para gobernar; y por otra
parte, de la poca capacidad del Estado para responder a las demandas de la
sociedad debido principalmente a sus limitaciones económicas y administrativas.
Este panorama deja poco espacio para unas perspectivas prometedoras. Pese
a que, desde 2004, los actores han manifestado una mejor disposición para
dialogar, y que se ha logrado algunos avances en el fortalecimiento de la
capacidad del Estado, las limitaciones estructurales como la corrupción, la
debilidad de institución electorales y la fragilidad de la estabilidad del gobierno y
del parlamento persisten. En este contexto, la implementación de reformas que
permiten fortalecer las instituciones políticas y la administración pública se vuelven
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imperativas. Finalmente, a pesar de que la calidad de las políticas públicas se
encuentra generalmente afectada por la gobernabilidad, constituyen una
herramienta que pueden permitir al gobierno mejorar su desempeño y reducir sus
debilidades. Desde este punto de vista, las políticas públicas pueden ser claves en
la nueva experiencia que inició Haití con las elecciones de 2006.
Identifer | oai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/101911 |
Date | January 2008 |
Creators | Víctor, Jean Gardy |
Contributors | Muñoz Gomá, Oscar, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Departamento de Ingeniería Industrial, Campero Quiroga, Guillermo, Pérez Bravo, María José |
Publisher | Universidad de Chile |
Source Sets | Universidad de Chile |
Language | Spanish |
Detected Language | Spanish |
Type | Tesis |
Rights | Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/ |
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