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Jorge González: una biografía

Memoria para optar al título de Periodista / Probablemente no somos ni 200, pero si nos tenemos fe, podemos decir que, al
menos, somos más de 100 jóvenes universitarios que nos instalamos en el Paseo
Bulnes con las gargantas preparadas para cantar.
Los dueños de la atención son los estudiantes de la Facultad de Artes Centro de la
Universidad de Chile, la misma donde hace tres décadas Jorge González ingresó en
calidad de mechón1. Ellos son los encargados de ejecutar con delicados arreglos de
vientos y cuerdas el repertorio de aquel día, que consta de una sola canción: “El
Baile de los que Sobran”. Estamos en el año 2011, el de las demandas estudiantiles,
del “despertar”, de “la primavera de Chile”, y “El Baile…” es parte fundamental de
la banda sonora de estas reivindicaciones.
Dada a conocer en 1986 como parte del disco “Pateando Piedras”, “El Baile de los
que Sobran” es una de las canciones que más identifica a Los Prisioneros como una
banda con temáticas político-sociales. En los ‘80, su lírica ya describía un sistema de
profundas desigualdades que atravesaba el país en plena dictadura militar, las
mismas que siguen gobernando Chile y que pueden resumirse en educación para ricos y educación para pobres con distintas oportunidades; los unos entrenados para
ser gerentes y los otros para ser el junior, el invisible cuya suerte poco importa.
Solo la Alameda separa al coro que va constituyéndose de La Moneda, centro del
poder político chileno. Donde, con su bombardeo de 1973, podríamos fijar el
comienzo del proceso de instalación del neoliberalismo al que le estamos peleando.
El lugar donde (suponemos) está el Presidente. Pero Sebastián Piñera no da señales
de vida. No aparece ni lo hará mientras dura la canción ni mientras estudiantes y
ciudadanos comunes corren alrededor del Palacio de Gobierno portando consignas y
banderas. Correrán durante meses2. Con o sin “Tatán”, La Moneda está ahí enorme y
percudida, sirviendo como fondo al espectáculo que pronto va a empezar, y cuyas
melodías ojalá traspasen el cemento y lleguen a los oídos de algún señor que tenga la
capacidad de hacer algo.
La alegría de esa tarde de julio del 2011 contrasta con la cruda realidad de los
zapatos con barro más cemento que patean piedras en este país. Ya son casi dos
meses de estar en paro y con las casas de estudio tomadas, lejos de las aulas no solo
para exigir una educación de calidad, sino también para cambiar este modelo de
sociedad. Aquel día, somos algo más de cien los que recibimos globos celestes o
blancos que alguien reparte para que al terminar los lancemos al aire. En la multitud
que rodea a la orquesta hay escolares, uno que otro fotógrafo freelance, reporteros de
sitios web y estudiantes de diferentes carreras de la Universidad de Chile que se han
sumado a la convocatoria realizada por Facebook, una de las redes virtuales
responsables de aglutinar al movimiento y de traspasar información de manera eficaz
y rápida. Cuando son las 17:00 –hora fijada para el comienzo de la actividad-, el
ambiente se pone serio y emotivo. Al primer movimiento de la batuta, todas las
gargantas se hacen una en los versos escritos por Jorge González. Tenemos los
globos en las manos pero de todas maneras tratamos de aplaudir. Es otra tarde más.

Identiferoai:union.ndltd.org:UCHILE/oai:repositorio.uchile.cl:2250/145974
Date January 2015
CreatorsVargas Moreira, Pía Elizabeth
ContributorsDomínguez Saul, María Eugenia
PublisherUniversidad de Chile
Source SetsUniversidad de Chile
LanguageSpanish
Detected LanguageSpanish
TypeTesis
RightsAttribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Chile, http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/cl/

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