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Interferencia gramatical en el quechua de hablantes bilingües del valle del Colca

Callo Cuno, Dante Porfirio January 2015 (has links)
La historia lingüística de América está determinada por la existencia de unas lenguas a las que se superpusieron las lenguas de los colonizadores españoles y portugueses en el sur y en el centro, ingleses y franceses en el norte, y, a partir del siglo XIX y de la independencia de nuevos Estados, por las sucesivas oleadas migratorias. En nuestro país los conquistadores españoles oscilaron durante un tiempo entre una política de imposición del español como instrumento de organización administrativa y de control político y algunos esfuerzos por aprender la lengua quechua para facilitar la evangelización, una postura defendida por los religiosos, aunque luego abandonada. Posteriormente, los regímenes políticos de la independencia y la república mantuvieron exclusivamente el español en todos los ámbitos de la vida social, y a pesar de los esfuerzos realizados de manera aislada y esporádica por algunos gobiernos para valorar y promover el aprendizaje del quechua a través de programas de educación bilingüe intercultural, la situación sigue prácticamente igual. Pese a ello, el quechua mantiene vigencia como instrumento de comunicación en diversas regiones del país; la antigua lengua del incario representa 27% de la población; y en Arequipa 22% de hablantes. Prácticamente uno de cada cinco habitantes tiene como lengua materna el quechua o el aimara, según los datos censales; siendo las provincias de Caylloma y Cotahuasi las que cuentan con mayor número de hablantes. En tal sentido, es importante desplegar esfuerzos con el fin de documentar, describir y explicar la historia y la naturaleza de la lingüística y la sociolingüística del quechua arequipeño. Nuestra investigación documentará los mecanismos que emplean los hablantes bilingües del Valle del Colca en su comunicación cotidiana, y mostrará a partir de evidencias unos comportamientos propios de los bilingües en el uso del quechua que se manifiesta en todos los niveles de la lengua, principalmente en el sistema gramatical. El contacto de lenguas es un fenómeno que se viene produciendo desde tiempos muy remotos. En el caso nuestro son más de quinientos años en los que el español entra en contacto con el quechua; sin embargo, no debemos olvidar que no son las lenguas las que entran en contacto vía sus sistemas, sino que son los hablantes, en situaciones de contacto, quienes actúan con estas lenguas. Por ello, el repertorio lingüístico de una comunidad de habla es producto de la confluencia de múltiples factores estructurales y no estructurales. El contacto de lenguas permanente e intenso entre el español y el quechua, viene provocando una serie de cambios en la estructura inmanente y trascendente de ambas lenguas. Esto también se manifiesta a través del bilingüismo individual y social de gran intensidad, en el Valle del Colca, provincia de Chivay, Arequipa, región al sur del Perú. Esta conjunción de sistemas se manifiesta en una amplia gama de hechos que van desde la alternancia de códigos hasta las transferencias o interferencias, entendidas como cualquier rasgo lingüístico que se introduce en una lengua A por la injerencia de una lengua B, y debe entenderse como un fenómeno que no deteriora la estructura de las lenguas implicadas, sino más bien como una especie de enriquecimiento del sistema lingüístico. Las preocupaciones iniciales por los estudios de las lenguas en contacto datan de los siglos XVI y XVII; inicialmente se insistía en que el contacto lingüístico era un fenómeno negativo que perjudicaba el correcto empleo de una lengua.Sin embargo, hoy las opiniones son de mayor comprensión y flexibilidad sobre los fenómenos del contacto entre lenguas. La mayoría de trabajos de investigación que se han realizado sobre la lingüística del contacto, tienen que ver con las influencias de las lenguas amerindias a las lenguas romances, entre ellas, el español. Pocos investigadores se han ocupado de examinar las influencias de la lengua española en la estructura lingüística de las lenguas amerindias andinas; y de manera particular, en el quechua arequipeño. Los objetivos son identificar y explicar los rasgos gramaticales de los hablantes bilingües del Valle del Colca. Determinar las influencias del español en el proceso de configuración gramatical del quechua arequipeño. Tenemos que comprender que el contacto de lenguas (español-quechua), es un fenómeno donde las influencias entre las lenguas implicadas son recíprocas o bidireccionales, pese a que estos sistemas de comunicación no tienen ningún tipo de parentesco genético ni tipológico. La investigación tiene cuatro partes. El primer capítulo está dedicado al planteamiento metodológico en el que se basa nuestra investigación. Dentro del marco metodológico consideramos la fundamentación de la investigación, señalamos el problema, planteamos los objetivos, las hipótesis, las variables, la justificación, los antecedentes; hacemos una descripción de la investigación, la población, la muestra e indicamos las técnicas e instrumentos para el levantamiento de datos. Los capítulos II y III, son el marco teórico y conceptual en los cuales se basa la investigación. En ellos se explica la teoría de la lingüística del contacto y sus implicaciones; aspectos referentes al bilingüismo individual y social; naturaleza y tipos de interferencia gramatical; también realizamos una descripción de la comunidad de habla, las variables del quechua en el país y en la región Arequipa, y examinamos la morfología del quechua del Valle del Colca. El capítulo IV describe y explica las características de la interferencia gramatical cuantitativa por adopción y eliminación; examina también los casos de interferencia gramatical cualitativa por sustitución y reestructuración. Finalmente, presentamos las conclusiones generales, la bibliografía y los anexos, respectivamente.
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La estructura del ser-saber-actuar en el manuscrito de Huarochirí y el desarrollo del momento del ser

Hernández Soto, Javier Eduardo January 2019 (has links)
Propone una interpretación filosófica del Manuscrito de Huarochirí. Frente a lo enunciado, casi inmediatamente, aparecen dos obstáculos que sortear; por un lado, la formación eurocéntrica de nuestros filósofos impide ver y valorar el legado de los pueblos originarios; por otro lado, nos topamos con la insuficiencia de los abordajes científicos, pues al tratar los mitos del Manuscrito se lo encasilla en las ciencias sociales únicamente. / Tesis
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La morfosintaxis de la Persona y Número en las transiciones de la concordancia verbal del quechua ayacuchano

Martel Paredes, Víctor Arturo 30 May 2024 (has links)
Esta investigación tiene como contribución ofrecer una nueva descripción y explicación de la concordancia verbal en las transiciones de Persona en el quechua ayacuchano a partir de la redefinición de los morfemas –yki y -wa como morfemas pronominales, y –su como morfema de inversión, los cuales en la tradición quechuística son concebidos como sufijos. La investigación toma como base teórica los postulados de la sintaxis generativa, en particular, del minimalismo (Chomsky, 1995) y sus aproximaciones sobre la Concordancia; asimismo, el análisis propuesto asume que existe un componente que opera después de la sintaxis, enel que se aplican operaciones de reajuste morfológico; por ello, también me apoyaré sobre los alcances de la Morfología distribuida (Halle & Marantz, 1993) y de la Geometría de rasgos (Harley & Ritter, 2002) para las explicaciones referentes a la Jerarquía de Persona. En el análisis, en primer lugar, contrariamente a muchos investigadores que afirman que –wa, -yki y -su, son sufijos flexivos (Parker, 1969; Cerrón Palomino, 1987a, entre otros), sostengo que los dos primeros son morfemas pronominales, generados dentro la Frase Determinante (en adelante FD) de primera y segunda persona Objeto, y que se desplazan al núcleo v de la Frase verbal (Fv); y que la marca –su en -su-nki es un marcador de inversión. En relación a la posición de exponentes de Persona en la flexión verbal, sostendré que estos obedecen a realizaciones postsintácticas, sensibles a la Jerarquía de Persona, por lo que el morfema pronominal de Segunda persona es realizado en el núcleo Actor, donde usualmente se realiza el exponente de Sujeto. Por otro lado, el núcleo Número establece relaciones de concordancia tanto con la FD Agente como con el morfema pronominal de Objeto, lo cual dará resultados esperables ante casos en que un participante tenga el rasgo Plural y el otro no, como 1SG > 2PL; 1SG > 3PL; 1PL > 2G; 1PL > 3SG; 2PL > 1SG; 2SG > 1PL; 2SG > 3PL; 2PL > 3SG; 3SG > 1PL; 3PL > 1SG; 3SG > 2PL; 3SG > 2PL; 3SG > 3PL; mientras que se observarán resultados no esperados, en casos en que los dos participantes del acto de habla, Hablante y Oyente, tengan el rasgo Plural, como en los casos de 1PL>2PL, 2PL>1PL, donde emergerá el exponente de número más genérico –ku, y, de manera más sorpresiva, el caso de 3PL > 2SG, donde la concordancia de Plural se realiza con el exponente específico –chik, con rasgo Oyente, a pesar de que el participante de Segunda persona tenga el rasgo de Número singular. / The contribution of this research is to offer a new description and explanation of verbal agreement in Person transitions in Ayacucho Quechua, based on the redefinition of –yki and -wa as pronominal morphemes, and –su as an inverse marker, when traditionally in Quechua studies they are conceived of as suffixes. The research takes as its theoretical basis the postulates of generative syntax, and in particular minimalism (Chomsky, 1995) and its approach to Agreement. Likewise, the analysis proposed here assumes that there is a component that operates after the syntax, in which morphological readjustment operations are applied. For this reason, I will also rely on the assumptions of Distributed Morphology (Halle & Marantz, 1993) and Feature Geometry (Harley & Ritter, 2002) for explanation involving the Person Hierarchy. In the analysis, first of all, contrary to many researchers who affirm that –wa, -yki and -su are inflectional suffixes (Parker, 1969; Cerrón Palomino, 1987a, among others), I maintain that the first two are pronominal morphemes, generated within the Determiner Phrase (hereinafter DP) of the first and second person Object, and which move to the head v of the verbal Phrase (vP); and that the marker –su in -su-nki is an inverse marker. As for the position of exponents of Person in verbal inflection, I will maintain that these obey post-syntactic realizations, sensitive to the Person Hierarchy, so the pronominal Second person morpheme is realized in the Actor head, where the exponent of Subject is situated. On the other hand, the Number head establishes an agreement relationship with both the Agent DP and the pronominal Object morpheme, which will give expected results in cases in which one participant has the feature Plural and the other does not, such as 1SG > 2PL; 1SG > 3PL; 1PL > 2G; 1PL > 3SG; 2PL > 1SG; 2SG > 1PL; 2SG > 3PL; 2PL > 3SG; 3SG > 1PL; 3PL > 1SG; 3SG > 2PL; 3SG > 2PL; 3SG > 3PL. Unexpected results will be observed, meanwhile, incases where the two participants of the speech act, both Speaker and Addressee, have the feature Plural, as in the cases of 1PL>2PL, 2PL>1PL. Here, the most generic number exponent –ku emerges, and, more surprisingly still, in the case of 3PL > 2SG the Plural agreement is realized as the specific exponent –chik, with the value Addressee, despite the Second Person participant having the value Singular.
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Categorización de vocales anteriores por hablantes bilingües quechua-español

Napurí Espejo, Andrés 02 September 2011 (has links)
La presente tesis busca estudiar cómo categorizan auditivamente los sonidos vocálicos los hablantes bilingües quechua-español. En ese sentido, la presente tesis busca explicar qué características tiene el sistema fonológico de los bilingües quechua-español y si se distingue del sistema fonológico de los hablantes monolingües de español. Además, esta investigación explora las posibles estrategias que emplean en el proceso de adquisición del sistema fonológico de su L2. La principal hipótesis de la presente investigación es la siguiente: Ante el mismo continuo de estímulos vocálicos anteriores, los hablantes monolingües de español categorizarán los estímulos en dos grupos correspondientes a los fonemas /im/ y /em/, a lo sumo con un estímulo de cruce que a veces se caracterizará como /im/ y a veces como /em/. Por su parte, los hablantes bilingües quechua-español categorizarán los estímulos en dos grupos correspondientes a los fonemas /ib/ y /eb/, pero caracterizarán más de un estímulo a veces como /ib/ y a veces /eb/. La segunda hipótesis que se plantea en la investigación es la siguiente: El aprendizaje de las unidades fonológicas del español por parte de los bilingües sigue un orden determinado: a partir de una indistinción inicial de las vocales anteriores de esta lengua en los bilingües incipientes, el aprendizaje de la L2 va dando paso a la distinción de las categorías fonológicas /ib/ y /eb/ de la L2 en uno de los siguientes órdenes. (1) Los primeros estímulos en ser distinguidos como un sonido diferente son los más altos y más anteriores. Estos se identifican con el nuevo fonema /ib/, mientras que el resto se identifica con /eb/. (2) Los primeros estímulos en ser distinguidos como un sonido diferente son los menos altos y menos anteriores. Estos se identifican con el nuevo fonema /eb/, mientras que el resto se identifica con /ib/. Para poder observar la percepción de los hablantes, fue necesario un experimento auditivo. Se preparó un set de trece estímulos que van desde una [i] alta y anterior hasta una [ɛ] media y centralizada. Estos trece estímulos se repitieron tres veces y de manera aleatoria durante el experimento para tener una mayor certeza de cómo categorizan cada estímulo. El colaborador responde una pequeña entrevista para obtener información sociolingüística. Luego, realiza el experimento de categorización. El colaborador escucha un estímulo y debe señalar si el estímulo que escuchó es <a>, <e>, <i>, <o> o <u>. Después que el colaborador marca qué sonido cree que es, escucha el siguiente estímulo y así sucesivamente hasta terminar con los 39 sonidos. Tras la recolección de datos y su respectivo análisis la tesis culmina con las siguientes conclusiones. La primera y más importante es que los monolingües y bilingües quechua-español dividen el mismo continuo sonoro de manera diferente. Mientras que los hablantes monolingües presentan hasta un estímulo de cruce; los bilingües quechua-español, en cambio, presentan otro tipo de categorización para los mismos sonidos escuchados. El grupo de bilingües muestra un rango de sonidos categorizados de manera ambigua, que pueden ser /ib/ como /eb/. Este rango abarca del desde los 344 Hz en el F1 y entre los 2.320 en el F2, hasta los 365 7 Hz en el F1 y los 2.244 7 Hz en el F2. Esto equivale a cuatro sonidos de los trece estímulos que conforman el continuo, frente al único sonido ambiguo (o ninguno) mostrado en las cartas de formantes de los monolingües. El 80% de los colaboradores bilingües quechua-español poseen un conjunto de tres sonidos de categorización ambigua dentro del rango que se acaba de nombrar. Por otro lado, el 20% restante de los colaboradores bilingües muestran un rango de dos estímulos ambiguos en lugar de tres que van desde los 365 7 Hz en el F1 y 2.244 7 Hz en el F2 hasta los 387 8 Hz en el F1 y 2.171 1 Hz en el F2. La segunda conclusión a la que llega esta investigación es que el aprendizaje de las unidades fonológicas del español sigue un orden en el bilingüe quechua-español. Este comienza por no distinguir ningún sonido anterior identificándolo con el fonema quechua /ɪ/, según la Hipótesis de Copiado Total. Luego, conforme recibe mayor input el hablante comienza a realizar distinciones fonológicas a partir de los estímulos más altos. La evidencia para confirmar esta hipótesis consiste en los colaboradores bilingües que muestran un rango de dos estímulos ambiguos. Estos bilingües presentan solo dos estímulos ambiguos en lugar de tres estímulos como el resto de colaboradores bilingües. Son dos estímulos que se encuentran contenidos dentro del grupo de estímulos ambiguos que presentan el resto de bilingües. Se puede señalar que este rango de dos estímulos sería un avance en la adquisición de la percepción de la L2 entre los colaboradores que presentan tres estímulos ambiguos y los hablantes monolingües de español, lo que se explica gracias a la mayor exposición al español. / Tesis
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Categorización de vocales anteriores por hablantes bilingües quechua-español

Napurí Espejo, Andrés 02 September 2011 (has links)
La presente tesis busca estudiar cómo categorizan auditivamente los sonidos vocálicos los hablantes bilingües quechua-español. En ese sentido, la presente tesis busca explicar qué características tiene el sistema fonológico de los bilingües quechua-español y si se distingue del sistema fonológico de los hablantes monolingües de español. Además, esta investigación explora las posibles estrategias que emplean en el proceso de adquisición del sistema fonológico de su L2. La principal hipótesis de la presente investigación es la siguiente: Ante el mismo continuo de estímulos vocálicos anteriores, los hablantes monolingües de español categorizarán los estímulos en dos grupos correspondientes a los fonemas /im/ y /em/, a lo sumo con un estímulo de cruce que a veces se caracterizará como /im/ y a veces como /em/. Por su parte, los hablantes bilingües quechua-español categorizarán los estímulos en dos grupos correspondientes a los fonemas /ib/ y /eb/, pero caracterizarán más de un estímulo a veces como /ib/ y a veces /eb/. La segunda hipótesis que se plantea en la investigación es la siguiente: El aprendizaje de las unidades fonológicas del español por parte de los bilingües sigue un orden determinado: a partir de una indistinción inicial de las vocales anteriores de esta lengua en los bilingües incipientes, el aprendizaje de la L2 va dando paso a la distinción de las categorías fonológicas /ib/ y /eb/ de la L2 en uno de los siguientes órdenes. (1) Los primeros estímulos en ser distinguidos como un sonido diferente son los más altos y más anteriores. Estos se identifican con el nuevo fonema /ib/, mientras que el resto se identifica con /eb/. (2) Los primeros estímulos en ser distinguidos como un sonido diferente son los menos altos y menos anteriores. Estos se identifican con el nuevo fonema /eb/, mientras que el resto se identifica con /ib/. Para poder observar la percepción de los hablantes, fue necesario un experimento auditivo. Se preparó un set de trece estímulos que van desde una [i] alta y anterior hasta una [ɛ] media y centralizada. Estos trece estímulos se repitieron tres veces y de manera aleatoria durante el experimento para tener una mayor certeza de cómo categorizan cada estímulo. El colaborador responde una pequeña entrevista para obtener información sociolingüística. Luego, realiza el experimento de categorización. El colaborador escucha un estímulo y debe señalar si el estímulo que escuchó es <a>, <e>, <i>, <o> o <u>. Después que el colaborador marca qué sonido cree que es, escucha el siguiente estímulo y así sucesivamente hasta terminar con los 39 sonidos. Tras la recolección de datos y su respectivo análisis la tesis culmina con las siguientes conclusiones. La primera y más importante es que los monolingües y bilingües quechua-español dividen el mismo continuo sonoro de manera diferente. Mientras que los hablantes monolingües presentan hasta un estímulo de cruce; los bilingües quechua-español, en cambio, presentan otro tipo de categorización para los mismos sonidos escuchados. El grupo de bilingües muestra un rango de sonidos categorizados de manera ambigua, que pueden ser /ib/ como /eb/. Este rango abarca del desde los 344 Hz en el F1 y entre los 2.320 en el F2, hasta los 365 7 Hz en el F1 y los 2.244 7 Hz en el F2. Esto equivale a cuatro sonidos de los trece estímulos que conforman el continuo, frente al único sonido ambiguo (o ninguno) mostrado en las cartas de formantes de los monolingües. El 80% de los colaboradores bilingües quechua-español poseen un conjunto de tres sonidos de categorización ambigua dentro del rango que se acaba de nombrar. Por otro lado, el 20% restante de los colaboradores bilingües muestran un rango de dos estímulos ambiguos en lugar de tres que van desde los 365 7 Hz en el F1 y 2.244 7 Hz en el F2 hasta los 387 8 Hz en el F1 y 2.171 1 Hz en el F2. La segunda conclusión a la que llega esta investigación es que el aprendizaje de las unidades fonológicas del español sigue un orden en el bilingüe quechua-español. Este comienza por no distinguir ningún sonido anterior identificándolo con el fonema quechua /ɪ/, según la Hipótesis de Copiado Total. Luego, conforme recibe mayor input el hablante comienza a realizar distinciones fonológicas a partir de los estímulos más altos. La evidencia para confirmar esta hipótesis consiste en los colaboradores bilingües que muestran un rango de dos estímulos ambiguos. Estos bilingües presentan solo dos estímulos ambiguos en lugar de tres estímulos como el resto de colaboradores bilingües. Son dos estímulos que se encuentran contenidos dentro del grupo de estímulos ambiguos que presentan el resto de bilingües. Se puede señalar que este rango de dos estímulos sería un avance en la adquisición de la percepción de la L2 entre los colaboradores que presentan tres estímulos ambiguos y los hablantes monolingües de español, lo que se explica gracias a la mayor exposición al español.

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