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The Somoza regime : internal dynamics of Nicaraguan politics, 1933-79

Mande, Anupama Gopal January 1994 (has links)
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Análisis de la figura de Chopin en Silencio de Blanca de José Carlos Somoza

Huatuco Pomalaza, Rocío Milagros 14 December 2012 (has links)
La tesis se centra en el análisis de la figura de Chopin en la novela Silencio de Blanca de José Carlos Somoza. La novela tiene dos relatos: uno principal y el otro secundario; además, en la novela se encuentran numerosas anotaciones sobre los Nocturnos de Chopin. En el primer relato la narración se centra en la relación que entabla Héctor con Blanca, y, luego, las relaciones que surgen entre el protagonista y otras dos mujeres: Verónica y Elisa. El segundo relato, en cambio, narra la estadía de Chopin y George Sand en Mallorca. La pregunta que motiva la tesis es cuál es la función de este segundo relato que en una primera lectura podría parecer una digresión. A partir del análisis se propone que este segundo relato, aparentemente secundario, es fundamental en la novela porque en este se explica tanto la estructura de la novela como las motivaciones del protagonista (forma y fondo). Además, este relato no está aislado sino que, a través de los Nocturnos de Chopin, se manifiesta en el primero. Por ello, se propone como objetivo analizar la figura de Chopin en ambos relatos y conectar ambos a partir de las diversas anotaciones sobre los Nocturnos que se encuentran presentes en el primer relato. Para llevar a cabo el análisis se ha aplicado, principalmente, las concepciones sobre lo sagrado y lo profano de Mircea Eliade, el triángulo mimético de René Girard, concepciones sobre estética musical realizadas por Enrico Fubini, concepciones acerca del Romanticismo de Albert Béguin y las ideas acerca de la interpretación propuestas por Proust en su ensayo Contra Sainte-Beuve y Borges en su cuento Pierre Menard. El análisis de la novela se divide, entonces, en dos partes: por un lado, el análisis del primer relato; por otro lado, el análisis del segundo relato. La primera parte del análisis se centra en la estructura de la novela. Se propone que la estructura es circular debido a cómo se ordenan los capítulos como si estos fueran una serie de rituales. Por ello, el final no es propiamente un final, sino la repetición de las acciones narradas en la novela. Si bien esto hace referencia a la estructura general de la novela, la visión ritual se extiende al comportamiento del protagonista, quien estructura su existencia a partir de una división entre lo ritual y lo profano. Esta división se produce debido a su división entre código lingüístico y música. El lenguaje no es confiable, no permite la comunicación; en cambio, la música, si bien no tiene como objetivo comunicar (de acuerdo con Héctor), tiene un objetivo más importante: permite alcanzar el placer, trascender esta realidad para sumirse en otra. El héroe de Héctor es Chopin y es él quien a través de sus Nocturnos le muestra la existencia de esta otra realidad. Héctor imita, entonces, a Chopin, pero no solo a través de la ejecución de los Nocturnos, sino que el estudio de estos le permite encontrar una nueva sensibilidad, un modo similar de acceso a esta otra realidad: el erotismo. Pero el erotismo, si bien rito de la sexualidad, recibe un tratamiento diferente en esta novela. La amada de Héctor es la amada ideal: no habla y obedece. Además, los rituales eróticos que ellos mantienen están regidos por dos leyes: el silencio y la no consumación erótica. Héctor postula que la forma ideal de alcanzar el placer no reside en la consumación, momento en el que solo se trata de sexualidad, sino que el arte reside en aislar lo que verdaderamente vale la pena de la relación: el instante erótico, aquel separado de la sexualidad y del amor. Pero esta relación perfecta entra en crisis cuando Héctor se percata de su separación con lo cotidiano, aquello que considera profano y alejado de lo artístico; por ello, intenta entablar vínculos con este espacio. Esto lo intenta a partir de la relación con dos mujeres: Elisa y Verónica. Sin embargo, su visión ritual le impide concretar algún vínculo con ellas: por un lado, corrompe a Elisa, iniciándola en los rituales; por otro lado, intenta mantener una relación con Verónica, pero las leyes rituales impiden el vínculo entre ambos. Tanto Verónica como Elisa son mujeres reales: ambas hablan y ambas exigen la consumación erótica. Al final de la novela se produce una crisis cuando Héctor intente conciliar ambos espacios: lleva a Verónica a contemplar uno de los rituales con Blanca. El ritual se desestabiliza y revela el secreto de este: Blanca no existe, es un disfraz que cubre el cuerpo de Lázaro, el hermanastro menor de Héctor. Por otro lado, el análisis del segundo relato de la novela parte de la premisa de que, si bien es un aparente relato biográfico sobre Chopin, en realidad es un relato que busca responder los misterios detrás de la creación musical del compositor; además, el relato se divide en dos partes. La primera parte está narrada por Héctor, quien empleando la segunda persona justifica la división ritual y profana, y privilegia la primera como espacio de lo artístico por excelencia. La segunda parte está narrada en primera persona: Héctor asume la identidad de Chopin y aprovecha esta máscara para confesarse. Así, el aparente relato sincero sobre la perfección de la vida ritual (el primer relato) adquiere otros matices en los que se revela el miedo del protagonista frente a la vida que ha optado por elegir y, sobre todo, la pertinencia del arte en la sociedad. Héctor concluye que la música puede ser compartida por otros, pero que sus misterios permanecerán ocultos para el público. Sin embargo, pese a esta sentencia, invita a Verónica al ritual a presenciar los misterios de su vida, que se ha convertido en arte, pero Verónica rechaza lo que ve, ya que no se trata de arte, sino de la corrupción del otro. Las conclusiones a las que se ha llegado luego del análisis son básicamente las siguientes: la estructura formal de la novela depende de la relación que entabla Héctor con Chopin, ya que a partir de la figura del compositor se trazan los límites entre vida ritual y vida profana. Esta división de espacio depende también de las diferencias que Héctor establece entre música y lenguaje, si bien señala que la música es el medio adecuado para la trascendencia, él no compone música, sino que escribe para comunicar sus experiencias rituales. Así, poco a poco va utilizando el código lingüístico para manifestar sus temores respecto a la vida ritual; sin embargo, al final se retoma el silencio y la predominancia de la música sobre el lenguaje. Esta división entre música y lenguaje es la misma que se establece entre Blanca y Verónica y Elisa. La primera se constituye en la representante por excelencia de lo sagrado, mientras que las dos primeras son las representantes de lo profano. Si bien Héctor intenta encontrar un punto medio que reconcilie ambos espacios, tiene que optar por alguno de ellos cuando se produce la crisis ritual. Su decisión final involucra también la visión de arte por la que opta: los misterios del arte deben permanecer ocultos al público. Si bien esto es aplicable para el arte en general, se debe recordar que el arte que crea Héctor se basa en la corrupción del otro. / Tesis
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Análisis de la figura de Chopin en Silencio de Blanca de José Carlos Somoza

Huatuco Pomalaza, Rocío Milagros 14 December 2012 (has links)
La tesis se centra en el análisis de la figura de Chopin en la novela Silencio de Blanca de José Carlos Somoza. La novela tiene dos relatos: uno principal y el otro secundario; además, en la novela se encuentran numerosas anotaciones sobre los Nocturnos de Chopin. En el primer relato la narración se centra en la relación que entabla Héctor con Blanca, y, luego, las relaciones que surgen entre el protagonista y otras dos mujeres: Verónica y Elisa. El segundo relato, en cambio, narra la estadía de Chopin y George Sand en Mallorca. La pregunta que motiva la tesis es cuál es la función de este segundo relato que en una primera lectura podría parecer una digresión. A partir del análisis se propone que este segundo relato, aparentemente secundario, es fundamental en la novela porque en este se explica tanto la estructura de la novela como las motivaciones del protagonista (forma y fondo). Además, este relato no está aislado sino que, a través de los Nocturnos de Chopin, se manifiesta en el primero. Por ello, se propone como objetivo analizar la figura de Chopin en ambos relatos y conectar ambos a partir de las diversas anotaciones sobre los Nocturnos que se encuentran presentes en el primer relato. Para llevar a cabo el análisis se ha aplicado, principalmente, las concepciones sobre lo sagrado y lo profano de Mircea Eliade, el triángulo mimético de René Girard, concepciones sobre estética musical realizadas por Enrico Fubini, concepciones acerca del Romanticismo de Albert Béguin y las ideas acerca de la interpretación propuestas por Proust en su ensayo Contra Sainte-Beuve y Borges en su cuento Pierre Menard. El análisis de la novela se divide, entonces, en dos partes: por un lado, el análisis del primer relato; por otro lado, el análisis del segundo relato. La primera parte del análisis se centra en la estructura de la novela. Se propone que la estructura es circular debido a cómo se ordenan los capítulos como si estos fueran una serie de rituales. Por ello, el final no es propiamente un final, sino la repetición de las acciones narradas en la novela. Si bien esto hace referencia a la estructura general de la novela, la visión ritual se extiende al comportamiento del protagonista, quien estructura su existencia a partir de una división entre lo ritual y lo profano. Esta división se produce debido a su división entre código lingüístico y música. El lenguaje no es confiable, no permite la comunicación; en cambio, la música, si bien no tiene como objetivo comunicar (de acuerdo con Héctor), tiene un objetivo más importante: permite alcanzar el placer, trascender esta realidad para sumirse en otra. El héroe de Héctor es Chopin y es él quien a través de sus Nocturnos le muestra la existencia de esta otra realidad. Héctor imita, entonces, a Chopin, pero no solo a través de la ejecución de los Nocturnos, sino que el estudio de estos le permite encontrar una nueva sensibilidad, un modo similar de acceso a esta otra realidad: el erotismo. Pero el erotismo, si bien rito de la sexualidad, recibe un tratamiento diferente en esta novela. La amada de Héctor es la amada ideal: no habla y obedece. Además, los rituales eróticos que ellos mantienen están regidos por dos leyes: el silencio y la no consumación erótica. Héctor postula que la forma ideal de alcanzar el placer no reside en la consumación, momento en el que solo se trata de sexualidad, sino que el arte reside en aislar lo que verdaderamente vale la pena de la relación: el instante erótico, aquel separado de la sexualidad y del amor. Pero esta relación perfecta entra en crisis cuando Héctor se percata de su separación con lo cotidiano, aquello que considera profano y alejado de lo artístico; por ello, intenta entablar vínculos con este espacio. Esto lo intenta a partir de la relación con dos mujeres: Elisa y Verónica. Sin embargo, su visión ritual le impide concretar algún vínculo con ellas: por un lado, corrompe a Elisa, iniciándola en los rituales; por otro lado, intenta mantener una relación con Verónica, pero las leyes rituales impiden el vínculo entre ambos. Tanto Verónica como Elisa son mujeres reales: ambas hablan y ambas exigen la consumación erótica. Al final de la novela se produce una crisis cuando Héctor intente conciliar ambos espacios: lleva a Verónica a contemplar uno de los rituales con Blanca. El ritual se desestabiliza y revela el secreto de este: Blanca no existe, es un disfraz que cubre el cuerpo de Lázaro, el hermanastro menor de Héctor. Por otro lado, el análisis del segundo relato de la novela parte de la premisa de que, si bien es un aparente relato biográfico sobre Chopin, en realidad es un relato que busca responder los misterios detrás de la creación musical del compositor; además, el relato se divide en dos partes. La primera parte está narrada por Héctor, quien empleando la segunda persona justifica la división ritual y profana, y privilegia la primera como espacio de lo artístico por excelencia. La segunda parte está narrada en primera persona: Héctor asume la identidad de Chopin y aprovecha esta máscara para confesarse. Así, el aparente relato sincero sobre la perfección de la vida ritual (el primer relato) adquiere otros matices en los que se revela el miedo del protagonista frente a la vida que ha optado por elegir y, sobre todo, la pertinencia del arte en la sociedad. Héctor concluye que la música puede ser compartida por otros, pero que sus misterios permanecerán ocultos para el público. Sin embargo, pese a esta sentencia, invita a Verónica al ritual a presenciar los misterios de su vida, que se ha convertido en arte, pero Verónica rechaza lo que ve, ya que no se trata de arte, sino de la corrupción del otro. Las conclusiones a las que se ha llegado luego del análisis son básicamente las siguientes: la estructura formal de la novela depende de la relación que entabla Héctor con Chopin, ya que a partir de la figura del compositor se trazan los límites entre vida ritual y vida profana. Esta división de espacio depende también de las diferencias que Héctor establece entre música y lenguaje, si bien señala que la música es el medio adecuado para la trascendencia, él no compone música, sino que escribe para comunicar sus experiencias rituales. Así, poco a poco va utilizando el código lingüístico para manifestar sus temores respecto a la vida ritual; sin embargo, al final se retoma el silencio y la predominancia de la música sobre el lenguaje. Esta división entre música y lenguaje es la misma que se establece entre Blanca y Verónica y Elisa. La primera se constituye en la representante por excelencia de lo sagrado, mientras que las dos primeras son las representantes de lo profano. Si bien Héctor intenta encontrar un punto medio que reconcilie ambos espacios, tiene que optar por alguno de ellos cuando se produce la crisis ritual. Su decisión final involucra también la visión de arte por la que opta: los misterios del arte deben permanecer ocultos al público. Si bien esto es aplicable para el arte en general, se debe recordar que el arte que crea Héctor se basa en la corrupción del otro.
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The Terrorist Doppelganger: Somoza and the Sandinistas

Hohenstein, Thomas A 01 January 2013 (has links) (PDF)
This thesis makes two arguments. First, that the analytical lens of terrorism is useful to understanding the modern state because it pits the state against its antithesis. Additionally, the discursive contest between the state and terrorists is best understood within a gendered framework. Second, the Sandinista Revolution did not revolutionize the discourse the Nicaraguan state used to legitimate itself, thus limiting the movement’s revolutionary nature.
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Le corps féminin et la tyrannie de la beauté dans Truismes de Marie Darrieussecq et Clara et la pénombre de José Carlos Somoza

Séguin, Marie-Hélène 02 1900 (has links) (PDF)
Notre mémoire porte sur la représentation du corps féminin dans deux œuvres littéraires : Truismes de Marie Darrieussecq (1996) et Clara et la pénombre de José Carlos Somoza (2003). À l'aide des théories féministes, nous tentons d'analyser ce que la beauté représente comme tyrannie pour les personnages féminins, qui doivent se plier aux standards esthétiques irréalistes imposés par la société dans laquelle ils évoluent. Ces normes correspondent à celles de la culture occidentale patriarcale actuelle, c'est-à-dire au corps construit, proche de l'objet artificiel. Dans cette optique, l'aspect naturel du corps est évacué; ce qui rappelle l'animalité est considéré comme laid. Le but de notre mémoire est de faire ressortir les similitudes et les différences entre les deux romans, qui proposent chacun une forme de matérialité différente : le corps animal et le corps-objet. Les études féministes ont montré que la femme a été reléguée à la matérialité en vertu de la dichotomie corps/esprit dans les conceptions judéo-chrétiennes. Dès lors, l'esthétique du corps est devenue pour elle un gage de valeur sociale. Fortement encouragée par la société à se plier aux critères de beauté, la femme doit livrer un combat perpétuel contre elle-même, physiquement et mentalement, afin d'y correspondre. Autrement; elle risque le rejet, le mépris et les mauvais traitements. Nous analysons donc le travail que les protagonistes font pour se conformer aux standards esthétiques et comment cette obligation d'être belle est aliénante pour elles. Nous constatons également qu'elles demeurent toutes deux marchandises, avec le manque de droits, de libertés et d'identité que cet état implique. Toutefois, elles résistent finalement à leur condition esthétique aliénante, en commençant par le refus de n'être que matérialité. ______________________________________________________________________________ MOTS-CLÉS DE L’AUTEUR : Corps, Femme, Beauté, Aliénation, Animal, Objet, Résistance, Truismes, Marie Darrieussecq, Clara et la pénombre, José Carlos Somoza
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The Politicization of Public Education in Nicaragua: 1967-1994, Regime Type and Regime Strategy

Coplin, Janet C. (Janet Cecile) 05 1900 (has links)
Understanding how change occurs in lesser developed countries, particularly in Latin America has been the subject of a prolonged theoretical academic debate. That debate has emphasized economics more that politics in general and predictability over unpredictability in the Latin American region. This paper challenges these approaches. Explaining change requires an examination of the politics of public policy as much as its economic dimensions. Second, change in the Latin American region may be less predictable than it appears. Scholars maintain that change in Latin America occurs when contending elites negotiate it. Their power comes from the various resources they possess. Change, therefore, is not expected to occur as a function of regime change per se. This paper considers the treatment of education policy in Nicaragua during the regimes of the dynastic authoritarianism of Anastasio Somoza Debayle (1967-1979), the revolutionary governments of the Sandinistas (1979-1990), and the democratic-centrist government of Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996). The central research question is: When regimes change, do policies change? The methodology defines the independent variable as the regime and education policy as the dependent variable. It posits three hypotheses. The right-wing regime of Somoza was expected to restrict both the qualitative aspects and the financing of education; (2) the left-wing regimes of the Sandinistas were hypothesized to have expanded both; and (3) the democratic-centrist regime of Chamorro was expected to have both expanded and restricted certain aspects of education policy. Several chapters describe these regimes' expansive or restrictive education strategies. A comparative analysis of these 26 years demonstrates several variables' effect over time. An OLS regression and a times series analysis specifies the relationship between regime change and percent of GDP each regime devoted to education. Both the statistical and qualitative findings of this study confirm the hypotheses. The study reveals that, as regimes changed, education strategies and policies changed. Such findings challenge some current thought about political behavior with respect to Latin American development in particular and development theory in general.

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