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El concepto de sociedad civil

Blanco Jaksic, Christian January 2005 (has links)
Informe de Seminario para optar al grado de Licenciado en Filosofía. / El concepto de sociedad civil a través de la historia de la filosofía política ha presentado características diferentes según el momento histórico en que es concebido, cumpliendo diversas funciones en el modelo teórico político en que esté inscrito. Aunque la sociedad civil es una figura específicamente moderna, la filosofía aristotélica introduce una noción esencial, esto es, la de la sociedad civil como una agrupación de ciudadanos libres e iguales a partir de la cual se participaba políticamente. En los inicios de la filosofía moderna el debate se reactiva, con una concepción no autónoma de sociedad civil, identificada primero con el Estado en el contractualismo y luego con el ámbito económico en la economía política clásica. El idealismo hegeliano presentará un modelo que concibe a la sociedad civil como una esfera separada del Estado, que incluye dentro de sí tanto el aspecto económico como el asociativo, mientras que la crítica marxista representa una vuelta a la identificación de la sociedad civil con el mercado y la producción, al situarla en la base económica. La postura de Tocqueville destacará la dimensión asociativa de la sociedad civil y su función en el mantenimiento de la democracia y Gramsci establecerá un modelo que separa las esferas de la sociedad civil del Estado y del mercado, donde la sociedad civil es el ámbito de discusión y de generación de consensos políticos. La trayectoria del concepto, entonces, describe desde el inicio de la filosofía moderna, una progresiva autonomización de la esfera de la sociedad civil con respecto a la economía y al Estado. A partir de la recuperación de la sociedad civil luego de la crisis del Estado de Bienestar, la desintegración de la URSS y las luchas por la recuperación de la democracia en América Latina, Cohen y Arato han rescatado la tradición del modelo tripartito de la sociedad civil para otorgarle una validez que permita incorporarla definitivamente al debate como una fecunda categoría de análisis político y social, que incorpore también a los movimientos sociales y destaque el rol de la asociaciones voluntarias. Finalmente, la noción de Cohen y Arato puede ser complementada por ciertos aportes posteriores que otorguen nuevos elementos al análisis.
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La poética del sujeto y el mito democrático americano: los documentales televisivos de la guerra de Irak

Zavala Scherer, Diego 06 February 2009 (has links)
La presente tesis doctoral es una interpretación del documental televisivo como una narración que, aunque tradicionalmente se ha asociado a los, puede ser entendida como un producto audiovisual que también conforma una visión mítica de la actualidad. A partir de siete obras documentales sobre la guerra de Irak (todas producidas por cadenas de televisión estadounidenses), se cuestionan los mecanismos narrativos que estos filmes utilizan para ofrecer una visión del conflicto armado que promueve una lectura patriótica, de exaltación de los valores de la nación americana. El acto de representar la guerra a través del documental es un acto político, que aspira a servir de visión integradora, de imagen de una comunidad unida por los ideales bajo los cuales fue fundada; de este modo, este tipo de cine se aproxima más al mito y a la ficción, que al registro objetivo de la realidad al que aspira el paradigma periodístico que aún se asocia a este tipo de producto. / This thesis offers an interpretation of the TV documentary films as narrations that, although are traditionally linked to the idea of discourse of sobriety, they could be understood as audiovisual products that also help to build a mythic vision of actuality. Using seven documentary films about the Iraq war (all of them produced by American TV channels), the narrative mechanisms that this films use to create a patriotic vision of the conflict, and to glorify American values are questioned. Representing war through a documentary film is a political act that seeks to create an integrated vision, an image of a community as a whole, united under its foundational ideals. This argument makes possible to analyze and understand better this type of films through the notions of myth and fiction rather than through the objective representation of reality, to which the journalistic paradigm aspires, and this kind of products are still, profoundly related.
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Feminismo como teoria crítica do projeto liberal de cidadania: a equidade de gênero entre o universal e o diferenciado

Ramos, Emerson Erivan de Araújo 05 July 2015 (has links)
Made available in DSpace on 2015-05-07T14:27:24Z (GMT). No. of bitstreams: 1 arquivototal.pdf: 1276061 bytes, checksum: 77e98a978fa6b8cd83366ad7cd727bdb (MD5) Previous issue date: 2015-07-05 / Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior / Este trabajo investiga la crítica a el liberalismo político desde el marco de la Teoría Política Feminista, proporcionando puntal para otras consultas pertinentes, en particular con respecto a las cuestiones de la integración social y la participación de las mujeres en la conducción de los proyectos políticos. Por este norte expone una crítica panorámica de la perspectiva feminista en contra del modelo de ciudadanía universal trazada desde el liberalismo clásico, abriendo horizontes para un nuevo modelo de ciudadanía (más inclusivo), la llamada "ciudadanía diferenciada". Sustituyendo las relaciones de vasallaje y súbditos que constituían el feudalismo, las revoluciones burguesas que surgieron durante los siglos XVII y XVIII se convirtieron la ciudadanía en el núcleo de la teoría política normativa que surgió a partir de entonces así como el centro de las relaciones políticas en particular. La sociedad liberal moderna, a través del Contrato Social, reemplazó el status como forma de organización del Antiguo Régimen por la igualdad formal en la sociedad capitalista. El proceso de formación de la ciudadanía moderna, que se encuentra ligado a la guiñada liberal garantizada por la classe burguesa, a pesar de sus principios filosóficos de la igualdad y la libertad, ha negado - a través de los distintos mecanismos jurídicos, políticos y sociales - el derecho de las mujeres a participar en la dirección de los asuntos públicos. Así, la igualdad universal que predica el contractualismo parece haber venido de un marco conceptual restringido que excluye a la mayoría de la población, lo que limita la igualdad ya que sólo ciertos individuos que tienen raza, género y origen determinado, superando a todos los demás. El contrato original que forma el mundo político de hoy, para establecer una falsa esfera pública universal, disminuyó las mujeres a sujetos de subciudadanía y con derechos precarios. En este punto, la Teoría Política Feminista ha desempeñado un papel importante en la crítica de el proyecto liberal de la ciudadanía, indicando la identificación del liberalismo con el patriarcado moderno. Como resultado de este factor, los debates relacionados con los problemas de las mujeres, en general, adquieren casi ningún impacto en la esfera pública, reconociendo sólo en los hombres los derechos de la ciudadanía plena. Esto se debe al hecho de que la ficción del contrato original que da origen a la concepción moderna de la ciudadanía es, además, una cuenta de la constitución de la esfera pública de la igualdad civil universal. La ciudadanía universal, al trascender las particularidades y diferencias, cree que todos los individuos tienen el mismo poder de acción y de expresión, que es, desde el punto de vista de la estética social, una falacia. El falso discurso contractual de universalismo corresponde a una ficción de la igualdad que deja sobrevivir desigualdades. Diversos grupos sociales, hoy, reclaman las políticas específicas que permiten incluir a sus miembros en el juego político establecido, desafiando el concepto de ciudadanía universal. Esto requiere de los derechos específicos, caracterizando un modelo de ciudadanía denominado "diferenciado", rechazando el principio liberal (patriarcal) de universalismo. / O presente trabalho investiga a crítica ao liberalismo político a partir do marco da Teoria Política Feminista, fornecendo espeque para outras inquirições de relevância, em especial no que tange aos temas de integração social e participação das mulheres na condução de projetos políticos. Por esse norte, expõe uma crítica panorâmica de perspectiva feminista contra o modelo de cidadania universal elaborado desde o liberalismo clássico, abrindo horizontes para um novo modelo de cidadania (mais inclusivo), a que se convencionou chamar de cidadania diferenciada . Substituindo as relações de vassalagem e súdito que constituíram o feudalismo, as revoluções burguesas que eclodiram durante os séculos XVII e XVIII tornaram a cidadania o núcleo da teoria política normativa que exsurgiu a partir de então bem como o centro das relações políticas em concreto. A sociedade liberal moderna, através do Contrato Social, substituiu o status como forma organizacional do Antigo Regime pela igualdade formal na sociedade capitalista. O processo de formação da cidadania moderna, o qual se encontra vinculado à guinada liberal garantida pela classe burguesa, apesar de seus princípios filosóficos de igualdade e liberdade, tem negado por intermédio dos mais diversos mecanismos jurídicos, políticos e sociais , o direito das mulheres de participarem da condução dos negócios públicos. Destarte, a igualdade universal que prega o contratualismo parece ter sido oriunda de um marco conceitual restrito que exclui a maior parte da população, limitando a igualdade a tão somente certos indivíduos que possuem raça, sexo e origem determinados, sobrepujando todos os demais. O contrato originário formador do mundo político hodierno, ao estabelecer uma esfera pública falsamente universal, diminuiu as mulheres a sujeitos de subcidadania e com direitos precários. Nesse ponto, a Teoria Política Feminista tem exercido uma importante função na crítica ao projeto liberal de cidadania, afirmando a identificação do liberalismo com o patriarcado moderno. Como resultado desse fator, as discussões referentes aos problemas das mulheres, de maneira geral, adquirem quase nenhuma repercussão na esfera pública, reconhecendo apenas nos homens os direitos de cidadania plena. Isso se deve ao fato de que a ficção do contrato originário que dá origem à concepção moderna de cidadão é, outrossim, o relato da própria constituição da esfera pública da igualdade civil universal. A cidadania universal, ao transcender as particularidades e as diferenças, crê que todos os indivíduos possuem igual poder de ação e discurso, o que é, do ponto de vista da estética social, uma falácia. O falso discurso contratual de universalismo corresponde a uma ficção de igualdade que deixa sobreviver as desigualdades. Diversos grupos sociais, hodiernamente, reivindicam políticas específicas que possibilitem incluir seus integrantes no jogo político estabelecido, desafiando a concepção de cidadania universal. Esse quadro social reclama direitos específicos, caracterizando um modelo de cidadania chamado de diferenciado , rejeitando o princípio liberal (patriarcal) de universalismo.
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Politics, diet and health in the Seventh Letter’s medical análogon” / Política, dieta y salud: el análogon médico en la Carta VII

Cano Cuenca, Jorge 09 April 2018 (has links)
This article pretends to provide a reading of the Seventh Letter focused on the role that medical terminology plays in it. Leaving aside the unsolvable enigma of Plato’s authorship, the letter shows evident connections with fundamental topics from the last” Plato, particularly in its political aspects. In many passages of the Seventh Letter, the figure of the philosopher as an educator appears covered with medical aspects, and the political situation is defined as a pathology that we must treat according to a therapeutic methodology. / En este artículo se pretende aportar una lectura de la Carta VII desde la función que desempeña en ella el léxico médico. Dejando al margen la irresoluble cuestión sobre la autoría platónica, la carta muestra conexiones evidentes con temas fundamentales en el llamado último” Platón, principalmente en sus aspectos políticos. En varios pasajes de la Carta VII, la figura del filósofo en tanto educador aparece revestida de aspectos médicos, y la propia situación política es definida como una patología sobre la que hay que actuar de acuerdo con una metodología terapéutica.
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A temporalização da temporalidade política compreendida por meio da analítica existencial de Heidegger em Ser e tempo

Leal, Hânder Costa January 2016 (has links)
Por que o tempo político carece de um sentido de urgência? Explicar o tempo político é resgatar o ser do tempo político: a temporalização da temporalidade política. Buscamos, na analítica existencial elaborada por Martin Heidegger em Ser e Tempo, uma resposta para a origem do tempo político. Sugerimos que a temporalidade política é derivada da temporalidade do indivíduo: o ser-aí cotidiano é o sujeito da temporalização da temporalidade política. Aproximar filosofia do tempo e teoria política em uma ontologia do tempo político nos permite revelar duas temporalidades políticas: microtempo existencial e macrotempo institucional. O microtempo existencial é o desdobramento político da temporalidade do indivíduo autêntico: o ser-aí autêntico, que é ser-para-a-morte como urgência existencial do tempo presente e que temporaliza a temporalidade política como urgência. O macrotempo institucional é o desdobramento político da temporalidade do ser-aí cotidiano. Inautêntico, ele é um ser-para-a-morte como fuga da morte e temporaliza a temporalidade política como espera. A eficiência temporal da ação política depende da demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente. A urgência está associada à elevada eficiência temporal da ação política. A espera está associada à baixa eficiência temporal da ação política. Urgência e espera, os dois modos de ser do tempo político, são mediados por duas estruturas de temporalização: modernização e transcendentalismo. Na dimensão modernização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende da capacidade do indivíduo percebida no tempo presente. Na dimensão transcendentalismo da temporalização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende do sentido de urgência desencadeado pela objetivação da morte como impossibilidade de qualquer possibilidade. Se, conforme afirma Heidegger, o indivíduo é ser-para-o-fim (Seinzum- Ende), e a morte é a impossibilidade ontológica de qualquer possibilidade, então a existencia é a totalidade do tempo político. Isso significa que a finitude (Endlichkeit) impõe ao homem a necessidade de totalizar a política no tempo presente. Acontece que o cidadão mediano assume como sua a temporalidade do sistema político, a temporalidade do impessoal (Dasman), que é ontologicamente incompatível com a urgência existencial, pois sendo ao mesmo tempo todos e nenhum, o impessoal nunca morre. Um entendimento completo da temporalidade política e a construção de uma metodologia de ciência política voltada para o resgate do sentido de urgência, imperativo revelado pelo estudo da temporalidade política a partir da perspectiva do ser, somente serão possíveis se deixarmos de ignorar a incompatibilidade entre a finitude e a morosidade política. / This work is a journey into the fabric of political time. What is political time and why does it lack a sense of urgency? Explaining political time is retrieving the being of political time: the temporalization of political temporality. We look for an answer to the origin of political time in the existential analytic developed by Martin Heidegger in Being and Time. We suggest that political temporality is derived from the individual’s temporality: the everyday Dasein is the subject of the temporalization of political temporality. Approaching philosophy of time and political theory into an ontology of political time allows us to reveal two political temporalities: existential microtime and institutional macrotime. Existential microtime is the political implication of the temporality of the authentic individual: authentic Dasein, who is being-toward-death as existential urgency of present time and who temporalizes political temporality as urgency. Institutional macrotime is the political implication of the temporality of the everyday Dasein. Inauthentic as he/she is, he/she is a being-toward-death as fleeing from death, and so temporalizes political temporality as waiting and delay. The time efficiency of politics depends on the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time. Urgency is associated with high time efficiency of politics, while waiting leads to politics with low time efficiency. Urgency and waiting, the two modes of being of political time, are mediated by two structures of temporalization: modernization and transcendentalism. In the dimension modernization of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the individual’s capability as perceived in the present time. In the dimension transcendentalism of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the sense of urgency triggered by the objectification of death as the impossibility of any possibility. If, as Heidegger claims, the individual is a being-toward-the-end (Sein-zum-Ende), and death is the ontological impossibility of any possibility, then existence is the totality of political time. This means that finiteness (Endlichkeit) imposes on the individual the need for totalizing politics in the present time. However, it turns out that the average citizen takes as his/her own the temporality of the political system, the temporality of the “they” (Dasman), which is ontologically incompatible with existential urgency, since the “they”, for it is both anyone and no one, never dies. A comprehensive understanding of political temporality and the establishment of a methodology of political science aimed at retrieving the sense of urgency – the latter is a must unveiled by the study of the political temporality from the perspective of the being – will only be possible if we take account of the ontological incompatibility between finiteness and political delay. / ¿Por qué el tiempo político carece de un sentido de urgencia? Explicar el tiempo político es recobrar el ser del tiempo político: la temporalización de la temporalidad política. Buscamos, en la analítica existencial desarrollada por Martin Heidegger en Ser y Tiempo, una respuesta para la cuestión del origen del tiempo político. Sugerimos que la temporalidad política se deriva de la temporalidad de la persona: el ser-ahí cotidiano es el sujeto de la temporalización de la temporalidad política. Emplear filosofía del tiempo y teoría política en una ontología del tiempo político nos permite revelar dos temporalidades políticas: microtiempo existencial y macrotiempo institucional. El microtiempo existencial es la manifestación política de la temporalidad del indivíduo auténtico: el ser-ahí auténtico, que es ser-para-la-muerte como urgência existencial del tiempo presente y que temporaliza la temporalidad política como urgencia. El macrotiempo institucional es el despliegue político de la temporalidad del ser-ahí cotidiano. Inauténtico, él/ella es un ser-para-la-muerte como fuga de la muerte y temporaliza la temporalidad política como espera. La eficiencia temporal de la acción política depende de la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente. La urgencia se asocia con una alta eficiencia temporal de la acción política. La espera se asocia con una baja eficiencia temporal de la acción política. Urgencia y espera, los dos modos de ser del tiempo político, son mediados por las dos estructuras de temporalización: modernización y trascendentalismo. En la dimensión modernización de la temporalidad política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la capacidad del individuo percibida en el tiempo presente. En la dimensión trascendentalismo de la temporalidade política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la sensación de urgencia provocada por la objetivación de la muerte como la imposibilidad de cualquier posibilidad. Si, como afirma Heidegger, el individuo es ser-para-el-fin (Sein-zum- Ende), y la muerte es la imposibilidad ontológica de toda y cualquiera posibilidad, entonces la existencia es la totalidad del tiempo político. Esto significa que la finitud (Endlichkeit) impone al hombre la necesidad de totalizar la política en el tiempo presente. Sin embargo, resulta que el ciudadano medio considera como sendo suya la temporalidad del sistema político, la temporalidad del “ellos” (Dasman), que es ontológicamente incompatible con la urgencia existencial, porque por ser a la vez todos y ninguno, el “ellos” nunca muere. Una comprensión profunda de la temporalidad política y la construcción de una metodología de ciencia política centrada en el recobro del sentido de urgencia, necesidad imperativa desvelada en el estudio de la temporalidad política desde la perspectiva del ser, sólo serán posibles si se tiene en cuenta la incompatibilidad ontológica entre la finitud y los retrasos políticos.
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A temporalização da temporalidade política compreendida por meio da analítica existencial de Heidegger em Ser e tempo

Leal, Hânder Costa January 2016 (has links)
Por que o tempo político carece de um sentido de urgência? Explicar o tempo político é resgatar o ser do tempo político: a temporalização da temporalidade política. Buscamos, na analítica existencial elaborada por Martin Heidegger em Ser e Tempo, uma resposta para a origem do tempo político. Sugerimos que a temporalidade política é derivada da temporalidade do indivíduo: o ser-aí cotidiano é o sujeito da temporalização da temporalidade política. Aproximar filosofia do tempo e teoria política em uma ontologia do tempo político nos permite revelar duas temporalidades políticas: microtempo existencial e macrotempo institucional. O microtempo existencial é o desdobramento político da temporalidade do indivíduo autêntico: o ser-aí autêntico, que é ser-para-a-morte como urgência existencial do tempo presente e que temporaliza a temporalidade política como urgência. O macrotempo institucional é o desdobramento político da temporalidade do ser-aí cotidiano. Inautêntico, ele é um ser-para-a-morte como fuga da morte e temporaliza a temporalidade política como espera. A eficiência temporal da ação política depende da demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente. A urgência está associada à elevada eficiência temporal da ação política. A espera está associada à baixa eficiência temporal da ação política. Urgência e espera, os dois modos de ser do tempo político, são mediados por duas estruturas de temporalização: modernização e transcendentalismo. Na dimensão modernização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende da capacidade do indivíduo percebida no tempo presente. Na dimensão transcendentalismo da temporalização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende do sentido de urgência desencadeado pela objetivação da morte como impossibilidade de qualquer possibilidade. Se, conforme afirma Heidegger, o indivíduo é ser-para-o-fim (Seinzum- Ende), e a morte é a impossibilidade ontológica de qualquer possibilidade, então a existencia é a totalidade do tempo político. Isso significa que a finitude (Endlichkeit) impõe ao homem a necessidade de totalizar a política no tempo presente. Acontece que o cidadão mediano assume como sua a temporalidade do sistema político, a temporalidade do impessoal (Dasman), que é ontologicamente incompatível com a urgência existencial, pois sendo ao mesmo tempo todos e nenhum, o impessoal nunca morre. Um entendimento completo da temporalidade política e a construção de uma metodologia de ciência política voltada para o resgate do sentido de urgência, imperativo revelado pelo estudo da temporalidade política a partir da perspectiva do ser, somente serão possíveis se deixarmos de ignorar a incompatibilidade entre a finitude e a morosidade política. / This work is a journey into the fabric of political time. What is political time and why does it lack a sense of urgency? Explaining political time is retrieving the being of political time: the temporalization of political temporality. We look for an answer to the origin of political time in the existential analytic developed by Martin Heidegger in Being and Time. We suggest that political temporality is derived from the individual’s temporality: the everyday Dasein is the subject of the temporalization of political temporality. Approaching philosophy of time and political theory into an ontology of political time allows us to reveal two political temporalities: existential microtime and institutional macrotime. Existential microtime is the political implication of the temporality of the authentic individual: authentic Dasein, who is being-toward-death as existential urgency of present time and who temporalizes political temporality as urgency. Institutional macrotime is the political implication of the temporality of the everyday Dasein. Inauthentic as he/she is, he/she is a being-toward-death as fleeing from death, and so temporalizes political temporality as waiting and delay. The time efficiency of politics depends on the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time. Urgency is associated with high time efficiency of politics, while waiting leads to politics with low time efficiency. Urgency and waiting, the two modes of being of political time, are mediated by two structures of temporalization: modernization and transcendentalism. In the dimension modernization of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the individual’s capability as perceived in the present time. In the dimension transcendentalism of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the sense of urgency triggered by the objectification of death as the impossibility of any possibility. If, as Heidegger claims, the individual is a being-toward-the-end (Sein-zum-Ende), and death is the ontological impossibility of any possibility, then existence is the totality of political time. This means that finiteness (Endlichkeit) imposes on the individual the need for totalizing politics in the present time. However, it turns out that the average citizen takes as his/her own the temporality of the political system, the temporality of the “they” (Dasman), which is ontologically incompatible with existential urgency, since the “they”, for it is both anyone and no one, never dies. A comprehensive understanding of political temporality and the establishment of a methodology of political science aimed at retrieving the sense of urgency – the latter is a must unveiled by the study of the political temporality from the perspective of the being – will only be possible if we take account of the ontological incompatibility between finiteness and political delay. / ¿Por qué el tiempo político carece de un sentido de urgencia? Explicar el tiempo político es recobrar el ser del tiempo político: la temporalización de la temporalidad política. Buscamos, en la analítica existencial desarrollada por Martin Heidegger en Ser y Tiempo, una respuesta para la cuestión del origen del tiempo político. Sugerimos que la temporalidad política se deriva de la temporalidad de la persona: el ser-ahí cotidiano es el sujeto de la temporalización de la temporalidad política. Emplear filosofía del tiempo y teoría política en una ontología del tiempo político nos permite revelar dos temporalidades políticas: microtiempo existencial y macrotiempo institucional. El microtiempo existencial es la manifestación política de la temporalidad del indivíduo auténtico: el ser-ahí auténtico, que es ser-para-la-muerte como urgência existencial del tiempo presente y que temporaliza la temporalidad política como urgencia. El macrotiempo institucional es el despliegue político de la temporalidad del ser-ahí cotidiano. Inauténtico, él/ella es un ser-para-la-muerte como fuga de la muerte y temporaliza la temporalidad política como espera. La eficiencia temporal de la acción política depende de la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente. La urgencia se asocia con una alta eficiencia temporal de la acción política. La espera se asocia con una baja eficiencia temporal de la acción política. Urgencia y espera, los dos modos de ser del tiempo político, son mediados por las dos estructuras de temporalización: modernización y trascendentalismo. En la dimensión modernización de la temporalidad política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la capacidad del individuo percibida en el tiempo presente. En la dimensión trascendentalismo de la temporalidade política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la sensación de urgencia provocada por la objetivación de la muerte como la imposibilidad de cualquier posibilidad. Si, como afirma Heidegger, el individuo es ser-para-el-fin (Sein-zum- Ende), y la muerte es la imposibilidad ontológica de toda y cualquiera posibilidad, entonces la existencia es la totalidad del tiempo político. Esto significa que la finitud (Endlichkeit) impone al hombre la necesidad de totalizar la política en el tiempo presente. Sin embargo, resulta que el ciudadano medio considera como sendo suya la temporalidad del sistema político, la temporalidad del “ellos” (Dasman), que es ontológicamente incompatible con la urgencia existencial, porque por ser a la vez todos y ninguno, el “ellos” nunca muere. Una comprensión profunda de la temporalidad política y la construcción de una metodología de ciencia política centrada en el recobro del sentido de urgencia, necesidad imperativa desvelada en el estudio de la temporalidad política desde la perspectiva del ser, sólo serán posibles si se tiene en cuenta la incompatibilidad ontológica entre la finitud y los retrasos políticos.
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A temporalização da temporalidade política compreendida por meio da analítica existencial de Heidegger em Ser e tempo

Leal, Hânder Costa January 2016 (has links)
Por que o tempo político carece de um sentido de urgência? Explicar o tempo político é resgatar o ser do tempo político: a temporalização da temporalidade política. Buscamos, na analítica existencial elaborada por Martin Heidegger em Ser e Tempo, uma resposta para a origem do tempo político. Sugerimos que a temporalidade política é derivada da temporalidade do indivíduo: o ser-aí cotidiano é o sujeito da temporalização da temporalidade política. Aproximar filosofia do tempo e teoria política em uma ontologia do tempo político nos permite revelar duas temporalidades políticas: microtempo existencial e macrotempo institucional. O microtempo existencial é o desdobramento político da temporalidade do indivíduo autêntico: o ser-aí autêntico, que é ser-para-a-morte como urgência existencial do tempo presente e que temporaliza a temporalidade política como urgência. O macrotempo institucional é o desdobramento político da temporalidade do ser-aí cotidiano. Inautêntico, ele é um ser-para-a-morte como fuga da morte e temporaliza a temporalidade política como espera. A eficiência temporal da ação política depende da demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente. A urgência está associada à elevada eficiência temporal da ação política. A espera está associada à baixa eficiência temporal da ação política. Urgência e espera, os dois modos de ser do tempo político, são mediados por duas estruturas de temporalização: modernização e transcendentalismo. Na dimensão modernização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende da capacidade do indivíduo percebida no tempo presente. Na dimensão transcendentalismo da temporalização da temporalidade política, a demanda por realização no tempo presente da vontade política concebida ou manifestada no tempo presente depende do sentido de urgência desencadeado pela objetivação da morte como impossibilidade de qualquer possibilidade. Se, conforme afirma Heidegger, o indivíduo é ser-para-o-fim (Seinzum- Ende), e a morte é a impossibilidade ontológica de qualquer possibilidade, então a existencia é a totalidade do tempo político. Isso significa que a finitude (Endlichkeit) impõe ao homem a necessidade de totalizar a política no tempo presente. Acontece que o cidadão mediano assume como sua a temporalidade do sistema político, a temporalidade do impessoal (Dasman), que é ontologicamente incompatível com a urgência existencial, pois sendo ao mesmo tempo todos e nenhum, o impessoal nunca morre. Um entendimento completo da temporalidade política e a construção de uma metodologia de ciência política voltada para o resgate do sentido de urgência, imperativo revelado pelo estudo da temporalidade política a partir da perspectiva do ser, somente serão possíveis se deixarmos de ignorar a incompatibilidade entre a finitude e a morosidade política. / This work is a journey into the fabric of political time. What is political time and why does it lack a sense of urgency? Explaining political time is retrieving the being of political time: the temporalization of political temporality. We look for an answer to the origin of political time in the existential analytic developed by Martin Heidegger in Being and Time. We suggest that political temporality is derived from the individual’s temporality: the everyday Dasein is the subject of the temporalization of political temporality. Approaching philosophy of time and political theory into an ontology of political time allows us to reveal two political temporalities: existential microtime and institutional macrotime. Existential microtime is the political implication of the temporality of the authentic individual: authentic Dasein, who is being-toward-death as existential urgency of present time and who temporalizes political temporality as urgency. Institutional macrotime is the political implication of the temporality of the everyday Dasein. Inauthentic as he/she is, he/she is a being-toward-death as fleeing from death, and so temporalizes political temporality as waiting and delay. The time efficiency of politics depends on the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time. Urgency is associated with high time efficiency of politics, while waiting leads to politics with low time efficiency. Urgency and waiting, the two modes of being of political time, are mediated by two structures of temporalization: modernization and transcendentalism. In the dimension modernization of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the individual’s capability as perceived in the present time. In the dimension transcendentalism of political temporality, the demand for the achievement in the present time of a political will either conceived or expressed in the present time relies on the sense of urgency triggered by the objectification of death as the impossibility of any possibility. If, as Heidegger claims, the individual is a being-toward-the-end (Sein-zum-Ende), and death is the ontological impossibility of any possibility, then existence is the totality of political time. This means that finiteness (Endlichkeit) imposes on the individual the need for totalizing politics in the present time. However, it turns out that the average citizen takes as his/her own the temporality of the political system, the temporality of the “they” (Dasman), which is ontologically incompatible with existential urgency, since the “they”, for it is both anyone and no one, never dies. A comprehensive understanding of political temporality and the establishment of a methodology of political science aimed at retrieving the sense of urgency – the latter is a must unveiled by the study of the political temporality from the perspective of the being – will only be possible if we take account of the ontological incompatibility between finiteness and political delay. / ¿Por qué el tiempo político carece de un sentido de urgencia? Explicar el tiempo político es recobrar el ser del tiempo político: la temporalización de la temporalidad política. Buscamos, en la analítica existencial desarrollada por Martin Heidegger en Ser y Tiempo, una respuesta para la cuestión del origen del tiempo político. Sugerimos que la temporalidad política se deriva de la temporalidad de la persona: el ser-ahí cotidiano es el sujeto de la temporalización de la temporalidad política. Emplear filosofía del tiempo y teoría política en una ontología del tiempo político nos permite revelar dos temporalidades políticas: microtiempo existencial y macrotiempo institucional. El microtiempo existencial es la manifestación política de la temporalidad del indivíduo auténtico: el ser-ahí auténtico, que es ser-para-la-muerte como urgência existencial del tiempo presente y que temporaliza la temporalidad política como urgencia. El macrotiempo institucional es el despliegue político de la temporalidad del ser-ahí cotidiano. Inauténtico, él/ella es un ser-para-la-muerte como fuga de la muerte y temporaliza la temporalidad política como espera. La eficiencia temporal de la acción política depende de la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente. La urgencia se asocia con una alta eficiencia temporal de la acción política. La espera se asocia con una baja eficiencia temporal de la acción política. Urgencia y espera, los dos modos de ser del tiempo político, son mediados por las dos estructuras de temporalización: modernización y trascendentalismo. En la dimensión modernización de la temporalidad política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la capacidad del individuo percibida en el tiempo presente. En la dimensión trascendentalismo de la temporalidade política, la demanda por realización en el tiempo presente de la voluntad política concebida o expresada en el tiempo presente depende de la sensación de urgencia provocada por la objetivación de la muerte como la imposibilidad de cualquier posibilidad. Si, como afirma Heidegger, el individuo es ser-para-el-fin (Sein-zum- Ende), y la muerte es la imposibilidad ontológica de toda y cualquiera posibilidad, entonces la existencia es la totalidad del tiempo político. Esto significa que la finitud (Endlichkeit) impone al hombre la necesidad de totalizar la política en el tiempo presente. Sin embargo, resulta que el ciudadano medio considera como sendo suya la temporalidad del sistema político, la temporalidad del “ellos” (Dasman), que es ontológicamente incompatible con la urgencia existencial, porque por ser a la vez todos y ninguno, el “ellos” nunca muere. Una comprensión profunda de la temporalidad política y la construcción de una metodología de ciencia política centrada en el recobro del sentido de urgencia, necesidad imperativa desvelada en el estudio de la temporalidad política desde la perspectiva del ser, sólo serán posibles si se tiene en cuenta la incompatibilidad ontológica entre la finitud y los retrasos políticos.

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