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O povoado dos arrecifes e o baluarte holandês do século XVII

Gomes de Matos Medeiros, Elisabeth January 2005 (has links)
Made available in DSpace on 2014-06-12T15:06:01Z (GMT). No. of bitstreams: 2 arquivo841_1.pdf: 3179679 bytes, checksum: eb9bd4156a8e4d940e455164443ce60c (MD5) license.txt: 1748 bytes, checksum: 8a4605be74aa9ea9d79846c1fba20a33 (MD5) Previous issue date: 2005 / evidenciaram uma estrutura em pedra de cantaria que corresponde a um dos baluartes da Porta da Terra, construído no século XVII. Essa descoberta trouxe à tona questões sobre a autoria construtiva holandesa ou portuguesa, baseadas na opinião de que os portugueses construíam em pedra e os holandeses em taipa de pilão. É preciso considerar que as construções executadas em período de guerra, necessárias às estratégias de defesa, são obras emergenciais, construídas com rapidez, utilizando os materiais disponíveis, porque delas dependiam o sucesso ou a derrota das investidas. No decorrer da pesquisa, ficou evidente que essa estrutura, apesar da forma de um baluarte, não exercia a função principal dentro do sistema defensivo; portanto, não era uma obra necessária para a defesa contra o inimigo , mas para a proteção do povoado contra o avanço do mar. Os dados arqueológicos e os documentos históricos analisados durante a pesquisa comprovam que essa obra foi construída logo após a invasão holandesa, como se demonstra na iconografia e historiografia, e foi executada originalmente em pedra de cantaria, comprovada pelos trabalhos arqueológicos, contrariando todas as questões anteriores
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Génesis y evolución de las fortificaciones abaluartadas de Fuenterrabía (1496-1638)

Yáñez Pacios, Roberto Tomás 17 December 2019 (has links)
Fuenterrabía, una de las plazas fuertes más destacadas del País Vasco, ha sido históricamente un punto estratégico del control del paso terrestre entre Francia y la Península Ibérica. Su carácter estratégico hizo que fuera sitiada en numerosas ocasiones, para su posesión y control territorial, entre los siglos XVI y XIX. Por esto tuvo una extraordinaria importancia el desarrollo de su sistema de fortificación. Los ingenieros militares elaboraron continuos proyectos de fortificación para poder resistir adecuadamente a los avances de la artillería y la táctica de la guerra de sitios. Este trabajo trata de analizar la evolución de la plaza fuerte de Fuenterrabía a través de la recuperación del trazado perdido de sus fortificaciones en su ubicación actual. Mediante superposiciones gráficas precisas e investigación sobre la perfección de los trazados de planos históricos, se puede llegar a establecer con exactitud los diversos trazados de las fortificaciones, así como una valoración de las propuestas que no llegaron a ejecutarse. A finales del siglo XVI Felipe II decidió impulsar una transformación de las fortificaciones encargadas de la defensa de la frontera con Francia. Pamplona, Fuenterrabía y San Sebastián recibieron visitas de los mejores ingenieros del momento. En esta investigación se exponen y dibujan hipótesis, ante la falta de documentación, de los proyectos que el Fratín y Tiburcio Spannocchi redactaron para Fuenterrabía. El primero redactó en 1572 un ambicioso proyecto e inició las obras del baluarte de San Felipe. En 1580 Spannocchi continuó las obras y redactó un nuevo proyecto, con la posibilidad de duplicar el área urbana con el nuevo recinto proyectado. Tras los proyectos de fortificación realizados durante el reinado de Felipe II para Fuenterrabía, una revisión de su estado de defensa a principios del siglo XVII resalta su desajuste conforme los principios poliorcéticos del momento. Debido a la amenaza de una ofensiva francesa, se decide enviar a los ingenieros Pedro Texeira Albernas, Marco Antonio Gandolfo y Gerónimo de Soto a visitar la frontera con Francia en la provincia de Guipúzcoa. Estos redactarían un informe en el que, además del análisis de la zona, se incluyeron propuestas de mejora para varias plazas. Esta investigación profundiza en el proyecto para la plaza de Fuenterrabía estudiando su viabilidad y las opiniones de los expertos en aspectos conflictivos como el debate entre foso seco o inundable y el levantamiento de fuertes exteriores sobre los padrastros. En el sitio de 1638, primera incursión de un ejército enemigo en la península desde la expulsión de los musulmanes, se puso a prueba la efectividad de estas fortificaciones modernas. Los proyectos realizados en los años consecutivos, entre otros por el propio Soto, se centraban en la reparación de desperfectos existentes tras el asedio. Analizando y comparando los proyectos de reparación desarrollados tras el sitio de 1638 se determinará la gravedad de los daños producidos, la resistencia de las diferentes partes de la fortificación y la incidencia de la ofensiva en aquellas consideradas como más vulnerables.
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O analista no campo analisante: dos impasses às transformações possíveis / The analyst in the analyzing field: from impasse to possible transformations

Tamburrino, Gina 25 October 2013 (has links)
Made available in DSpace on 2016-04-28T20:38:46Z (GMT). No. of bitstreams: 1 Gina Tamburrino.pdf: 815895 bytes, checksum: 86f20820850cb0fbeab1d4f5ee52fe5a (MD5) Previous issue date: 2013-10-25 / Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico / This thesis results from an effort to penetrate questions regarding impasse that is formed and transformed in the relationship between the analyst and the analysand. The clinical work is understood and organized taking into consideration an intersubjective vertex, thus the concept of analyzing field is forged to demonstrate the analyst s implication in the formation and transformation of the shared unconscious fantasy. The highlight of the research is the presentation of the hypothesis that, in certain moments, the analyst s mind presents a dysfunctional quality in order to receive, to sustain and to prepare the field for the production of the analyzing pair. In these moments, the shared unconscious fantasy transforms itself into shared resistance: bulwarks , chronic enactments and acute enactments; the important thing to be investigated is how this kind of configuration is formed and how it transforms itself, always considering the dialectic impasse ↔ possible transformations. Besides it interests us the fact that the dysfunction in the analyzing field isn t always generated by the difficulties of a disturbed patient, it can also be caused by a disturbed analyst that, in such cases, becomes the main responsible for the functional inversion of the field to the detriment of the analysand. The main focus of this study is, above all, how the analyst wanders in the analyzing field beyond the non-analyzed questions / Esta tese resulta de um esforço no sentido de penetrar questões em torno dos impasses que se formam e transformam no encontro entre analista e analisando. O trabalho clínico é considerado e organizado dentro de um vértice intersubjetivo, de modo que o conceito de campo analisante é forjado para abordar a implicação do analista na formação e transformação da fantasia inconsciente compartilhada. Um ponto de grande importância, auge desta pesquisa, é a apresentação da hipótese de que em certos momentos a mente do analista apresenta uma qualidade disfuncional para receber, conter e elaborar a lavoura do campo, e, portanto, as produções da dupla analisante. Nesses momentos a fantasia inconsciente compartilhada se transforma em resistências compartilhadas: baluartes, enactments crônicos e enactments agudos. Importa investigar como essas formações se dão e como se transformam, sempre atentando para a dialética impasses↔transformações possíveis. Para além disso, há um interesse sobre o fato de que o disfuncionamento do campo analisante nem sempre está revestido das dificuldades impostas por um paciente perturbado, mas que o analista é que se encontra perturbado e determina, em grande medida, a inversão do funcionamento do campo em desfavor do analisando. É, sobretudo, sobre esse aspecto que este desenvolvimento se debruça, isto é, como se move o analista no campo analisante para além das questões não analisadas
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El último hálito de la fortificación abaluartada peninsular. El fuerte de San Julián de Cartagena

Guimaraens Igual, Guillermo 04 August 2008 (has links)
La presente tesis doctoral se centra en el estudio de los últimos momentos de la fortificación abaluartada peninsular a partir del estudio pormenorizado de una pieza arquitectónica singular como es el Castillo de San Julián de Cartagena, una construcción que recoge tardíamente en sus trazados el debate sobre los sistemas de fortificación abaluartada tradicionales y los más novedosos del momento en que se erige(entre los años 1866 y 1883). El procedimiento seguido para el estudio y puesta en valor de la fortaleza se ha apoyado en una metodología que parte del conocimiento exhaustivo de la realidad arquitectónica, desde los aspectos constructivos y compositivos, apoyándose en las fuentes históricas. Metodología que permite comprender el por qué de esta fortificación tardía en el conjunto de fuertes exteriores de la Bahía de Cartagena, al tiempo que nos familiariza con el contexto español de la fortificación de mediados del siglo XIX y en los debates internacionales que se suceden desde el siglo XVIII y ponen en crisis a la fortificación abaluartada. La presente investigación aspira a convertirse en el último eslabón de una línea investigadora iniciada hace más de cinco años en el seno del gurpo de investigación dirigido por Juan Francisco Noguera Giménez, apoyada en la ayuda a la investigación concedida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que materializa el paso de lo global a lo concreto, para cerrar el ciclo, extrayendo de dicha concreción, el estudio del Fuerte de San Julián , nuevos datos para su aplicación global y entender, como se indica en el título,"el último hálito de la fortificación abaluartada peninsular " / Guimaraens Igual, G. (2008). El último hálito de la fortificación abaluartada peninsular. El fuerte de San Julián de Cartagena [Tesis doctoral no publicada]. Universitat Politècnica de València. https://doi.org/10.4995/Thesis/10251/2921 / Palancia
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El genoma de una ciudad: Valencia. (Bioarquitectura, orígenes hasta época foral)

MARTÍ MATIAS, MIQUEL RAMÓN 27 October 2014 (has links)
Hace 13.800 millones empezó el Universo teniendo como origen el Bing Bang. Todo tiene ahí su principio, el tiempo, el espacio y el material del que está todo formado también. Compartimos con las estrellas el material que forma nuestro cuerpo. Empezó con una Arquitectura inorgánica, que pasó a orgánica, en lo que hemos acuñado como “Arquitectura somática”, la que forma un cuerpo (por muy diminuto que sea).Pero el siguiente paso fue la “Arquitectura exosomática”, la que se realiza fuera del cuerpo. En este sentido, hubo una revolución arquitectónica y social hace 130 millones de años, la revolución realizada por los insectos sociales en el Cretácico. He aportado un aspecto hasta hoy no realizado, equivalencias culturales humano-insectos. El Paleolítico, de cazadores-recolectores humanos, equivale al género de hormigas Eciton que viven de una forma semejante. Pero he acuñado un nuevo término, el Paleolítico Superior Cerámico, ya que ha aparecido en China cerámica 8000 años antes que en Próximo Oriente (que tomamos como referente), ahí entraría la avispa alfarera que es cazadora pero fabrica su cerámica. Un Neolítico Precerámico A (8000- 7000) con los géneros de hormigas Lasius Feliginosus y Atta, con sus campos de “hongos”, su agricultura subterránea. Un Precerámico B (7000-6000) con la ganadería y sus establos de las hormigas del género Crematogaster pilosa y Acropyga maribensis. Puede aducirse que no hay edad de los metales, pero la araña puede realizar material más duro que el acero sin fusión. Seguidamente, la civilización egipcia y mesopotámica, tan recientes en el tiempo, las primeras muestras de avance social humano de grandes proporciones, quedan atrás en muchos aspectos comparados con el mundo de las abejas, avispas y termitas que abruman con su arquitectura, jerarquía y organización social, pero todo en armonía con su ecosistema, perdurabilidad durante millones de años, al contrario que la frágil sociedad humana. Estas últimas, por su lapso de tiempo existente como tales, su éxito de dispersión y sus características como sociedades son un rival, cuestionan nuestro liderazgo como especie. Las hormigas esclavistas del Amazonas del género Polyergus y las españolas de Sierra Nevada, del género Rossomyrmex minuchae, que ataca los nidos de Proformica longiseta, recuerdan a la sociedad esclavista que llega al siglo XVIII pero que tiene en las épocas de la Antigüedad sus más claros ejemplos. He añadido más términos arquitectónicos, Arquitectura “genética” y Arquitectura “cerebral”. Estas sociedades de insectos complejas, como la abeja melífera (Apis mellifera), no estudian arquitectura ni agricultura,etc, cosa que en los humanos “que pueden estudiar” absorve mucho tiempo vital. Estos insectos, tienen un corto tiempo de vida, y suplen eso, naciendo con lo más importante aprendido. Se sabe que el “cuerpo central” existente en la cabeza del insecto, es el “disco duro” de estos insectos, por lo que puedo decir que desde que nacen, lo hacen aprendidos, su arquitectura y sociedad, es genética. El cuerpo seta del insecto, corpora pedunculata en latín también en la cabeza, se centraría en el comportamiento y el aprendizaje, un equivalente de córtex en los humanos y otros vertebrados, algo secundario, pero que en nosotros es el cerebro, de este modo, nuestra arquitectura es “cerebral”, aprendida por unos pocos durante mucho tiempo, algo que supone realmente una desventaja. En los alrededores de Valencia, los primeros restos de “Arquitectura exosomática” serían los nidos que tuvieron los hadrosaurios de Tous, hace 70 millones de años. Para los humanos, debemos esperar a un humanoide, el homo erectus, cuyos restos aparecen a 25 km al sur de Valencia, en Sueca, en la parte del lago de l'Albufera, que empleó cuevas y que pudo realizar estructuras perecederas vegetales, hace más de medio millón de años. Hubo gente de la edad del bronce en Valencia y en el siglo VII-VI a.C, recibieron contactos comerciales por parte de griegos y fenicios, como prueban las cerámicas importadas, tanto de territorio griego como fenicio. El fragmento cerámico del pintor de Aqueloos,encontrado en l'Almoina (centro de Valencia) que se encuentra entre los más destacados del “Grupo de Leagros”, el último y más destacado grupo de pintores de grandes vasos de figuras negras entre el 520 y el 500 a.C o la máscara fenicia de la orilla norte del río, son prueba de ello. Estas importaciones hablan de dos santuarios en Valencia, uno en la orilla sur y otro en la norte, donde indígenas y foráneos intercambian productos y ideas. Edeta, centro político y económico más cercano a Valencia, utiliza Valencia como su puerto. El solar de Valencia sería aprovechado como campos de silos de grano, como sucede en toda la costa catalana y del sur de Francia, alrededor de la órbita de Ibiza, portaviones económico del control fenicio-púnico que hace girar como satélites las poblaciones ibéricas del litoral. En Valencia, alrededor de la mitad del siglo III a.C, se construye el templo-santuario ibérico. Este templo domina el entramado portuario y ideológico. La empalizada de la calle cisneros, también debemos relacionarla con este siglo, pero en época alrededior de la Guerra Púnica . Arse-Saguntum, lleva la delantera comercial y acuña moneda, teniendo incluso armadores que comercian con los griegos ampuritanos. Edeta se siente amenazada en sus intereses y choca en el siglo IV a.C, como demuestra el Tos Pelat fortaleza arrasada en este momento, en el que Arse- Sagunt se fortifica. Este malestar llegará al siglo III a.C, en el que he aportado un elemento clave, el que Edeta fue la ciudad que Anibal ayudó (y no una ciudad lejana ciudad indígena andaluza), para que con sus agravios manipulados, poder destruir Arse-Sagunt. En el 205 a.C (cosa hasta ahora nunca dicha tampoco), es destruida Edeta como venganza. Los edetanos ibéricos son obligados a bajar a Valencia, de ahi su nombre de Valencia de los edetanos. Algo destacable también son las tres necropolis ibéricas de Valencia, junto con sus ustrina para quemar los huesos. También he reconstruido el ritual, la evolución y las creencias funerarias ibéricas desde la prehistoria gracias a la iconografía y los restos materiales, que también aparecen en Valencia ciudad. La guerra en Italia contra Aníbal termina y vienen a nuestro territorio gente de allí, de dos ciudades, Valentia y Turia, que darán nombre a nuestra ciudad y río, así como la iconografía de las monedas republicanas de Valencia. Esta iconografía se relaciona además con Quintus Máximus Fabius Cunctator, que expulsó a Anibal de Italia, defendió a Arse-Sagunt ante el senado cartaginés antes de su destrucción, y después recibió a la embajada saguntina que agradeció la destrucción de su enemiga, Edeta. Los que ayudaron a Aníbal en Italia fueron traidores, y sus cadáveres aparecen echados como perros en la necrópolis de Valencia, y los gratos a Roma los encontramos en hipogeos ricos en ofrendas. De este modo, las cerámicas, tesoros de monedas ibéricas en la ciudad que muestran temor, y los hechos históricos muestran que los itálicos que se establecieron en Valencia, lo hicieron en la década del 180 a.C, no en el 138 a.C que tan dañino ha sido para la historia de Valencia por su errónea interpretación. Sin olvidar el paralelo como asentamiento que es Ca l'Arnau en Cataluña, que ofrece unas termas gemelas de Valencia de la primera mitad del siglo II a.C y un urbanismo equivalente al nuestro, asentamiento que no prosperaría. En el 146 a.C con la destrucción de Cartago, coincide con la destrucción del templo ibérico cuyas piedra serán reaprovechadas para convertirlo en lo que hoy se considera granero (horreum). También se aportan los datos de la verdadera localización del muelle romano imperial de Valencia , de su puente, y del cardo (o eje principal que recorría la ciudad de Norte a sur hasta hoy también equivocado). Destaca también la reconstrucción y rectificación de los recorridos de los acueductos romanos de Valencia y Saguntum, aportándose pruebas hasta hoy olvidadas, algunas de ellas monumentales, como la del nacimiento del acueducto sur de Sagunt que empezaba en el río Túria, concretamente en Vilamarxant (Valencia) y que es el precedente de la Acequia Real de Moncada. Es decir, los romanos, crearon el sistema hidráulico valenciano, que los musulmanes adaptaron a sus propias necesidades, seguidos por los cristianos. Relacionado con esto, la destrucción de estos acueductos, vitales para la vida de las ciudades romanas, como razón de gran peso, provocaron la huida de la población saguntina en el siglo V d.C hacia un nuevo lugar, Almenara, donde hay agua fresca, creando el Punt del cid, la nueva Sagunt, donde se acuña moneda con el nombre de Saguntum y se levantan murallas con restos de la desaparecida Saguntum romana , ahora Murus veteris o muros antiguos. Al mismo tiempo se levanta un lugar religiosos en los Estanys d'Almenara. Valencia, con la llegada bizantina, se recupera en el siglo VI momentáneamente, saliendo un tiempo de una crisis brutal que se observa en la arqueología de la ciudad. Ese siglo ofrece la creación de edificios religiosos monumentales, abase del saqueo d ellos mejores bloques de edificios romanos abandonados y también vemos la presencia del rey visigodo Leovigildo , en el 583 d.C, que arrebata Valencia a los bizantinos y hace matar a su hijo, autoproclamado rey católico, Hermenegildo, en Cullera (Valencia) donde se ha refugiado con su mujer e hijo pequeño, confundiéndose esto con el mito de San Vicente Martir, cuyo cadáver se dice apareció también en Cullera. De todo esto se ofrece la reconstrucción de los hechos. También de esta cronología de la segunda mitad del siglo VI d.C, vemos la aparición de una nueva ciudad amurallada, Valencia la vella, en Ribarroja del Túria, 24 km al este de Valencia cauce arriba del río. La antigua Valencia no tiene murallas en esta época, la gente vive entre escombros romanos y hacinados en la única muralla existente, el circo romano abandonado. Se decide desplazarse cerca de donde nacen los acueductos, hay defensa, comida y vías naturales ganaderas. El abandono de Valencia ciudad, coincide con el abandono bizantino de la Península (620). En la segunda mitad del siglo VII d.C, Valencia es un cadáver solo acompañado de un puñado de familias marginales, y así, en este siglo vemos aparecer la sustituta de la Valencia religiosa, el Plà de Nadal, un edificio que aglutina la mayor colección d piezas de época visigoda valenciana y de carácter religioso, también en Riba-rroja. La presencia musulmana evita las nuevas ciudades de desplazados del Punt del Cid y Valencia la Vella. Abd-al-Rahman al-Balansí (el valenciano), con la construcción de una Ruzafa en el casco abandonado de Valencia a finales del siglo VIII, ofrece los primeros síntomas de recuperación del casco urbano. El siglo IX es el momento cuando se construye un nueva acequia de agua (primero desde la caída de la ciudad, la acequia de Rovella), un molino (el más antiguo musulmán hasta ahora catalogado en España, una noria, empezando así a recuperarse el sistema hidráulico . En el 929-920, el punt del Cid y Valencia la Vella, son destruidos por Abd-al-Rahman III, obligando a esa población cristiana (o conversa ya), a desplazarse a los nuevos centros islámicos, esto es, a la nueva ciudad de Almenara, y a la antigua ciudad de Valencia, viéndose ya la recuperación de Valencia (la del llano) como ya se observa en elementos de lujo como el capitel de marmol valenciano encontrado en el Palacio Real de Valencia. De época cristiana, un adn perfecto para poder reconstruir ese período a nivel constructivo lo tenemos el Archivo de la ciudad de Valencia, que puede competir con los mejores del mundo en el tema de la construcción medieval, gracias al detallismo con que se encuentran escritos todos los materiales y personas. Las canteras de diferentes tipos de piedra con sus importantes particularidades también quedan señaladas, así como las procedencias de otros materiales como la cal, esparto (para capazos y cuerdas), etc, y los nombres de miles de personas, su sexo, religión y procedencia, así como los días de trabajo, descubriéndose que la mayoría de la gente que trabajaba en una obra, especialmente los obreros sin otra preparación, solo estaban un dia o pocos más . Se puede reconstruir la población masculina de las morerías de muchos pueblos valencianos, o de canteros de piedra de diferentes lugares de la Península incluso extranjeros. Aportándose además, como en el año 1380, las trabajadoras en la obra como obreras cobraron lo mismo que los hombres, algo que cuestiona la imagen de discriminación de la mujer que teníamos y que muestra signos de mayor modernidad en ese aspecto. Acaba la tesis con las esférulas, concreciones minerales que he hallado en el río Palancia de hace 250 millones de años, del triásico inferior y que tienen sus paralelos más cercanos en Utah (EEUU) y el planeta Marte. Estas aparecen también como piedra de construcción en construcciones romanas y medievales al norte de Valencia, especialmente alrededor de Sagunt, y es el material más antiguo en nuestro territorio, ofreciendo relaciones paralelas geológcas con otros lugares del planeta y situándose, por ahora, como las esférulas más antiguas del planeta Tierra, emparentadas en muchos aspectos con las encontradas en el planeta Marte. Así, empieza la tesis en el espacio infinito y acaba en él. / Martí Matias, MR. (2014). El genoma de una ciudad: Valencia. (Bioarquitectura, orígenes hasta época foral) [Tesis doctoral no publicada]. Universitat Politècnica de València. https://doi.org/10.4995/Thesis/10251/43591 / TESIS

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